Casi me lo creo

Es cierto que muchas de las noticias que salen en los medios de comunicación relacionadas con los partidos políticos y según sea la tendencia de quien la genera, siempre pretende de un modo u otro dejar al contrario en una posición desventaja, ya que sacando las miserias del otro creen que las de los que los auspician van a quedar indemnes, aunque con ello solo consiguen que la frase mas escuchada sea aquella de “y tu mas”, esa es la realidad que preside a nuestra casta política.
Esta semana ha salido publicada una noticia que deja a las claras que esto es cierto, pues en Baleares han sido imputados dos concejales de una formación localista, si el hecho en sí hubiese ocurrido en un partido de los llamados del sistema, cuando el asunto hubiese salido a la luz publica ya les habría dado tiempo a jubilarse a los responsables, pero lo cierto es que este juego se lo han montado del tal manera que con la connivencia de algunos poderes mediáticos, se permiten que ciertas fechorías se dilaten en el tiempo, dándose el caso de sacar mayoría absoluta aun estando imputado en delitos pendientes de sentencia.
De ahí que sea tan necesario que la gente joven se suba al carro de la política y lleven sabia nueva y no continuista a esta, pues hay valores en la sociedad que se tienen que potenciar denostando formas que lo único que han conseguido es llevar al mundo de la política a personas que solo tenían un objetivo, el de utilizarla para enriquecerse a través del lo que en su tiempo se denominó como “pelotazo”.  Es necesario conservar todo lo que se ha conseguido hasta ahora dentro de una dinámica real, teniendo muy presente que el objetivo principal de todo aquel que decida participar en política es y debe ser el de servir a la sociedad, estableciendo los mecanismos claros y concisos para corregir cualquier desviación de este.
En la antigua Grecia cuyas fuentes filosóficas aun nos inspiran, existían dos modelos esenciales de concebir la política, una primera de clara inspiración platónica y que  percibía al estado desde una perspectiva teórica e ideal y una segunda de marcada influencia aristotélica en la que se incide en una percepción eminentemente práctica y realista de la función del estado.
Precisamente ese es mi anhelo, el que la juventud interrumpa con la mezcla de esas dos tendencias, ideal y realista con la sociedad y con el mundo que nos ha tocado construir. Se que eso es difícil, pues hoy por hoy con los políticos que tenemos y con un sistema totalmente viciado, la tarea se torna complicada, aun así todavía nos queda el empeño y la perseverancia a aquellos que aún creemos que hay una forma mejor de estar en política.
Ejemplos podíamos poner muchos, pero solo con mirar a nuestro alrededor y observar la convulsión patente en todo el mundo árabe, nos vamos dando cuenta de que algo empieza a cambiar. En unos países donde la mitad de su población tiene menos de 25 años, el deseo de cambio es real y desde luego este vendrá impuesto por ese empuje joven, otra cosa será después quien lo capitalice, aun así la necesidad de avanzar de alguna manera para muchas de esas sociedades es vital y si encima le añadimos aquello de que el que nada tiene, nada pierde, muy propio de estos pueblos, pues con mas razón si cabe.
Por ello es nuestro deber el adelantarnos a esos cambios y Ceuta puede ser un referente, pues dada nuestra explosión demográfica, con una juventud hastiada de una falta de horizontes que les permita ser optimista,  estamos mas que obligados a dar respuestas innovadoras, totalmente renovadas, y que mejor si estas vienen precisamente de los principales damnificados por esta situación, los jóvenes, quienes están en el derecho pero también en el deber de participar en la construcción de su futuro, no esperando que los problemas les vengan resueltos por otros, por los de siempre, quienes en la mayoría de los casos se esfuerzan mucho mas en mantenerlos distraídos alejándolos así de los asuntos políticos, que por ofrecerles foros donde puedan ser escuchadas sus peticiones. Tomemos nota.