La arquitectura en Ceuta no esta pasando su mejor momento, después de una gran bonanza económica y efervescencia de arquitectura experimental, que trajo arquitectos de varias partes de España y algunos que otros de fuera, dejando impreso su huella en el paisaje de Ceuta. De esos tiempos tenemos obras de un premio Pritzker (Novel de la arquitectura) como la de Álvaro Siza en la Manzana del Revellín o la obra de Paredes Pedrosa arquitectos autores de la Nueva Biblioteca Publica, premiada a nivel internacional con el premio Cemex y Premio Europeo de Intervención del Patrimonio, así como otras obras más que se integraron en el tejido urbano de nuestra ciudad.
No obstante en estos momentos la arquitectura en Ceuta se encuentra detenida en el tiempo por falta de iniciativas que permitan reactivar una actividad que es motor de la economía, con PGOU antiguo y sin aprobar definitivamente uno nuevo, ademas no se convoca a concursos públicos donde puedan salir buenas ideas a soluciones de problemas palpables de esta ciudad y para ello se debería contar con los arquitectos locales los cuales podríamos tener muchas respuestas, pero los políticos prefieren delegar responsabilidades en personas que desconocen las realidades de Ceuta y prefieren seguir trayendo arquitectos y consultoras que no saben nada acerca del lugar y puedan proponer algo verdaderamente relevante que aporte soluciones reales.
Es así, que las únicas obras en marcha tienen que ver con la institucionalidad de un gobierno anclado en el poder, que valora poco a los profesionales locales y es verdad que muchas veces se aplica el dicho, "Que nadie es profeta en su tierra", porque parece que a Ceuta solo se les abren las puertas a los arquitectos de fuera y solo vienen para firmar una certificación una vez al mes y pegarse una buena comida en el mejor lugar y si esto fuera poco el gobierno tiene pactos de encomienda con la constructora estatal Tragsa la redacción y ejecución de proyectos, pero ni siquiera entregan los proyectos que tendrían que haber entregado como el de Plaza Nicaragua y ni siquiera contratan técnicos locales para sus equipos y tienen un trato déspota y prepotente a todos los que quieren indagar o saber sobre sus gestiones, eso sí, después se llenan la boca en el periódico la Vanguardia para decir que han contratado a 85 empleados, pero la realidad es que desconocen quien es verdaderamente Tragsa.
Por si esto fuera poco nuestro gobierno local que tiene suficientes técnicos, recluto en algunos planes de empleo anteriores arquitectos para redactar proyectos del Plan de Barriadas ahorrándose la contratación de profesionales, como también hecha mano de Procesa como mecanismo para desarrollar proyectos absurdos y encriptados, como lo hicieron con el proyecto de la Gran Vía, que no son más que arquitectura arcaica que proyecta una Ceuta que carece de identidad, sustentando discursos absurdos para generar espacios urbanos sin un lenguaje continuo que hable de una Ceuta contemporánea mas próxima con el momento que vive España.
Es una verdadera vergüenza destinar fondos FEDER para renovar la imagen de una zona de la cual no pasan los políticos que vienen de Madrid, solo para que se hagan unas cuantas fotos y llenen titulares, pero mas vergonzoso es que el gobierno solo invierta en esta zona en concreto y halla mas zonas de Ceuta en un total abandono donde se debería de invertir. A su vez es una pena que no se abra las puertas para consultar a los arquitectos colegiados o no, sobre temas relevantes como la frontera, el urbanismo en barriadas, un plan estratégico para fluidez vial, mejoras urbanas en extrarradio y zonas de conservación, patrimonio, etc., para que juntos podamos aportar algo a esta ciudad, con gran potencial, pero con grandes carencias.
Solo hasta que los gobernantes se acuerden que los arquitectos podemos contribuir a una mejor ciudad más que un abogado, un graduado en empresariales o un medico, es que podremos hacer de Ceuta una mejor ciudad, porque solo los arquitectos tenemos la capacidad de soñar y visionar un futuro mejor para cualquier ciudad.