El pasado fin de semana FAROTV quiso dedicar un reportaje especial a las viudas y huérfanos de Regulares, a esas personas que representan un claro caso de “injusticia social”. Si en algo se han puesto de acuerdo todos es en que se les tiene que hacer un reconocimiento, pero incongruentemente nunca llega. No recibieron las pensiones prometidas, ni tan siquiera son recordadas y tenidas en cuenta por una clase militar que las ha terminado arrinconando. Si quieren encontrar una explicación a todo esto no van a poder. Si fue insultante que nunca hayan cumplido con una deuda, con un compromiso obviando la condición de militares y el trabajo que tuvieron aquellos Regulares, más lo es ahora que no se tenga el mínimo mimo a las viudas que todavía viven en el barrio. Poblado Regulares es un lugar especial en Ceuta, y lo es por el encanto que aportan estas viudas a las que tanto quieren en el barrio, a las que tanto cuidan porque son un orgullo, una joya. El cariño y la entrega que demuestran los vecinos de Regulares hacia las viudas es digno de reconocimiento; la alegría y lo bien que lo pasaron al reunirse en una merienda improvisada que organizó la asociación para FAROTV emocionaba a cualquiera. Una mezcla de sentimientos capaz de conmover hasta al más duro. Y es aquí donde surge el enfado, ¿cómo ni tan siquiera se les cede un local en la barriada para que las viudas puedan reunirse?, ¿por qué ya no se les tiene en cuenta en los actos militares?, ¿cómo se puede permitir este olvido que casi parece un desprecio? Cada vez son menos las que quedan con vida. Ellas son felices con sus hijos, quieren vivir en la barriada donde se han criado, perdieron a sus maridos, se les prometió una ayuda económica que nunca se ha materializado, ni tan siquiera se les hace alguna visita, se les reúne, se les homenajea de alguna forma... Forman parte de una historia despreciada, olvidada a pesar de que se creó una comisión que iba estudiar su situación. Muchos debates, demasiada palabrería para nada. Solo ha servido para rellenar espacios, para dar difusión a compromisos que nunca se han llevado a cabo. Es una auténtica traición que, por denunciada, no tiene efecto reparador. Sin duda llegará un momento en el que alguien tenga que dar explicaciones, aunque sea demasiado tarde.