Son segundos, pero marcados por mucha tensión. La que existe en esos momentos previos en los que uno planea cómo escapar, la que permanece mientras dura la carrera y la que agota su presencia cuando Ceuta queda atrás y se pisa suelo marroquí. Los atrapados en nuestra ciudad tienen todo el tiempo del mundo para planear cómo fugarse y para intentarlo las veces que consideren hasta alcanzar la meta. En la tarde de este viernes, tres lo han conseguido bordeando el espigón que hace frontera con Beliones. A la carrera, como atletas desesperados cuyo trofeo es la libertad, el regreso al reino de Mohamed VI, el mismo rey que ordenó cerrar las fronteras el 13 de marzo y aún no ha anunciado cuándo las abrirá.
La Guardia Civil ha abortado muchas de estas escapadas. Hacerlo con todas es imposible, supondría tener un agente fijo las 24 horas en el espigón, sin moverse un milímetro, ante los bañistas que a diario acuden a la playa del Algarrobo y entre los que se infiltran los marroquíes atrapados en Ceuta cuya aspiración es volver a su hogar.
A la presión registrada en el Tarajal se suma la de Benzú, elegida cada vez más por los nadadores para escapar porque resulta más sencillo. Sus carreras resultan más exitosas, al otro lado los gendarmes los interceptan y ponen en cuarentena unos días antes de que puedan volver con sus familias. Es demasiado tiempo, mucho el que han permanecido en el pabellón deportivo, en la nave del Tarajal o durmiendo donde pueden, viviendo de la caridad, perdiéndose celebraciones tan importantes como la del mes sagrado del Ramadán o la Pascua del Sacrificio.
Durante este tiempo muchos han perdido a familiares a los que no han podido enterrar, no pueden mantener a sus seres queridos, no pueden trabajar… Lo único que les queda es la escapada, la fuga, poner todas sus fuerzas en correr y nadar bordeando el espigón.
Ante estas escenas de desesperación y huída de marroquíes, varios vecinos de Benzú han mostrado su indignación y cabreo por estas escenas que se viven, explicando que "están hartos" de la situación que están viviendo en los últimos días.
Yo les dejaba la puerta de benzú abierta el que se quiere ir que se vaya un trabajo que nos ahorra
Y que no vuelvan.
No entiendo por qué la ciudad no les facilita la salida?
Está claro como abran se quedan sin subvenciones,
El royo por lo visto es hacerles sufrir.
Mal muy mal ciudad de Ceuta.
Me alegro por ellos finalmente van a reunir con sus familiares