El domingo fue el colofón de unas semanas esperando que llegara para poder vivir el partido clave para nuestras retinas. Y la verdad que fue una gozada. A mí no me gusta estar empapado de los resultados, estadísticas y día a día de las escuadras, pero eso fue imposible ya que donde iba la joya de las conversaciones era el mach entre la Agrupación Deportiva Ceuta y el equipo donostiarra. Me acuerdo de una llamada telefónica con mi difunto padre donde me decía por qué le llamaban a San Sebastián Donosti, y yo lo único que le pude decir que no tenía ni idea pero lo que había aprendido era decir: “Ahí va la ostia”.
En una de mis oídos con la sociedad femenina, y debo de decir que ya tiene sus añitos, me confesó que había tenido un sueño donde los colores del equipo que le iba a tocar al Ceuta eran los blancos y rojo. A mí rápidamente me vino la imagen de que podría ser un equipo de primera división como se especulaba por todos los rincones de esta Perla del Mediterráneo. Y por deducción me vino los equipos atractivos del Atlético de Madrid del Cholo Simeone o del Granada. Pero cuando nos enteramos que nos había tocado la Real fue cuando en la Plaza de Abastos central de nuestra ciudad caballa, uno de los fruteros con más gracia de Ceuta me increpó que mi confidente era daltónica al confundir los colores del equipo que teníamos que enfrentarnos en esta nueva eliminatoria de la Copa de Su Majestad el Rey.
El rojo y blanco se había transformado en el blanco y azul de este equipo de primera división española. Pero aún debo contar más, este hombre es forofo del Betis y los que habéis ido a ver el partido este domingo a las cuatro de la tarde sabéis de primera mano que la escuadra de la Real Sociedad vistió de verde.
Son unas coincidencias que deben de ser analizadas con mucho cuidado. Ya que son conclusiones a posteriori que no tienen importancia pero vamos que deben de tenerse en cuenta. Del partido debo de decir que fue muy bonito ver esa entrada tan maravillosa que tuvo nuestro estadio Alfonso Murube donde casi llegó al aforo del lleno. Pero debo de recordar que cuando juega aquí nuestro representante en Tercera División se ve muchísimo cemento vacío. Hay que estar con el equipo mucho más. La primera parte la verdad fue muy bonita donde los dos equipos jugaron a un fútbol muy fluido y no parecía que hubiera tanta diferencia entre un primera y un tercera. El Ceuta nos hizo gozar. Jugó al fútbol y gozó de ocasiones y todo esto fue refrendado por el público cuando los nuestros se dirigían a los vestuarios donde todos en pie aplaudimos a nuestro equipo blanco. Yo el primero con las lágrimas de emoción en mis mejillas. Por eso no fue de extrañar que durante unas fases del partido, en la primera parte, se escuchará las frases de: “Sí se puede...” y “A por ellos...”. Todos estábamos ilusionados. Sin embargo el monstruo despertó y entre el minuto 9 al 16 nos cayeron tres jarros de agua fría que nos mandaban hacia la realidad.
Estábamos jugando contra un equipo de primera. Aunque antes hubo una jugada polémica en el área vasca donde hubo un más que sonoro penalti a Cristo. No fue señalado y esto pudo repercutir en estar un poco fuera del partido en los minutos que vinieron a continuación. Pero todo lo malo se convirtió en bueno cuando mi hijo comprobó que una apuesta que le había dado antes del comienzo del encuentro la habíamos cogido. El cero a cuatro final valió para que tuviera en la cartera unos buenos dividendos de una corazonada. Buena tarde de fútbol. Y de saber que se puede llenar nuestro estadio.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, se ha reunido…
La causa en torno a la muerte de dos agentes de la Guardia Civil en…
Con el puente festivo de diciembre próximo, muchos aprovecharán para hacer una escapada fuera de…
El titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha dejado visto para…
El Museo del Revellín es un edificio antiguo del 1900 que cuando pasó a ser…
Podría dar la sensación de que algunos políticos cuando acceden a la Tribuna de Oradores…