Ceuta alcanzó una racha máxima de 91 km/ hora

El tráfico marítimo estuvo interrumpido hasta mediodía. Los Bomberos intervinieron por caída de cascotes y cables, y peligro de desprendimiento de tejados

Ceuta alcanzó en la madrugada de ayer una racha máxima de 91 kilómetros por hora. Este fue el punto más alto de una madrugada de temporal que azotó la ciudad autónoma y que fue amainando con el paso de las horas hasta llegar a la normalidad ya por la tarde, reanudándose el tráfico marítimo que había quedado interrumpido el pasado domingo por la tarde.
El temporal no provocó daños personales, y los materiales fueron pocos, mucho menos que en las dos ciclogénesis anteriores. Según informaron desde el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), las intervenciones fueron por caída de cascotes en González Besada, cables caídos en República Argentina, caída de una señal de tráfico junto a Infanta Elena, para asegurar una antena con peligro de desprendimiento en un edificio de la calle Alfau, peligro de caída del techo de una vivienda en Poblado de Sanidad o caída de parte de un muro a la calzada detrás del mirador de San Amaro.
La madrugada fue larga y dura para los bomberos, ya que hasta las nueve de la mañana de ayer llevaron a cabo un total de catorce intervenciones a consecuencia del temporal.
El servicio de emergencias 112 también iba informando a través de Twitter de todas las incidencias que se iban produciendo a consecuencia del temporal, como las ya citadas o el aviso de riesgo de caída de una chapa lateral de una nave del Polígono del Tarajal, caída de contenedores a la calzada, existencia de piedras en la carretera de Benzú o caída de árbol a la calzada en Avenida Reyes Católicos.
La lluvia también fue disminuyendo en la jornada de ayer, después de un día en el que hasta las 23:00 se habían registrado 24,4 litros por metro cuadrado (8,4 mm de 22:00 a 23:00.
El temporal afectó también al tráfico marítimo, suspendiéndose las conexiones entre Ceuta y Algeciras desde la tarde del pasado domingo hasta ayer a mediodía. A las doce salía de la ciudad autónoma el buque de Balearia Passió per Formentera, normalizándose poco a poco las rotaciones. En este buque llegaron numerosos pasajeros que llevaban horas esperando en el puerto de Algeciras y posteriormente embarcaron los que estaban esperando en las instalaciones portuarias ceutíes para llegar a Algeciras. Las salidas desde el puerto algecireño también sufrieron retrasos, como el barco de las tres de la tarde, debido a que había muchos pasajeros para embarcar a bordo. Después de esta rotación se fueron activando las de las demás navieras.
Esta ciclogénesis ha tenido menos impacto en la ciudad autónoma que las dos anteriores, sin embargo volvió a afectar a sus comunicaciones y también se produjeron incidentes a consecuencia del fuerte viento.

Alterado el ritmo diario
El temporal tuvo incidencias en el ritmo diario de la ciudad autónoma, por ejemplo en las administraciones públicas, como la de Justicia, teniendo que ser sustituidos por otros compañeros algunos funcionarios que no pudieron regresar a la ciudad y lo justificaron debidamente.
La alarma que se había creado en la ciudad hizo también que se corriera el bulo de que los colegios habían suspendido las clases. Mensajes en este sentido fueron difundidos el día antes en las redes sociales y se tradujo en que algunos alumnos no fueron llevados por sus padres a los centros escolares.
Sobre este asunto se pronunció el servicio de emergencias 112 a través de su perfil en Twitter. El servicio de emergencias tuvo que desmentir una información que supuestamente se estaba enviando a través de WhatsApp en la que se decía que Protección  Civil pedía a la dirección de los centros escolares que se pusieran en contacto con la Dirección Provincial de Educación por una posible suspensión de las actividades docentes y que el 112 aconsejaba no salir de casa. Más tarde emitió un tweet sobre las ocho de la mañana para dejar claro que sí había clases. “Sí hay colegios. No haga caso a rumores. Siga a fuentes oficiales”, decía. Horas después emitía un comunicado alertando de que los rumores y bulos sobre emergencias pueden ocasionar riesgos innecesarios.

El origen está en el Ártico

El origen de los temporales que azotan España y otros lugares del país como Estados Unidos habría que buscarlo en el Ártico. Tal y como dijo en declaraciones a este medio el geólogo y miembro de Septem Nostra Francisco Pereila, la explicación que se está dando es que este fenómeno se produce a consecuencia de un debilitamiento del vórtice en el Ártico o Polo Norte, causado a su vez por la pérdida de hielo que se produce en verano.
En esta zona de bajas presiones o frío, al derretirse el hielo el agua se  calienta y pasa luego el calor a la atmósfera. De esta manera, una zona de bajas presiones pasa a tenerlas menos bajas o más altas, y de hacer mucho frío pasa a hacer menos frío, lo justo para desestabilizar esa oscilación ártica, provocando que el frío que hay contenido en esta zona caiga hacia el ecuador.
De esta manera, las latitudes más bajas están ‘recibiendo’ mucho frío, lo que está generando que el anticiclón de las Azores esté desaparecido. Este es el resultado del viento frío e intenso que sufren en los últimos tiempos lugares como Ceuta. Después la circulación general este-oeste hace que estos vientos los recibamos por el oeste.
Pereila matizó que el debilitamiento de estas condiciones que se vienen manteniendo durante millones de años que ha hecho que la  diferencia de temperaturas se esté viendo modificada puede ser uno de los motivos, pero que no existe un único factor.
Esta disminución en la diferencia de las temperaturas está afectando a cada parte del mundo de una manera distinta, y a unos lugares más que otros. Mientras en la Europa más al norte como Noruega, Islandia o Finlandia, está haciendo un tiempo relativamente normal, con el correspondiente frío de la época, en Europa central hace más frío de lo que se considera normal en estas latitudes. A países como Francia, Reino Unido, Portugal y España sufren este cambio de temperaturas en forma de temporal.