La galardonada con el ‘María Miaja’ recordó que aún queda mucho camino por recorrer para conseguir una sociedad igualitaria
Carmen Castreño, una de las primeras mujeres socialistas que engrosó las filas del Ayuntamiento ceutí en 1983, ha recibido el premio ‘María Miaja’ que este año, por primera vez, entregan conjuntamente las asociaciones Mujeres Progresistas y Búscome. “Es un honor porque con María Miaja he compartido muchos momentos. Era una persona extraordinaria, de convicciones muy fuertes que mantuvo durante toda su vida esa honestidad digna de resaltar”, apuntaba la galardonada.
Castreño considera que el papel de la mujer ha avanzado mucho en los últimos años pero que aún queda camino por recorrer en esa búsqueda de la igualdad. “En esos tiempos entramos las tres primeras mujeres y al pie de los escritos nos preguntábamos si había que poner concejal o concejala, hoy en día eso es impensable. Hemos avanzado mucho en empresas, política, consejos de administración, pero todavía sigue existiendo discriminación, sobre todo en temas de salarios. Por eso es necesario que sigamos luchando por una sociedad igualitaria, tanto hombres como mujeres”.
En su discurso, la galardonada ponía como ejemplo a Miaja, una mujer “luchadora que hasta el final de sus días sacó fuerzas para lograr un mundo mejor para todas”. Así, animó a las mujeres socialistas a continuar en esta línea “para lograr esa sociedad igualitaria”.
En el transcurso del acto, la propia hija de Miaja, Maruchi Sánchez, recordó la vida de su madre, una mujer que sentó las bases de las féminas que no dejaron de batallar por la igualdad en una época en que sufrieron persecución y amenazas. Vestida de rojo o con los labios de este color, esas fueron sus armas y su forma de protestar y reclamar la libertad que les fue arrebatada durante la Guerra Civil y en años posteriores.
Tras quedar huérfana de padre a los tres años de edad, su madre le enseñó a “no doblegarse ante nadie y pelear contra las injusticias”.
Su hija reveló una cuestión desconocida hasta el momento sobre la vida de María Miaja. “Mi madre formaba parte de una célula contra el franquismo, al igual que su hermano Fernando. Era el correo”.
Recordó que vestía de rojo a los 13 años en plena Guerra Civil como forma de protesta. “Un franquista le recriminó que si volvía a verla de rojo la fusilaría. Ella no hizo caso y pasados unos días volvió a vestir de ese color”, apuntaba su hija. Los labios de carmín también eran otra forma de protesta “por la libertad que nos fue sustraida”, añadía orgullosa.
Por su parte, la representante de Búscome, Sandra López Cantero, señalaba que “María sigue aquí, su huella no va a quedar en el olvido. Si una mujer como ella decía lo que pensaba en una época en que podía ser detenida o fusilada, ahora también hay que ser fiel a nuestros principios”.
Respecto al premio María Miaja, aseguraba que “Carmen es un ejemplo de lo que las mujeres podemos hacer. Porque con el poder que has conseguido has contribuido a cambiar muchas cosas en Ceuta y ahora también en Sevilla a través de la política”.