La obra de cribado de la arena en las
playas de la Ribera y el Chorrillo, en Ceuta, ha finalizado con la actuación en casi 35.000 metros cuadrados de superficie. En el Chorrillo han sido en concreto unos 18.000 metros cuadrados mientras que en la Ribera la actuación ha llegado a 16.500 metros. En el caso del Chorrillo, debido a las condiciones que tiene esta playa por la humedad, ha sido necesario hacer un doble cribado para que las condiciones fueran más adecuadas. No obstante los usuarios no se han quedado tan contentos como con el resultado conseguido en la Ribera ya que todavía pueden apreciarse restos incluso de metales entre la arena.
Una labor encomendada a Tragsa por Medio Ambiente
Finalizada esta actuación encargada a
Tragsa por la
Consejería de Medio Ambiente se llevarán a cabo ahora labores de mantenimiento buscando dejar todas las playas listas antes del inicio del temporada de manera oficial. La actuación se ha centrado básicamente sobre tres tipos de material: el seleccionado (el de calidad), el polvo y el grueso. Tal y como ha concretado la Ciudad Autónoma, la profundidad aproximada del cribado ha sido de un metro. El material grueso es el que protege las zonas de los accesos y la de los espigones.
Problemas surgidos el año pasado que hay que evitar
Así se escribe el punto y final a un cribado que comenzó hace justo dos meses y que ha tratado de tener el arenal preparado evitando los problemas surgidos el año pasado en plena temporada de playa y superando los problemas derivados del mal tiempo. Durante este tiempo las máquinas han trabajado a contrarreloj, prácticamente sin descanso para finalizar en el tiempo que había sido estimado por la Ciudad Autónoma. El trabajo de envergadura está terminado a falta, ahora, de repasar todas las zonas para tener los
arenales listos para el
desembarco masivo de bañistas esperado además ante las olas de calor que se avecinan.