Envío este escrito esperando que apoyen mi petición de un tanatorio como mínimo al nivel de cualquier ciudad de la Península. Para mí es vergonzoso y penoso ver el estado del mismo tanto de las salas como del obituario; en su interior ni un cirio ni imagen, el féretro es expuesto prácticamente en carro de llevar tableros en un centro comercial, los centros de flores en lo alto del ataúd, aquí no se puede ver al muerto, sino habría que ponérselas encima, ni unos tristes soportes donde apoyarlos, ni un poco de tela para revestimiento de paredes y cubrir el carro del ataúd.
Los vasos del café y algunos canapés en los respaldos de los sofás, donde cualquiera que se siente le da con el pelo, el azúcar por el suelo…
Ni un sofá en condiciones, ni una mesita, ni siquiera un poco de silencio para poder llorar, es totalmente imposible en unas salas tan pequeñas y con tanta gente en las salas comunes.
A mí me parece que nos merecemos algo más cuando se nos van nuestros seres queridos, que se dedique dinero a mejorar el tanatorio y que las funerarias mejoren también sus servicios.
Creo que en un momento tan importante de despedida de nuestra familia o amigos, hay que dignificarlo y prestarle la atención que se merece.