“Vete a tu país”. “Se reproducen como champiñones”. Estos son solo algunos de los comentarios a los que se enfrentan las víctimas de
racismo en Ceuta.
Palabras que, en ocasiones, se repiten de forma diaria. Las personas originarias de otros países o racializadas se ven expuestas a este tipo de trato en distintos terrenos, desde los centros educativos hasta el propio lugar de trabajo. El lenguaje incluso, en ocasiones, se transforma en vejaciones o agresiones.
El Servicio de Asistencia y Orientación a Víctimas de segregación racial o étnica impulsado por
CEPAIM para apoyar y asesorar a personas que sufren este tipo de
discriminación ha atendido, desde mayo de 2022, cuando se implantó, 98 casos. Este pasado mes de marzo ofrecieron su servicio a tres personas y, en este mes, ya han registrado una nueva historia de discriminación racial.
Miedo. Es protagonista en las
víctimas que, por distintos motivos, temen dar el paso y denunciar. El pánico a perder su única fuente de sustento, a ser señalado o incluso a encontrarse en una situación legal que los perjudique les impide tomar la decisión final. Este último caso es muy frecuente en personas inmigrantes que aún no tienen su documentación reglada.
Las víctimas incluso deciden estar en silencio o interiorizar los propios comentarios discriminatorios que reciben. “La única forma de que todo cambie y de que ya no haya más miedo es denunciando”, señala Nawal Ahmed, técnica del Servicio de Asistencia y Orientación a Víctimas de Discriminación Racial y Étnica.
A su vez, desde CEPAIM hacen un seguimiento de los casos incluso una vez que se han cerrado. “Las personas que sufren discriminación son susceptibles de volver a sufrirla en su vida”, explica. De hecho, algunas víctimas han acudido de nuevo a la entidad por este motivo.
A pesar de la existencia de esta herramienta ofrecida por CEPAIM con el respaldo del Ministerio de Igualdad a través de la Dirección General, muchas personas no dan el paso y son los amigos, familiares o compañeros de trabajo los que acuden a la entidad para narrar lo sucedido.
Nawal Ahmed, técnica del programa: "Las personas que sufren discriminación son susceptibles de volver a sufrirla”
Son muchas las historias que se encuentran tras los 98 casos. No necesariamente pasan por estas situaciones personas que llegan a la ciudad, también ceutíes que por sus orígenes se ven en esta situación. Es el caso de un chico de la ciudad que tuvo un incidente al ser confundido por una persona inmigrante o el de otro varón afrodescendiente que, de vacaciones en Ceuta, sufrió una agresión grave en un local de ocio nocturno. Le llegaron incluso a partir una decena de dientes.
El espacio de trabajo también puede convertirse en un lugar de trabajo inseguro para ellos. CEPAIM ha sido testigo de la historia de una facultativa que, durante sus labores, se encaró con una situación desagradable. Un paciente no quería que ella la atendiera por no ser de origen español. Ahmed expone otro ejemplo, el de una mujer que trabaja en el hogar que recibía comentarios racistas y que fue vejada. “Obligaban a la mascota que tenían a orinarse y a ella a limpiarlo. Le decían que, si no le gustaba, que se fuera a su país”, comenta. La técnica hace hincapié en la necesidad de reconocer que la discriminación por raza continúa en el presente y que “es importante reconocerlo para que podamos actuar y cambiar las cosas”.
Ahmed advierte que, de no hacerlo, “se elimina cualquier oportunidad a estas personas independientemente de su cultura o género”. Las personas que quieran presentar su caso a CEPAIM pueden llamar al 021, un teléfono que ofrece el Ministerio de Igualdad y que deriva a la sede de Ceuta.
La discriminación aún tiene presencia en los centros educativos, sanitarios, en los trabajos y en la calle. Solo la sensibilización puede ponerle freno.
Racismo y salud mental
La discriminación puede provocar en sus víctimas falta de motivación, ansiedad e incluso, en algunos casos, depresión. “No le ven sentido a la vida. En muchas ocasiones estas personas, sobre todo las que se encuentran en situación irregular, me han comentado que su vida no tiene sentido y que preferían morir”, cuenta Ahmed. De hecho, una de ellas, tuvo un intento de suicidio. La situación de las personas
sin documentación reglada no es baladí en este sentido. Ahmed habla que, la falta de gestiones, de integración de estas personas y de facilidades a través de las instituciones, hacen que consideren que nunca van a lograr regularizarse, tener un empleo legal o formarse. Estos casos son derivados a Sanidad para ser tratados por un psicólogo y evitar que la problemática llegue a un punto de no retorno. “Tenemos un protocolo en el que tratamos de que accedan a la asistencia sanitaria universal y a día de hoy es un sistema en Ceuta que se lleva a cabo y funciona muy bien”, indica.
Rostros tras las cifras, numerosas historias susceptibles a repetirse
Casi cien historias no pueden contarse en una sola página. Son muchos los testimonios que han llegado a CEPAIM. La entidad incluso tiene conocimiento de casos en los que a algunas mujeres musulmanas se les pone como condición para trabajar no usar el hiyab durante sus labores o a las que se les expone que no pueden acceder a puestos de empleo o prácticas por este motivo. Estas historias no han llegado aún a manos de la entidad.
La discriminación puede colarse en las aulas de colegios e institutos. CEPAIM llevó el caso de una persona a la que querían expulsar del centro por no tener documentación reglada. Incluso en la propia clase expusieron su situación invitándola a salir del centro. La entidad intermedió y desde el propio centro se disculparon y le permitieron continuar con su formación. Es esta la razón por la que CEPAIM quiere llevar actividades de sensibilización en centros educativos, pero, de momento, no han logrado materializar esta iniciativa. Estas personas también pueden verse expuestas a discriminaciones por parte del personal que trabaja en instituciones. Es el caso de una familia que tuvo un altercado a la hora de empadronarse.
Desde CEPAIM comprueban los hechos, ya sea a través de capturas de mensajes, audios o incluso con llamadas a las personas involucradas. Ahmed contactó para saber por qué se había denegado la residencia. “Me contestó que vienen aquí a reproducirse como champiñones. Esto es verídico”, expresa la técnica.