Ceuta al desnudo (integral)

{jaimage crop="BC" /}Un día como hoy, hace 16 años, la Unión Europea suscribía el Acuerdo Euromediterráneo de Libre Comercio. Este acuerdo surgió al socaire del compromiso alcanzado en el denominado Tratado de Barcelona, cuyo objetivo consistía, fundamentalmente, en el desarrollo social y económico de los países del área mediterránea, tanto en su costa norte como en su costa sur. Aquel fue el caldo de cultivo del proceso de desarme arancelario mutuo, fenómeno obstaculizado al cabo por los altos aranceles a la importación vigentes entre los Estados de ambas orillas.
Temporalmente, el desarme arancelario provocó un fenómeno inmediato y otro diferido. De un lado, la importación de productos industriales provenientes de Marruecos hacia la UE quedaba libre de aranceles desde 2000. En cambio, en la dirección contraria, las importaciones hacia Marruecos desde Europa ha tenido diferentes fases. La mayoría de los productos ha registrado una reducción arancelaria por año de aproximadamente un 10%. Y el jueves, 1 de marzo, finalizará el periodo transitorio de reducciones arancelarias, quedando así vigente el desarme en su integridad.
“Tras 10 años, el ajuste arancelario está prácticamente terminado, de ahí el goteo de pérdida de competitividad del comercio de importación de Ceuta y Melilla y, por tanto, de la recaudación del impuesto indirecto local que lo grava”. Quien habla es Miguel Ángel Pérez Castro, profesor del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada. Pérez Castro, miembro también del panel de expertos de OPEX (Observatorio de política exterior del Gobierno), explica cómo, en esta última década, mientras Ceuta ha disminuido progresivamente las importaciones de mercancías, el Reino de  Marruecos ha doblado las de productos europeos. “Y la menor recaudación en materia de IPSI y de los gravámenes complementarios de los hidrocarburos y el tabaco se han reducido a tal punto que las ciudades autónomas están llegando a perder autonomía financiera”, explica Pérez Castro.
Sin autonomía financiera
El desarme arancelario está causando pues la desnudez de Ceuta. Es un desamparo paulatino que culminará en días y que la hace depender más y más del fondo de compensación del Estado previsto a tal efecto. “No nos llevemos a engaño”, señala Pérez Castro, “desde 2003, el Estado compensa esta menor recaudación mediante partidas de los Presupuestos Generales del Estado. En 2010, la transferencia de los fondos de compensación del Estado (45 millones) superó a la recaudación en calidad de impuestos (42 millones”, extremo que el profesor estima “muy grave y preocupante”.
Este estancamiento en el capítulo de ingresos, compensado por los fondos estatales, está obligando a moverse a las fuerzas vivas locales. El  mismo 1 de marzo, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, mantendrá una reunión con el ministro de Economía, Luis de Guindos. Pero un día antes, el 29 de febrero, ha sido Procesa quien ha convocado la comisión de los agentes económicos y sociales de la ciudad, encuentro en el que se pondrán en común iniciativas destinadas a mejorar el tejido productivo.  Entre los concurrentes estará el secretario general de UGT de Ceuta, Antonio Gil. “El desarme arancelario total va en detrimento de la competitividad local, como así ha ocurrido en los últimos años”, comenta Gil, que salta inmediatamente de nivel. “Hay que buscar propuestas, encontrar soluciones imaginativas”, dice antes de mencionar medidas como el del desarrollo de actividades de ocio, portuarias y turísticas.
El abrigo de las soluciones
Dado que los productos europeos y marroquíes circularán del todo libres y que las ciudades autónomas no forman parte de ese territorio de libre tránsito, las soluciones se antojan tan perentorias como un abrigo en el Polo Norte. Desde la Confederación de Empresarios de Ceuta confían en estrategias  como “diferenciación”  en el  ámbito de los bienes o la “fidelización” en el de los clientes.
También está la incorporación a la Unión Aduanera, extremo que exigen desde la patronal y que ya plantean “seriamente” los expertos económicos. El estado de pertinaz crisis financiera y económica tampoco ayuda, pero sí debería ser un acicate. No es la primera vez que las ciudades autónomas sufren el embate de la lógica global. En las últimas décadas, Ceuta ha sufrido cuatro reconversiones que la han ido desamparando: la economía de los bazares, el abastecimiento de carburantes a buques, la desaparición de los reclutas de reemplazo y, ahora, el desarme arancelario. Es a partir de ahora cuando Europa podrá exportar sin arancel a Marruecos toda guisa de productos, a excepción de, entre otros, azulejos, vehículos de segunda mano y cuero. Precisamente en cueros, en una desnudez integral, es como quedará Ceuta a partir del jueves.