Ceuta y Melilla: las claves tras el fin de la crisis España-Marruecos

El anuncio del Gobierno de España de iniciar un nuevo camino de cordialidad con el vecino país de Marruecos tiene unas consecuencias directas e importantes en Ceuta y Melilla. Ciudades hermanas sometidas a la constante duda sobre su defensa e integridad y expuestas a presiones permanentes a pie de frontera que han tenido, en el último año, dos momentos que podrían considerarse históricos. El primero, el más sangrante y el que obtuvo un rechazo unánime del Gobierno local, del de España y de la UE, se escribió en la madrugada del 17 de mayo y se materializó en la entrada de más de 10.000 marroquíes que hallaron una frontera sin control. El segundo, el encargado de reabrir la inquietud, escenificado en los intentos de entrada de miles de subsaharianos por los pasos fronterizos de Melilla en jornadas continuadas de alerta.

A finales de este mes de marzo el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, se reunirá con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una entrevista programada de antemano, apalabrada antes del comunicado del Gobierno y que vendrá precedida por la llamada, que en la tarde de este pasado viernes, ofrecía el artífice de ese acercamiento a la autoridad local. Será un encuentro con importancia, porque hay asuntos inamovibles que deben ser colocados encima de la mesa de debate como prioritarios, incluso como urgentes para el futuro tanto de Ceuta como de Melilla.

La defensa de la integridad territorial y la soberanía de las dos ciudades, sin medias tintas, sin dobleces y de manera firme, es prioritaria en esa agenda que emprenden los gobiernos de España y Marruecos para cerrar una crisis diplomática sin igual. En el mensaje institucional del Gobierno de España se dijo con claridad que se iniciaba una nueva etapa basada en el “respeto mutuo, el cumplimiento de los acuerdos, la ausencia de acciones unilaterales y la transparencia y comunicación permanente. Esta nueva etapa se desarrollará en una hoja de ruta clara y ambiciosa. Todo ello para garantizar la estabilidad, la soberanía, la integridad territorial y la prosperidad de nuestros dos países”.

El Gobierno de Juan Vivas siempre ha mantenido una posición clara, aun siendo contraria a las tesis del PP nacional, que pasa por respaldar siempre al Gobierno central, sea del color político que sea, siempre que los acuerdos que adopte sean en beneficio de Ceuta y por su interés. El ruido levantado en las últimas horas por el futuro líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, al acusar al Gobierno de Sánchez de frivolidad advirtiendo de perjuicios para España, está muy lejos de constituir un mensaje convincente para el interés de las dos ciudades hermanas, que necesitan de una recuperación de los cauces de cooperación, relaciones de vecindad y respeto mutuo que se habían visto quebradas.

Ceuta no es que camine por libre, es que la línea de defensa de la Ciudad pasa por el arrope a lo que es bueno para el territorio, aunque la dirección política del partido busque otros fines.

En la crisis de mayo, la integridad territorial y la defensa de la soberanía estuvieron garantizadas con gestos políticos visuales, como lo fue la visita del presidente de todos los españoles o la reacción al más alto nivel de Europa. En este nuevo reto, en esa plasmación de la hoja de ruta emprendida, debe ser objetivo prioritario la claridad con la que se debe abordar todo lo concerniente a ambos territorios, dejando a un lado los mensajes catastrofistas o más propios de asustaviejas.

Si para Ceuta y Melilla es clave ese acuerdo común de respeto entre España y Marruecos, también lo es la instauración de unas relaciones de transparencia que sitúen la apertura de la frontera como una oportunidad real. Todavía sin fecha, siendo una decisión que debe tomarse con calma valorando las condiciones en que se lleva a cabo ese gesto, es clave que se trabaje en una nueva frontera que permita un tránsito normalizado y que suponga la vía terrestre de conexión digna con un norte marroquí más avanzado, moderno, con zonas industriales y desarrolladas que comulguen con una Ceuta enfrascada ahora en definir sus retos mediante la elaboración del plan estratégico. El desarrollo del vecino sumado al propio de Ceuta debe ir mirándose cara a cara.

El contexto internacional convulso, la inseguridad creciente con los conflictos como el de la invasión de Rusia a Ucrania urge además la adopción de medidas alejadas de una crisis con un país vecino como Marruecos, dado la necesaria línea de avanzar en seguridad y confianza a todos los niveles.

El próximo gesto será la reunión del ministro José Manuel Albares, la visita del presidente Pedro Sánchez a Marruecos y el regreso de la embajadora. Pasos pequeños para el gran reto anunciado.

Los 4 frentes a tener en cuenta

Lucha antiterrorista. Marruecos y España mantienen sin descanso desde hace décadas una lucha contra el yihadismo, dado el aumento de esta amenaza en Europa, agudizada desde los peores atentados ocurridos en Madrid en 2004, en los que murieron 292 personas y presuntamente perpetrados por radicales marroquíes.

En paralelo, ambos países vienen colaborado en el desmantelamiento conjunto, sobre todo en España, de distintas células terroristas leales al grupo yihadista Estado Islámico (EI). En el caso de Ceuta hay que destacar que se han desarrollado importantes operaciones que han contado con el respaldo de Marruecos ejecutándose arrestos en nuestra ciudad y en el norte vecino, en puntos como Castillejos.

Inmigración. España viene manteniendo con Marruecos distintos acuerdos de cooperación policial internacional, procedente del presupuesto del Ministerio del Interior, para contribuir a la financiación del despliegue de las autoridades marroquíes en actividades de lucha contra la inmigración irregular, el tráfico de inmigrantes y la trata de seres humanos.

En los últimos años se han producido varios intentos de entrada de inmigrantes a través de las vallas de Ceuta y Melilla, siendo determinante la cooperación marroquí.

Pero sin duda el hecho reciente más destacado en este ámbito ocurrió el 17 de mayo de 2021, cuando Ceuta sufrió la peor crisis migratoria en años con la llegada de más de diez mil personas procedentes de Marruecos, sin que las fuerza marroquíes lo evitaran, entre ellos había más de mil niños. Ello provocó que España movilizara al Ejército al tiempo que advirtió a Marruecos de que defenderá la integridad territorial de sus fronteras "con todos los medios". Esta llegada masiva originó el mayor enfrentamiento diplomático entre ambos países abierto tras el ingreso días antes en un hospital español y con otra identidad del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, afectado por coronavirus y la retirada de la embajadora de Marruecos en España.

Sectores empresariales. Según datos del ICEx alrededor de 65 empresas españolas están radicadas en el país magrebí en ámbitos como el turístico, tecnológico, textil, agroalimentario, transporte, servicios a empresas y producción energética o ingeniería civil. Además en el caso del sector pesquero, el último acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Marruecos, aprobado en julio de 2018, se encuentra pendiente de la ratificación de sus respectivas instituciones ejecutivas.

Este acuerdo permite faenar durante cuatro años a 138 barcos comunitarios, y de ellos, 93 corresponden a España en las distintas modalidades: 22 licencias para pesca artesanal norte al cerco; 25 para pesca artesanal norte al palangre de fondo; 10 para pesca artesanal sur a las líneas y cañas; 12 para pesca demersal, arrastreros y palangreros de fondo; 23 para pesca de atún, cañas y líneas, y una para pesca pelágica industrial. Sin embargo, el 29 de septiembre de 2021, el Tribunal General de la Unión Europea anuló el acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos en aquellos puntos que se refieren al terreno perteneciente al Sáhara Occidental, un territorio que determina que está pendiente de descolonización, con lo que la sentencia dio la razón al Frente Polisario, que los había denunciado por explotar recursos de esta zona.

Apertura de fronteras. La relación entre España y Marruecos tiene un punto clave en el estado de las fronteras. Todas las conexiones de unión fueron clausuradas por culpa del covid pero a la pandemia le siguió la crispación, lo que llevó a que el clima fuera bastante negativo como para propiciar la recuperación de las buenas relaciones. Ahora tras la visita del ministro de Exteriores, la siguiente del presidente del Gobierno Pedro Sánchez y la vuelta de la embajadora, quedaría como clave la apertura del Tarajal.