Veinte días después de la escalada verbal entre España y Marruecos, Pablo Casado, líder del
Partido Popular vino a Ceuta para reunirse con empresarios ceutíes y así conocer, de primera mano, el sentir del tejido empresarial que ha resultado tan afectado por el cierre de la frontera y por el momento diplomático que viven ambos países.
La reunión contó con la presencia de numerosos empresarios ceutíes de diversos sectores, así como los presidentes de la
Confederación de Empresarios y la
Cámara de Comercio, Pepe Dhanwani y Karim Bulaix respectivamente, que transmitieron al líder del Partido Popular sus preocupaciones ante el devenir de la ciudad después de que más de 10.000 personas entraran hace tres semanas en una crisis migratoria sin precedentes en la que las infraestructuras asistenciales de la ciudad se vieron desbordadas.
En el encuentro también estuvieron presentes Juan Vivas, Yolanda Bel, Kissy Chandirami, Alberto Gaitán y Guillermo Martínez así como miembros de Nuevas Generaciones.
Uno de los momentos más duros de esta reciente crisis migratoria sucedió en los primeros días, cuando numerosos comercios ubicados en el centro de la ciudad se vieron obligados a cerrar sus establecimientos ante la cantidad de gente en las calles y la limitación de aforos de los mismos.
Una reunión “constructiva”
Este encuentro entre empresarios y Pablo Casado ha tenido un cariz “muy constructivo” en palabras del presidente de los empresarios ceutíes, Pepe Dhanwani, que ha destacado también la actitud de escucha atenta a la sensación de inquietud que han podido transmitir, en la que se ha apostado por adoptar las medidas necesarias para que Ceuta recupere su “estabilidad social, económica y humana”, en la que es “importante” trabajar conjuntamente con el Gobierno para garantizar siempre la máxima estabilidad de la ciudad.
Los cierres de comercios en Ceuta llevan a una situación crítica a los empresarios
La situación de crisis que abrió la asfixia fronteriza, debido a los intermitentes cierres de Marruecos que impidió una normalización del comercio con Ceuta, ha recibido su estocada, casi de muerte, con la llegada de la pandemia. El COVID-19 se encargó de hacer lo que había iniciado la frontera y el resultado es la cadena de cierres y avisos de cierres ligados, por ejemplo, a un lugar tan emblemático, comercialmente hablando, como lo es el Paseo del Revellín.
La situación de crisis derivada de la frontera nunca pudo ser resuelta como se debía porque llegó la del coronavirus, que ha venido a suponer la muerte de comercios que, a pesar de las ayudas como las que a fondo perdido ha dado la Ciudad, no han podido superar esta situación. La situación es complicada y
las soluciones que deben adoptarse tienen que tener la urgencia debida para evitar acontecimientos peores que se plasmarían en nuevos despidos.