El estado de alarma en nuestro país concluye este domingo 21 de junio. La situación de excepcionalidad en la que ha estado sumida Ceuta, al igual que toda España, desde el pasado 14 de marzo por la pandemia del
coronavirus se dará por concluida después de la sexta y última prórroga. Este domingo habrá movilidad sin restricciones dentro de las fronteras españolas pero, hasta que hemos llegado a este punto de libertad de movimiento, los locales, negocios y los ceutíes han tenido que soportar un confinamiento y un plan de desescalada por la crisis sanitaria. Algunos establecimientos –económicamente– han sobrevivido mejor que otros. Lo han hecho al igual que las personas, tanto a nivel de salud como de ánimo. ¿Cómo han sobrevivido estos tres meses desde los
comercios locales de Ceuta? Desde el primer día que pudieron recibir a sus clientes hasta este fin del estado de alarma. En la tienda Xocolat y en la Boutique Kalú han notado un cambio radical en el ánimo de los clientes, pero han tenido que reinventarse en sus negocios para sacarlos adelante después de estar tres meses con la persiana abajo. Margarita Fernández Galán, propietaria de Xocolat, cuenta que ahora “funcionamos con envíos a domicilio y por pedidos vía online”, cuando antes del confinamiento no tenían esos servicios.
En la Boutique Kalú, tienda de moda y complementos, Sandra Cabrera, propietaria, confiesa que “el resumen ha sido bueno. Abrimos la tienda con mucha incertidumbre y con preocupación. Ahora vendemos pero todo muy lento, y por mi tipo de producto ha habido parte de mi negocio que se ha paralizado”. Aún así las clientas compran y acuden a Kalú, pero “algunas con miedo me dicen que ellas siguen en la fase 1”. Desde el sector del
taxi, aunque no han dejado sus servicios de lado ningún día, siguen con dudas de cómo van a trabajar a partir de ahora. ¿Vuelven a trabajar la jornada completa pero todos los días? ¿O seguirán al 50 por ciento? Mohamed Mohamed, taxista, cuenta que “todo depende de lo que decrete la Ciudad Autónoma”. Aunque, por otro lado, confiesa que “no hay trabajo suficiente como para volver a la normalidad”.
¿Los clientes siguen reticentes a subirse al vehículo? El taxista cuenta las grandes pérdidas que han notado por el fomento del
teletrabajo porque “aunque la gente poco a poco se anima a coger el taxi, tampoco es como antes”. Además por las mañanas “hemos perdido la clientela que iba a trabajar a las oficinas y que acostumbraban a usar nuestro servicio, ahora trabajan desde casa”. El taxista recuerda cómo fueron los primeros días de estado de alarma. Sobrecogedores. Sin actividad, sin clientes, calles solitarias… Ahora intenta que sus clientes mantengan la calma y sean precavidos para no volver a dar ni un paso atrás. Al igual en los quioscos. También han estado trabajando sin descanso durante todo el estado de alarma. El quiosquero de la Plaza de la Constitución cuenta que se tuvo que fabricar él y con ayuda de la Policía una barrera porque tenía miedo de contagiarse por algún cliente, y aún así “la gente saltaba la barrera, la gente no se concienciaba”. Ante todo prima su seguridad. ¿Cómo ha notado la evolución desde los primeros días de trabajo hasta este fin de semana que termina el estado de alarma? Miguel Encomienda, quiosquero, asegura que los primero días fueron "muy malos, porque me obligaron a trabajar y no había mascarillas ni guantes”.
Las ventas del negocio sufrieron unas pérdidas enormes. Pero poco a poco, con la desescalada ha ido mejorando. La hostelería, sin embargo, estuvo totalmente paralizada hasta que comenzó la fase 1 en Ceuta el pasado día 11 de mayo. Ese día las terrazas de los bares y restaurantes se prepararon para servir a sus primeros clientes después de dos meses cerrados. ¿Van a cambiar la organización del local con el fin del estado de alarma? África Sánchez, propietaria de la cafetería Pat &Cris, dice que van a seguir “con las mismas medidas de seguridad que tenemos hasta ahora”. Son precavidos y continuarán con la distancia de “dos metros o metro y medio” entre mesas, porque, según Sánchez, “hay que estar muy atentos a lo que tenemos”. José Luis Barroso, cocinero Mesón Baco, opina lo mismo que su compañera de profesión: “De momento vamos a seguir con las medidas de distanciamiento que tenemos por seguridad. Ahora mismo deberíamos empezar con el aforo al cien por cien pero creo que lo vamos a mantener como lo tenemos”.
Los ceutíes durante este estado de alarma han sufrido o agradecido el confinamiento. Cada uno tiene su historia de pandemia pero, desde que comenzó el plan de desescalada, volvieron a intentar retomar a la normalidad con sus seres más cercanos. Elena Gómez, viandante, cuenta al lado de su bebé que desde que “comenzó el estado de alarma y con la imposibilidad de salir de casa me ha hecho poder disfrutar más de mi pequeñín”. Ahora, conforme han pasado las fases, “he aumentado la precaución”. Por el contrario, María Lozano, cuenta desde una terraza junto a sus amigas las dificultades que ha sufrido durante el confinamiento: “Mi hija, de estar tanto encerrada en casa, ha sufrido depresión. Han sido unos meses muy malos, pero gracias a Dios ya está mejor”, concluye.
Cada uno con su historia y con sus sensaciones cuentan y discuten sus vivencias durante la pandemia. Ahora, con el fin del estado de alarma, un día que nunca veíamos llegar, no hay que bajar la guardia. El COVID-19 sigue entre nosotros, pero con respeto y cuidado el virus desaparecerá y será un recuerdo que, no en muchos años, estudiaremos en los libros de Historia.