Las aglomeraciones en la estación marítima en vísperas del puente son sin duda una mala noticia, sobre todo porque el repunte de los casos de Covid-19 en la ciudad es preocupante. Unas aglomeraciones de las que somos responsables todos y todas, no sólo las navieras y la administración.
Sin duda no se ha actuado correctamente para impedir que en plena pandemia se aglomeraran miles de personas para embarcar hacia la Península, cosa que se podría haber evitado cambiando los horarios de los ferry, porque si se concentran casi todos los barcos sobre la misma hora de la tarde, difícilmente se podría haber evitado esta situación. Sin embargo no me quiero extender sobre esta falta de previsión y sí sobre otro aspecto que me ha llamado la atención por la falta de respeto de un ciudadano que trabaja en Ceuta, pero tiene una muy mala imagen de los ceutíes. Un ciudadano que se ha permitido rajar, igual no todo lo que piensa, de la ciudad.
En la web de El Faro de Ceuta, una persona que se identifica con el nombre de Diego se quejaba de la denuncia que los usuarios de los ferry realizaban en este medio sobre la falta de seguridad en los embarques del viernes con motivo del puente del Pilar. Pues bien, este individuo se despachaba contra los ceutíes y la ciudad de la siguiente forma, cito y escribo textualmente: “A ver si decís lo mismo cuando vuestros adolescentes y adultos van por la calle sin mascarillas o mal colocadas, hasta los mismos de vuestra hipocresía y poca vergüenza al tratar ciertos temas, sois una ciudad que vive a costa de los impuestos que pagan los peninsulares que allí trabajan, porque vosotros más bien trabajáis poco, ciudad subvencionada y sin futuro”.
Me atrevo a decir que D. Diego es una de esas personas que vienen a Ceuta y no gasta ni agua en la ciudad, que es incapaz de integrarse, conocer nuestras costumbres, incluso nuestra ciudad, porque está aquí el tiempo justo de salir pitando para coger el barco y, por supuesto, está en su derecho, pero los derechos de uno terminan cuando empiezan a pisar los derechos de otros ciudadanos, en este caso, ceutíes, que nada le han hecho.
El señor Diego, aprovechando el anonimato que le proporciona no tener que identificarse con nombre y apellidos, insulta a los ceutíes diciendo que trabajan poco, que vivimos de los impuestos de los peninsulares que trabajan allí, aunque quiso decir que trabajamos aquí, pero para despistar utilizó ese término. Habla de una ciudad subvencionada y sin futuro, se puede ser más desagradecido y más cobarde, porque seguro que este don Diego no renuncia a ningún beneficio de Ceuta y tampoco quiere marcharse a vivir a un lugar con más futuro y con gente menos hipócrita y más vergüenza como él.
He dicho en más de una ocasión que no soy partidario de los chats y las webs donde los ciudadanos pueden expresarse sin dar la cara, porque esta posibilidad da la oportunidad a los estrechos de mente a insultar, levantar calumnias o alimentar malos ambientes entre los ciudadanos. Sin duda, en la web de El Faro, el administrador tiene trabajo extra evitando que los estrechos de mente de Ceuta y la Península -por utilizar el término de D.Diego- ensucien la convivencia de todos los que vivimos en una ciudad que lleva siglos soportando y recibiendo a desagradecidos como D. Diego.
La ignorancia y la mala educación no es exclusiva de algunos ceutíes, cosa que demuestra fehacientemente D. Diego, un señor muy educado venido de otro punto de nuestro país. Todo un caballero.
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