Hace más de más dos mil años unos Reyes de Oriente, poderosos magos, Melchor, Gaspar y Baltasar siguieron una Estrella, que les llevaría a un lugar, humilde, dónde encontrarían a un niño recién nacido acostado entre unas pajas junto a su Madre María y José en la que sólo había, para darles calor, una mula y un buey.
Esos Reyes ,siguieron aquella Estrella y al llegar descubrieron quién era ese Niño cuando se postraron ante Él; sintieron esa fuerza que nace de Dios y que te impulsa a salir de las seguridades personales cuando conoces el Camino, la Verdad y la Vida, porque tenían delante de sus rostros la Salvación que llega de lo alto y que libera al hombre de sus peores enemigos como son: el temor, la angustia, la tristeza, el odio, el resentimiento, la venganza, el egoísmo… en ese mismo instante los Magos empezaron a experimentar en su corazones los sentimientos más puros de Humildad, Alegría , Fraternidad, Esperanza, Justicia, Verdad, Generosidad, Disponibilidad, Entrega, Lealtad… y tantos y tantos sentimientos buenos para el ser humano…pero por encima de todos aquellos sentimientos que estaban experimentando aquellos Reyes hubo uno que envolvía a todos los demás y les hacía ser hombres nuevos; ese sentimiento era el Amor, que como un perfume suave, fue envolviendo aquél lugar y a aquellos Magos de manera dulce y silenciosa porque, realmente, estaban contemplando el Sol que había venido a la tierra iluminando a todos los que están en tinieblas y en sombra de muerte para guiar los pasos de la humanidad por el camino de la Paz.
Fue una experiencia preciosa y mística para aquellos Magos de Oriente y así, en la sencillez de aquél lugar, entre una mula y un buey adoraron al Rey del mundo, El Emmanuel, y se postraron ante Él.
Después de largo rato en Silencio, Oración y Adoración le entregaron unos presentes: Oro, símbolo de la pureza y regalo destinado a los monarcas; Incienso, que es una suma de resinas aromáticas que sirven para rendir culto a la Divinidad y Mirra, una resina que crece en el noroeste de África, Arabia y Turquía y que contiene propiedades medicinales y aromáticas que sirven de ungüento para embalsamar, anuncio del padecimiento de aquél Niño Dios por Amor a toda la humanidad.
Los tres Reyes Magos pasaron mucho tiempo admirando al recién nacido y comprendieron, en profundidad, lo que estaba ocurriendo de trascendental en aquel lugar y todo ello en un clima de recogimiento, tan grande y maravilloso, que parecía que estuvieran en el mismo cielo.
Los Magos, de distintos lugares del mundo, volvieron a sus hogares, sin nada material en sus camellos, solamente llevaban sus corazones llenos de multitud de Dones que recibieron al Contemplar a aquél pequeño Niño… sus Majestades ya no eran los mismos eran otras personas, ya no les interesaba el poder, ni el lujo, ni el dinero, ni las posesiones ni siquiera sus reinos... sólo les interesaba el Amor y en cómo poder entregarlo a los demás pero en especial a los que más lo necesitaban…hay tanta falta de Amor …se decían…y así fueron haciendo el camino de regreso en silencio, meditando y pensando en todo lo que habían vivido aquella noche.
Antes de separase para volver a sus reinos, éstos Reyes Magos, decidieron que tenían que hacer algo distinto a lo que habían hecho hasta ese momento y que tanto Amor que habían recibido de Aquel pequeño no se podía quedar sólo en sus corazones y en sus reinos, así que pensando en el rostro del niño que habían contemplado sus ojos, tan pobre pero con esa sonrisa celestial, decidieron que lo primero que tenían que hacer era atender a los más pequeños y con este propósito se fueron a sus palacios, haciendo la sagrada promesa, los tres, de que a partir de ese momento no dejarían, nunca, nunca, que los niños perdieran su sonrisa y acordaron realizar , por los siglos de los siglos, el día 5 de enero, por la noche, una visita a todos los hogares de los niños que creen en Jesús, para dejarles, mientras duermen, un presente como hicieron con el Niño-Dios aquella noche de Navidad…
Como son Magos esos presentes son regalos para los niños, pero además de los juguetes los Tres Reyes de Oriente, siempre, dejan en los hogares, aunque nadie lo sabe, parte de los Dones que recibieron esa noche en Belén de la Sagrada Familia y que cada 24 de diciembre se les renueva en sus corazones, para que , como una suave brisa, puedan esparcirla por todos los lugares que visiten, y así por esta Gracia Universal que se produjo en Belén, puedan nacer y renovarse tantos buenos sentimientos, Cristianos, allá dónde van, sentimientos que sólo pueden salir del corazón humano cuando dejamos nacer a Jesús en nosotros.
Melchor, Gaspar y Baltasar, experimentaron el Amor de Dios y lo esparcen cada 5 de enero por la noche, en todos los hogares que quieran recibirlo y para que los más pequeños no pierdan la sonrisa y la ilusión.
Estas Navidades por culpa de la pandemia el mundo entero, está triste y hemos tenido que modificar las costumbres y hasta nuestro comportamiento que parece, que cada vez, nos aleja más los unos de los otros, pero así lo hemos de hacer aunque nos cueste mucho trabajo para lograr, entre todos, parar esta enfermedad, someterla y que no nos haga más daño; por ese motivo los Reyes Magos no podrán estar paseando por nuestra Ciudad con la música y la fiesta con que siempre los saludamos, tampoco podrán recibir a los niños para que les entreguen, en mano, sus cartas.
Es por esta causa que Cáritas Diocesana, que es la mano caritativa de la Iglesia de Jesucristo, ha escrito una carta de petición a sus Majestades para que pronto podamos recibirlos como se merecen y que pronto la gente deje de enfermar, las familias se puedan abrazar, los amigos puedan compartir sin miedos y la sociedad vuelva a florecer, en todos los sentidos, dando oportunidades a nuestros jóvenes para construir, entre todos, un mundo mejor.
Cáritas Diocesana está muy agradecida por la ayuda que nos está llegando para paliar tanta necesidad como se nos está presentando, diariamente, por esta situación tan difícil y dramática de pandemia.
Agradecemos de todo corazón a las Fuerzas Armadas de Ceuta por sus ayudas, a la Policía Local, a las Cofradías y Hermandades, a todas las iniciativas de empresas y a las aportaciones de tanta gente buena que ha colaborado ayudando a los Reyes Magos en la adquisición de juguetes para los más pequeños en la campaña “Dona un juguete, regala una sonrisa” así como a todos los voluntarios y trabajadores de Caritas que con su trabajo callado han contribuido en esta ilusionante tarea; en estos gestos es dónde se ve la gran solidaridad de los seres humanos cuando es necesario.
Cómo aquellos Reyes de Oriente se llenaron de los Dones de Dios, queremos, que esos Dones llenen los hogares de todos los ceutíes: La Estrella que guiará las cartas a los Reyes será la Estrella de Cáritas para todos los niños de Ceuta.
Felices Reyes.