Casi 13,5 millones de marroquíes están llamados este viernes a elegir a los 395 miembros de su Cámara de Representantes, el equivalente a la Cámara Baja española, en 92 circunscripciones electorales por las que se han presentado más de 1.500 listas . Los comicios, convocados de forma anticipada el pasado mes de julio tras la promulgación de la nueva Constitución marroquí, se han encontrado con un sonoro aunque minoritario movimiento social de oposición que ha llamado a su boicoteo. El domingo pasado, mientras millones de españoles aupaban a Mariano Rajoy a La Moncloa, miles de ciudadanos del país vecino se echaron a la calle en las ciudades más importantes del país.
Los ‘indignados’ marroquíes, donde se mezclan desde los jóvenes del ‘20-F’ hasta los islamistas no legalizados de ‘Justicia y Caridad’, opinan que las estructuras políticas fundamentales de su país y, en el fondo, todo el poder, sigue en manos del Rey. El ‘sistema’ defiende todo lo contrario: que la nueva Constitución es “vanguardista y moderna en armonía con la evolución de la sociedad marroquí y de su entorno regional e internacional” y que ofrece “un modelo para los países de la región que están experimentando una transición democrática”.
Sea como fuere al final, la Carta Magna reza que Mohamed VI deberá elegir al jefe del Ejecutivo de entre los integrantes del partido que gane en las urnas. Cuatro son las fuerzas principales: los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD); el Istiqlal del actual primer ministro, Abbas El Fassi; la coalición ‘Alianza por la Democracia’ o ‘G8’ y los socialistas, de la mano de los primeros y a los que apenas se atribuyen posibilidades triunfo.
Las dos opciones partidarias con mejores perspectivas electorales incluyen la reivindicación de las dos ciudades autónomas en sus programas electorales. El PJD de Abdelila Benkiran se refiere al tema bajo el epígrafe de ‘Restablecimiento de nuestra unidad territorial’ y se compromete, si llega al poder, a intentar “abrir un diálogo con España sobre las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla” y a lanzar una iniciativa sobre el asunto a la Comisión de Descolonización de las Naciones Unidas. Objetivo: abrir el diálogo
El Istiqlal, por su parte, aboga por concretar “el compromiso de la finalización de la integridad territorial” de Marruecos a través de “la consagración de la autonomía en el marco de la soberanía nacional como solución definitiva al conflicto artificial del Sahara y la recuperación de Ceuta y Melilla”.
El Istiqlal es una de las tres patas que componen la ‘Kutla’, alianza de la que también forman parte la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) y el Partido del Progreso y del Socialismo (PPS), surgidos del nacionalismo de los años setenta.
El primero no hace ninguna alusión en su programa electoral a las ciudades norteafricanas españolas, pero el segundo también se refiere a ellas, aunque curiosamente por su denominación española.
En este caso, el PPS apuesta por “fortalecer la independencia y mejorar el lugar de Marruecos en el concierto de las Naciones Unidas” desarrollando una política diplomática que no sólo permita “encontrar una solución definitiva del conflicto en torno a nuestras provincias al sur del Sáhara con un Estatuto de Autonomía para la región, sino también que logre la “apertura de las negociaciones con España sobre el futuro de Ceuta, Melilla” y las islas Chafarinas”.
Simultáneamente, la ‘Kutla’ no renuncia a "reforzar las relaciones internacionales y principalmente con España, porque es un socio esencial económicamente y políticamente".
La prensa marroquí ha defendido que, después de su rotunda victoria electoral del 20-N, el Partido Popular “debe construir sobre lo ya cosechado para el buen futuro de las relaciones entre los dos países”. “Lo que está claro”, ha apuntado ‘Al Masaa’, es que las elecciones marroquíes contribuirán de manera significativa al diseño de una imagen diferente de la democracia en nuestro país, algo que servirá como mensaje político a nuestro vecino español y ayudará, por lo tanto, a la racionalización de las relaciones bilaterales basadas en el respeto y el consenso de los intereses comunes”.
La prensa pide “un nuevo aire” El diario marroquí ‘Al Masaa’ ha recibido con cautela esta semana la victoria del PP en las elecciones generales españolas. “Las relaciones hispano-marroquíes necesitan hoy un nuevo aire que las traslade de una etapa marcada por el capricho político a una nueva era de bases sólidas, que anteponga los intereses internos y ponga sobre la mesa los asuntos espinosos con una profesionalidad diplomática que deje de lado las antiguas tensiones históricas”, ha defendido el periódico en un artículo traducido por ‘Al Fanar’ en el que se recuerda que “las relaciones entre Rabat y Madrid han experimentado un progreso notable durante la última década con el Partido Socialista, independientemente de los altibajos más o menos naturales”.
Cuota femenina y 31 partidos Según la embajada del Reino alauita en España, de los 35 partidos legalmente constituidos, 31 concurrirán a los próximos comicios. Tres formaciones “han decidido no presentarse”, mientras que a una se le ha impedido hacerlo por tener “un litigio jurídico” abierto. “Cabe recordar que Marruecos, desde su independencia, rechazó el sistema del partido único y optó por el pluripartidismo”, resalta sobre su sistema la delegación diplomática marroquí en nuestro país. Conforme a la Constitución y a las leyes orgánicas de aplicación, este viernes se elegirá “por lo menos” a 60 mujeres a titulo de la circunscripción nacional. Además, la presencia femenina en las listas se intenta promocionar “con un mecanismo dentro de la financiación de las campañas”.