El mayor número de ciudadanos a los que se negó la entrada a cualquiera de los 28 países de la Unión Europea en 2018 fue de nacionalidad marroquí y el veto se concentró “principalmente entre los que intentaron cruzar las fronteras terrestres con los territorios españoles de Ceuta y Melilla”, según un informe de la Oficina Estadística Eurostat publicado por la Comisión Europea . La cifra total de ciudadanos del país vecino a los que se dio media vuelta fue 228.500. A continuación los números más altos se corresponden con nacionales de Ucrania (53.600) y Albania (23.400).
Los primeros vieron frustradas sus intenciones de acceder a la UE “sobre todo al cruzar las fronteras terrestres con Polonia y, en menor medida, con Hungría, Rumania o Eslovaquia”, mientras que la mayoría de los ciudadanos albaneses a los que se les negó la entrada fueron rechazados “en las fronteras terrestres griegas, croatas o húngaras y en aeropuertos italianos”.
En total, durante el ejercicio pasado se vetó el acceso al territorio de la UE-28 a unos 471.200 ciudadanos de países no miembros en alguna de las fronteras exteriores. Casi la mitad de las denegaciones se registraron en territorio español (230.500; un 48,9%), muy por delante de Francia (70.400) o Polonia (53.700).
En conjunto, esos tres Estados miembros de la UE rechazaron a las tres cuartas partes (75,3%) del número total de ciudadanos foráneos a los se les negó la entrada.
Los rechazos se dan sobre todo en las fronteras terrestres (84%) y aéreas (13%)
Según subraya Eurostat, “la gran mayoría” de las personas a las que se les negó la entrada a España eran marroquíes (223.500; 97% del total de los rechazos en nuestro país) que pretendían “ingresar en alguno de sus dos territorios en el continente africano, Ceuta y Melilla”.
La gran mayoría (84,4%) de los rechazos se registraron en las fronteras terrestres exteriores. La proporción de denegaciones en fronteras aéreas fue del 13,5%, mientras que solo una pequeña parte (2,1%) de las denegaciones totales para entrar en la UE-28 se realizó en fronteras marítimas, algo lógico teniendo en cuenta que “algunos Estados miembros de la UE carecen de salida al mar y, por lo tanto, por definición, no tienen fronteras marítimas, mientras que otros solo las tienen internas dentro del área Schengen”. La compilación de estadísticas sobre la entrada denegada por países dentro del área de Schengen generalmente solo se refiere a las fronteras externas.
Estas diferencias en los datos analizados por tipo de frontera se ven influidas en gran medida “por el alto número de refuerzos registrados en las fronteras terrestres externas en los territorios españoles de Ceuta y Melilla”, según Eurostat.
Además de España, el año pasado se registró “un número relativamente alto de denegaciones” en las fronteras terrestres de Francia, Polonia, Hungría, Grecia y Croacia. Ninguno de los otros Estados miembros de la UE cuyos datos están disponibles contabilizó más de 10.000 denegaciones en sus fronteras terrestres.
Evidentemente . Somos frontera.