Ha sido la salida más numerosa de las organizadas hasta el momento. Casi 200 personas han partido hoy a la península con el objetivo de desmasificar el CETI, colapsado después de las entradas producidas en esta semana. Hoy la estación marítima era una fiesta. Mucho más que en anteriores ocasiones. Besos, abrazos y mucho baile. Bailes de quienes se van, pero también de quienes han acudido para despedirse de sus amigos y se han esforzado en que estos les mantengan en el recuerdo.
"¡Somos leones!", dicen. Con coraje, fuerza y mucha fe en Dios dicen que han podido entrar en Ceuta sorteando la valla, o como ellos la llaman, la barrera. Buena parte de los que se van entraron el 9 de diciembre, cuando casi 500 personas cruzaron a Ceuta.
Como Seiyasola, que dice ser "100% de Camerún" y que marcha a Sevilla. No tuvo miedo porque confiaba en Dios. Habla perfectamente el español aprendido en la escuela. También se marcha Antonio, directo a Baena. Atrás deja muchos amigos e historias, pero confía en poder salir adelante y poder realizar su sueño.
La salida de hoy se va a recordar como una de las más felices. Todos celebraban la marcha, los que se van y los que no. Han esperado mucho para cruzar al otro lado del Estrecho. Durante este tiempo han aprovechado los recursos que se les ofrecen en Ceuta, ahora se llevan su música, sus ganas de vivir al otro lado. Boza, victoria, libertad… son las palabras que llevan de equipaje.