Conversaciones “de especial interés”. Así considera la UDYCO una serie de intervenciones obtenidas en el marco de la investigación sobre la presunta compra y venta de viviendas de promoción pública, que han sido incluidas con detalle en el informe aportado a la causa. Un informe que ha llevado a que se abra una nueva pieza para investigar la existencia de tráfico de influencias por el que deberán declarar, el próximo 18 de diciembre, nueve personas.
Destaca la Policía las conversaciones de Antonio López con trabajadores de la empresa municipal de la vivienda, Emvicesa, así como con el policía portuario señalado como presunto intermediario que esta misma semana quedaba en libertad bajo fianza.
Las más abundantes recogidas en el informe son las mantenidas entre López y una trabajadora que además figura también como investigada en esta causa. Fruto de las mismas, la Policía considera que algunos de esos empleados estaban trabajando por las tardes en Emvicesa para preparar la entrega de las 317, sin que conste oficialmente que por ello cobraran horas extra. De esos trabajos estaba permanentemente informado el exgerente de la sociedad municipal.
La Policía deduce que “por las tardes confeccionaban el listado (ilegal) de adjudicatarios de viviendas”, habiendo conversaciones en las que se informa, en número, de las viviendas que quedaban por adjudicar o de compromisos. “De realizar el trabajo por la tarde, sin que conste oficialmente, sin cobrar horas extra, se deduce que era una medida de seguridad para que el resto de trabajadores de Emvicesa no conocieran de forma clara cómo se concedían las viviendas”, apunta la UDYCO en sus conclusiones, a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico. “Tenían avanzada la lista de adjudicatarios”, concreta.
En una mensajería de WhatsApp mantenida el 2 de junio, una de las trabajadoras de Emvicesa llega a advertir a Antonio López “de ciertos problemas con los compromisarios por escrito, especificando las permutas”, por lo que la Policía considera que se verifica que éste estaba “dando compromisos y permutas a personas que ni siquiera estaban dadas de alta como demandantes o solicitantes de vivienda”.
Llega un momento en el que el presunto cabecilla de todo este entramado confiesa que “va a torear” a algunos de los compromisos e incluso que “dará largas” a unos vecinos de calle Molino con los que debía reunirse. En una conversación posterior, esta trabajadora de Emvicesa pregunta si tanto ella como otro de los trabajadores que figura en la causa como investigado pueden empezar a hacer contratos para ir adelantando.
“Quería dejar todo cerrado antes de que cesase como gerente”, interpreta la Policía, que valora también el “control exhaustivo” que López tenía de todos los pasos dados, es decir, del número de viviendas, de la celebración del consejo de administración, de las personas que podían ser incluidas en el listado... Se le comunica por ejemplo del trabajo en la creación de contratos o de los pasos para la preparación de contadores de agua y de luz. “En dos semanas nos dejamos las casas listas”, concreta esta trabajadora.
“Haciendo contratos, esperemos que la semana que viene avancemos… preparando contadores de luz y agua”, le dice en una conversación, a lo que Antonio le responde: “Espero dejarlo ya todo cerrado y listo… En dos semanas nos dejamos las casas”… “eso seguro”, concreta, indicándole que los contratos deben ser firmados con el cargo de viceconsejero.
En el informe que ha presentado la Policía en el Juzgado que instruye esta macrocausa se incluyen conversaciones recuperadas del teléfono móvil de López en las que se alude no solo a la posibilidad de que tengan que declarar en el juzgado sino, también, al procedimiento que se estaba siguiendo con las VPO después de la publicación de la lista fantasma, lo que llevó a parar el procedimiento.
Forman parte de la trastienda de sensaciones desconocidas hasta el momento, es decir, de cómo los propios trabajadores de Emvicesa que figuran como investigados o el mismo López estaban viviendo esos momentos, desconociendo que la Policía trabajaba en una actuación que derivaría, posteriormente, en la cascada de detenciones que se produjo desde el pasado febrero.
“Si me preguntan lo voy a contar todo”, comunica esta trabajadora a López, que le replica que “no hay que mentir”. “Sé con quién he trabajado, no tengo nada que ocultar”, añade la mujer, a la que la UDYCO define como de estrecha confianza de López hasta el punto de ser una auténtica fiel.
El 13 de julio, con la anulación de la lista fantasma y la comunicación de que los compromisarios no tienen validez, se produce un nuevo intercambio de mensajes.
Una trabajadora de Emvicesa investigada, a López: "Nos van a matar... no veas cómo está esto, los compromisarios no tienen validez, dicen”
“Nos van a matar”, dice esta trabajadora a López. “No veas como está esto, han dicho que los compromisarios no tienen validez. Jajaja, nos van a matar y la nueva gerente no ha venido y el consejero está de viaje”. López le responde: “Me lo comentaron el viernes, me parece muy injusto con la de gente que se quedó fuera en las 170. Dame un toque cuando puedas y me cuentas, jj”.
La investigación policial aportada por la UDYCO ha dado pie, de momento, a que al margen de la nueva pieza por presunto tráfico de influencias se cite a más personas por presunto cohecho.
En conversaciones recogidas en la investigación policial se traducen las impresiones entre López y esta trabajadora también investigada en la causa. Era diciembre de 2015 y nada hacía sospechar todavía de las detenciones en cascada que se producirían tiempo después. “Si voy a declarar diré la verdad y punto”, le comunica a Antonio. “Si es que es así de simple”, le contesta este. “Y si no que llamen a todos los que hemos recibido, que van a verme allí”, le espeta la mujer. “Que llamen a los de la lista y que digan de dónde viene cada uno. Estoy seguro que el tiempo pondrá a cada uno en su sitio”, concluye Antonio.
Otro de los trabajadores investigados que mantiene conversaciones con López sigue en la misma línea que su compañera. “Estimado señor”, le transmite, “quiero que sepas que si me necesitas para algo cuentes conmigo, y si ese empleado al que van a llamar soy yo diré la verdad del asunto y de dónde venían los nombres”, apunta. López le responde agradeciendo su apoyo: “Yo contaré también toda la verdad sobre lo que me pregunten, tengo muy claro cómo se ha hecho todo el listado, que era conocido por Gobierno y oposición y que aunque yo tenía una copia del listado no lo publiqué, así que a esperar. Te agradezco de corazón tu apoyo, siempre defenderé la honestidad y sacrificio de todos vosotros. No lo olvidéis”.
En conversaciones recogidas por la Policía se plasma el interés de Antonio López porque se le hiciera llegar el acta de la comisión local de la vivienda, en donde se habían aprobado los compromisos que ahora no tenían validez. De forma insistente, el exgerente le pide a la trabajadora de Emvicesa investigada que le localice dicho documento. “Es crucial porque han dicho que si aparece van a reconocer todos los compromisos...”, expone López, que lamenta la “provocación” que está sufriendo, a lo que esta mujer le insta a responder. “Yo de ti hablaba ya”, le comunica. “No veas Susana qué puñalada”, le dice. López le contesta que “ella sabrá lo que hace, yo no he traicionado su confianza... hasta que me harte”.
El exgerente vuelve a insistir en la localización de las actas de las comisiones desde junio, sin que le fueran entregadas. La Policía considera a esta laboral de Emvicesa “una leal trabajadora que hace las veces de secretaria de Antonio” hasta el punto de enviarle la documentación que este le va pidiendo aun estando ya fuera de la sociedad. “Busca incluso otro correo alternativo para enviar la documentación requerida por López y así no tener problemas de que se entere alguien de lo que está intentando mandar”, expone la Policía.
La Policía hace mención a la vinculación de López y esta trabajadora de Emvicesa, investigada en la causa. Hasta el punto existe que confiesa en una conversación cómo otra persona le ha comunicado a la gerente en ese momento, Kissy Chandiramani, que le había enviado documentación por e-mail a López. “Creo que le ha dicho a Kissy que yo he enviado tus correos”, asevera. “La perra y ellos dos han estado hablando... se va a cagar”, añade. “Buscaré otro correo para mandarte las cosas”.
López le indica que “hay gente aprovechando el revuelo para otras historias, ya te contaré, gracias cari y no te preocupes”, puntualiza, a lo que esta empleada le comunica que “sigue con él”.
La Policía recoge una nueva conversación recuperada entre el exgerente de Emvicesa y uno de los presuntos intermediarios en lo que se estructura como una organización que se lucraba con la compra y venta de casas. La Policía recalca que se dirige a él con el término de “jefe” y cómo “tutea y conoce” a trabajadores de Emvicesa que están investigados en la causa. Habla de los “piratas del caribe con sables” mostrando su hartazgo por la presión que estaría recibiendo de los clientes para recuperar dinero presuntamente entregado.
“Jefe no veas como lo estoy pasando con la gente”, apunta, indicándole que “tú has obrado de buena fe”. Antonio le contesta que “decepcionar a la gente es algo superior a mí, me siento realmente mal siempre he intentado ayudar a todos”. Este presunto intermediario insiste en reunirse con López cuanto antes, “por tu bien y por el mío” en lo que la UDYCO considera que es un deseo apremiante de recuperar dinero para devolver a presuntos clientes.
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