Ya está abierto el plazo para solicitar las ayudas para instalaciones de energías renovables en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, tal y como informa la compañía Ariston. El objetivo es convocar las ayudas para la ejecución de programas de incentivos ligados al autoconsumo y al almacenamiento con fuentes de energías renovables para la implantación de sistemas térmicos en el sector residencial.
En Ceuta, los beneficiarios dispondrán de 137.715 mil euros mientras que, en Melilla, el importe sumará un total de 136.399 mil euros. Se podrán beneficiar de estas ayudas para instalaciones de autoconsumo y almacenamiento las administraciones públicas, las entidades sin ánimo de lucro, los sectores productivos y el sector residencial hasta el 31 de diciembre de 2023.
Las ciudades de Ceuta y Melilla tienen un clima mediterráneo: Ceuta se caracteriza por tener temperaturas cálidas, precipitaciones irregulares y sequía estival. En Melilla, las temperaturas son cálidas y las lluvias, escasas, con una gran irregularidad interanual. Al tener tantas variaciones, el consumo de energías renovables es idóneo para este tipo de alteraciones climáticas. Todos ellos serán incentivados con fuentes de energías renovables y la implantación de sistemas térmicos en el sector residencial. El gobierno apoya a estas ciudades con subvenciones para estas instalaciones.
Dentro de las ayudas ofrecidas a la instalación de renovables, uno de los programas de incentivos (el número 6) se dirige a la realización de instalaciones de energías renovables térmicas en el sector residencial. En este caso, se subvencionarán las instalaciones de producción de energía térmica con fuentes renovables, destinadas a la climatización o producción de agua caliente en viviendas.
En esta línea, destaca la implantación en el sector energético de la aerotermia, sistema de climatización que mediante el intercambio de aire permite obtener calefacción, refrigeración o agua caliente mediante un solo equipo. Este sistema de climatización es el más eficiente del mercado.
Si se complementa el uso de una bomba de calor, para producir calefacción, refrigeración y agua caliente con la generación fotovoltaica, se consigue reducir al mínimo, e incluso a cero, el consumo de la red eléctrica, lo que a su vez supondrá un gran ahorro.
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