El titular del
Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta dejó visto para sentencia un
juicio en el que una pareja sentimental se enfrenta a un delito de quebrantamiento continuado. Los dos acusados, que ya han estado en prisión por saltarse una orden de alejamiento, negaron haber cometido el delito, mientras que la
Fiscalía tras escuchar a los testigos siguió con su escrito inicial y solicitó la pena de 15 meses de prisión para él y 12 para ella.
La Defensa, por su parte, pidió la libre absolución de sus representados al no quedar acreditado a su juicio que ellos fueron autores de los hechos por los que son perseguidos. Y es que unas cartas entre ellos durante su estancia en el centro penitenciario de la ciudad fue el motivo de que estén acusados de un delito de quebrantamiento continuado. Los funcionarios de prisiones que testificaron señalaron que una persona es la encargada de recoger, clasificar y entregar la correspondencia a su destinatario. Tanto la persona que la entrega como la que lo recibe debe firmar y, en este caso, saltó “la alarma” cuando al entregar una carta a la compañera de celda de la acusada, esta le indicó que ella no conocía “la persona que le mandaba la carta y que no era para ella”. Tras ese suceso, los funcionarios empezaron a indagar, comprobaron que los acusados no podían comunicarse entre sí por un auto del 7 de julio de 2017 dictado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Ceuta y decidieron inspeccionar las celdas. En ese momento, y según afirmaron los funcionarios, comprobaron que había múltiples cartas y que en la mayoría de ellas utilizaban a terceras personas para enviarlas.
Negaron utilizar terceras personas para mandarse correspondencia
Una versión totalmente opuesta a la ofrecida por los acusados, que no quisieron contestar a las preguntas de la Fiscalía y solo contestaron a las de su abogado. Negaron, una y otra vez, que ellos utilizaran terceras personas para mandarse correspondencia, que nunca se habían mandado nada y que “bastante duro” era estar en la cárcel para tener que volver sin haber cometido “delito alguno”. Eso sí, para su defensa, un funcionario de prisiones indicó que no sabe si eran conscientes de que aún seguían teniendo la orden de alejamiento, ya que a veces en prisión los detenidos “pierden la noción del tiempo”.