La prisión de Fuerte Mendizábal inicia su jornada con una huelga general que han secundado casi el 100% de la plantilla, según la estimación calculada por los organizadores. No obstante, la plataforma compuesta por los cuatro sindicatos promotores de esta movilización a nivel nacional, CCOO, UGT, CSIF y Acaip, han denunciado la imposición de unos servicios mínimos que ha obligado a cancelar permisos y vacaciones. Reclaman que debido a esta imposición, en un día de huelga como el de hoy, hay más personas trabajado que en una jornada normal.
“Denunciamos los servicios mínimos desproporcionados que la Administración aplica en el sector penitenciario. Hoy, ahí dentro, están trabajando más personas que en un día normal”, recriminaba el representante de UGT en Fuerte Mendizábal, Mohamed Haidor, permitiendo su derecho a huelga a una mínima cantidad de la plantilla.
Esto no impidió que, desde primera hora de la mañana, se organizase un piquete informativo en la entrada del centro penitenciario durante la primera jornada de huelga de las seis programadas para los meses de octubre (24 y 26) y noviembre (6, 8, 13 y 15).
Primera vez en la que todas las organizaciones se unen para exigir una negociación real
Una exigencia que se ha intensificado después de que el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz González, retirase de la mesa, dos días después de su aprobación, el acuerdo en el que se incluían mejoras laborales para los trabajadores de prisiones, así como la recalificación de las cárceles, en la que por fin se reconocía la calificación 1:1 para Fuerte Mendizábal, una de las demandas solicitadas por este centro, que aún mantiene la 2:2 de insular desde que estaban en Los Rosales.
“Nos hemos unido todos los sindicatos y las organizaciones sindicales, reclamando de una vez por todas una negociación real”, promovió Haidor. Lamentan que el cambio de Gobierno no haya servido para nada, pese a las propuestas que se hicieron en un principio y no entiende cómo la Administración se sentó a negociar con ellos sin contar con las bases jurídicas para emprender los acuerdos alcanzados.
“Se sentaron, llegaron las mesas negociadoras, llegó el secretario general a hacernos una propuesta firme de mejora labora, que incluía el aspecto de personal, seguridad, salarial y de pronto, dos días después, nos dice que esa propuesta no ha sido validada”.
Después de esta cadena de desacuerdos con la Administración, para el personal de prisiones la figura del nuevo secretario de Instituciones Penitenciarias ha quedado desvirtuada y piden su dimisión, indicando que antes de llevar un acuerdo a negociación, debería estar ya aprobado por la función pública y no rechazarlo dos días después.
Desde los sindicatos denuncian un hartazgo generalizado por el abandono que dicen sufrir por parte de la Administración, que deriva en unas condiciones laborales que aseguran que son insostenibles para cumplir con un principio constitucional como es el de la reinserción de los reos en la sociedad.
Por este motivo, casi la totalidad de los trabajadores de Fuerte Mendizábal han secundado este paro de labores. “El seguimiento en el servicio de la noche, que es cuando ha comenzado la huelga, es de un 80-100% de los trabajadores. La gente está muy concienciada, está harta.
El movimiento asindical de la prisión de Ceuta, presente
Llevamos años reivindicando una mejora y los funcionarios de prisiones estamos hartos de ser los patitos feos del Ministerio del Interior”, reivindicaba Haidor. Por su parte, el movimiento asindical de Fuerte Mendizábal, que desde hace 17 días mantiene un encierro dentro del centro para exigir las mismas reivindicaciones, también ha secundado esta huelga buscando el mismo fin, una mayor implicación de las autoridades penitenciarias y también de los sindicatos, a los que les exigen que sean una “herramienta útil” para mejorar las condiciones laborales dentro de las cárceles.
“Es un encierro que se está cubriendo las 24 horas del día y nuestra aspiración es llegar a los tres dígitos, incluso”, advertía José Luis Gutiérrez, portavoz del movimiento asindical. Ambos movimientos, tanto sindical como independiente, no descartan intensificar las movilizaciones en caso de no obtener respuesta por parte de las autoridades penitenciarias.