Martín Casariego atesora más de una docena de novelas, muchas de ellas galardonadas con prestigiosos premios. Es articulista, viajero intrépido cuyas aventuras comparte con sus lectores, y aficionado y entregado al séptimo arte, donde se ha entregado con incursiones como guionista. Precisamente todas estas facetas que rodean al madrileño en sus varias décadas de carrera profesional quedaron abiertas para sus seguidores ceutíes en el primer encuentro que mantenía con ellos en la ciudad, como bien admitía el escritor en las primeras palabras que les concedía.
Serio y reservado, sin ocultar, de vez en cuando, ciertos matices cómicos que desataban las carcajadas entre un ensimismado público que no se explicaba la escasa afluencia al encuentro. “Qué pena, es que ha tenido muy poca difusión”, comentaban. Aún así, Casariego se mostraban encantado y rápidamente se expuso a cuestiones de toda índole. No sin antes consumar más de quince minutos a lo largo de los cuales quiso deshacerse o, más bien justificarse, de la etiqueta que lo cataloga como escritor juvenil. Fueron continuas las argumentaciones lanzadas a tal respecto por el madrileño tras verse precedido en la mesa que presidía la sala de usos múltiples de la Biblioteca por gran parte de su colección, la juvenil claro. Ni rastro de las escasas novelas de adultos que tiene publicadas. “Observo que al menos se leen”, comentaba entre risas haciendo referencia a un ejemplar con un marcado uso. “Considero que cuando escribes has de hacerlo lo mejor posible, aunque te dirijas a un público menor, ya escribas novelas histórica o para un público de 14 años”, explicaba para a continuación detallar algunas de sus novelas “favoritas”, como ‘El amor y la literatura’ o ‘Con las sombras al viento’ , las cuales ha escrito para un público de mayor edad.
“Cuando te adaptan una novela el resultado a veces genera vergüenza”
Él se define, por encima del resto de sus facetas, como novelista. Es el género en el que se siente libre, el que le permite explorar y no le pone límites, muy a pesar de algunos de sus oyentes que se sintieron más atraídos por otras de sus incursiones, como las que ha realizado en el mundo del cine como guionista. Casariego se confesaba, el cine es más rígido, resta libertad y el resultado depende de más factores. “Si publico una novela lo hago porque estoy convencido al cien por cien de que el resultado es el satisfactorio, de los guiones que he escrito no puedo decir lo mismo. De hecho no hay guión en el que haya participado del que me sienta atraído por esa película”, atestiguaba.
El madrileño se alzaba así como fiel defensor de la novela, “sin desprestigiar al cine. Hay películas muy buenas y novelas que no lo son tanto”, expresaba. Aunque lo que sí tiene claro es que el cine se debe a la originalidad, y que rara vez una adaptación literaria alcanza el nivel de la novela. “En mi opinión se salvan ‘Los Santos Inocentes’ y ‘Matar a un ruiseñor”.
Dicen que una película no debe aguantar más que la vejiga de un espectador, lo que se traduce en un gran resumen literario que no siempre termina de agradar a sus autores. “Cuando te adaptan una novela el resultado, a veces, genera vergüenza”, opinaba como víctima de esa coyuntura.