Colaboraciones

Caridad del alma mía: Un sueño se acerca

Hoy es el día de los que no tienen día, o eso se creen ellos. Cuando la vida va oscureciendo las auroras y ciega los ventanales, cuando se secan los ríos de tanto llorar y el tiempo sabe a salitre, ceniza y mar; aparece esta mañana jubilosa, íntima para algunos, sutil para otros, como la belleza que comienza y no termina. Tenemos que ir a buscarla a la plaza, a su plaza, a nuestra plaza. A su casa de siempre desde que bajó del Monte Carmelo del altar de los Remedios y se mudó al altar catedralicio frente al de su esposo, San José, para ser Amor fraterno, Caridad de Ceuta, Niña de Pepe Durán y Reina del Miércoles Santo…

Podremos cruzar un puente y atravesar un arco o bajar el Revellín para desembocar en esa Gran Vía que nos conduce a Ella. No vayáis a confundiros con el brillo cegador de la plata de sus respiraderos, con la ráfaga de oro de su corona, con esas flores que perfuman las esquinas de su paso, con el azul pavo de su manto inacabado que está pendiente de recibir puntadas de amor y arte, esa esquisitez del detalle, esos arabescos de inteligencia cofradiera que Pepe soñara y al que hoy César da vida y realce. No vayáis a confundiros con esa saya asimétrica inmaculada como mi túnica pollinica, que nos recuerda que aquí dos y dos no son cuatro; como todo en la vida; con esos faroles entrevarales y de cola donde se derrite la cera y arde el fuego íntimo de nuestras vidas. Que eso es la vida y no otra cosa, no os confundais, queridos hermanos, arder por dentro, consumir los días y los años en esa noche oscura de San Juan de la Cruz en la que la llama vivificadora del Espíritu Santo nos aclara las ideas y nos abre los ojos…

¡Cuánta nostalgia inevitable al contemplarla en su trono itinerante!, ¡Cuántos recuerdos, cuántos sueños por vivir y cuántos cumplidos!.

¡Ay, Señor por qué la quiero si yo me fui una mañana!…

Todo aquello pasó, y los que vamos de vuelta por el itinerario de esta vida tortuosa y cansina, sabemos que el palio se recogerá más temprano que tarde, y que ya no iremos a la misa de preparación para la salida con la ilusión contenida, ni nos excitaremos al entrar en la Catedral y verla en su palio azul cielo vespertino, cuando las luces de la candelería como luminarias celestes, nos recuerden que Ella está en el cielo que la acogió cuando fue asunta a él y nos espera para seguir modelando nuestras almas a imagen y semejanza de la de su Divino Hijo Flagelado; pero con los pies doloridos y el alma henchida nos encaminaremos al templo de la intimidad que nos espera al otro lado de la esquina del tiempo porque queramos o no, Ella permanece y como los buenos vinos cada vez tiene más solera, pero nosotros inexorablemente nos estamos haciendo viejos.

Ante lo que está de Dios

no podemos escaparnos

por eso estoy donde estoy

a mi Cari recordando

y por eso de Sevilla h

a venido un pregonero

por sellar una amistad

un compromiso y un credo.

Yo quisiera, Señora

tener talento

pa´ decirte las cosas

como las siento

Reina del Carmelo

Primor que engancha

qué precioso el encaje

de tus enaguas.

Con qué gracia,

Señora me llevas presto

por la bendita senda

que lleva al cielo.

Paloma de este pueblo

¡Ay! Quien pudiera

cobijarse en tus alas

mientras viviera.

Gracias Madre y Soberana

por la dicha y por la gracia

que sin estar en mi pueblo

ni vivir frente a tu casa

quisiste que yo viniera

para postrarme a tus plantas

Por eso…

Delante de mis hermanos

y al son de dulces campanas

se desboca el corazón

de este cofrade caballa,

de este cofrade caballa

que pretende recordar

a la Reina del Amor

Madre de la Caridad

¡Qué atrevimiento el mío,

qué locura cofradiera

pretenderos anunciar

las vivencias nazarenas!,

las vivencias nazarenas

de una tarde al lubricán

cuando por las calles vaya

Nuestra Reina Celestial,

Nuestra Reina Celestial

Carmelita flor de ensueño

que a la tierra bajará

desde un pedazo de cielo,

rodeada por el mar

Y delfines nazarenos

que hacia el África traerán

a tu humilde nazareno.

Y un renglón abre sus puertas

por cantar las letanías

y aquí el verso ante tus plantas

se desborda de alegría

cuando mi voz que te busca

de Sevilla hasta tu casa

se va enredando en las olas

que me acercan a tus plantas.

Desde Sevilla yo vengo

a traeros ilusiones

desde Sevilla yo vengo

envuelto entre resplandores

que de una Virgen chiquita

envidia de los primores

le traigo un saludo fresco

a la que vive entre flores

a esa que por septiembre

a nuestra tierra nos baja

envuelta entre querubines

que le sostienen las andas

bajando del camarín

que queda solo, sin plata

sin plata y sin el oro

que sus hechuras emanan,

hechuras de gran señora,

Señora que a ti te llaman

por ser entre toas las flores

La Estrella de la Mañana

La Madre de los marinos

Mi Cari, la Soberana.

Hoy no estoy escribiendo sobre banalidades y asuntos pasajeros, hoy me atrevo con la inconsciencia del osado y humilde gacetillero en que me han convertido a dejar en unas cuantas líneas las verdades del barquero que nos arañan las entrañas y nos erizan los vellos. Esa sesión de quimio o radioterapia que esperamos con temor y de la que Luís tanto sabe; la ausencia de quien llenó nuestra vida y ahora es un vacío profundo que estimula incesantemente nuestras terminaciones nerviosas. Esa silla vacía en momentos señalaitos que se clava como una faca y nos horada la pena; esas horas que no pasan en la sala de espera de un quirófano, en esa cárcel de oro o en la calle donde se estremecen los cimientos del fracaso…

Hoy es nuestro día, ese día en que nos acordamos de los nuestros, de los que están, pero parece que no y de los que se han ido y siguen estando muy presentes…

Hermanos, sólo hay que dejarse llevar como barco a la deriva, abandonarse en sus brazos, regresar a nuestros orígenes, volver a la infancia, asirnos fuertemente a la mano de ese amigo que nunca dejó de serlo, recibir la estampa que late en tu pecho, guardarla en lo más profundo de nuestro ser y celebrar juntos que ya llegó el día soñado, esperado, anhelado por ese grupo de majaras que vuelven a la niñez, a la juventud renovada y dejan por un instante la Cruz en los hombros de Jesús Nazareno, los golpes de la vida en la espalda lacerada de su Hijo y salen jubilosos como ese Dulce Nombre de Jesús a bendecir las calles tras esos años de espera…

Ni los fuertes temporales

ni problemas ni incidentes

nada impide mi regreso

para ponerme de frente

y ver tu cara morena

tu porte y tu señorío

y decirte con orgullo

que eres el Padre Bueno

de este pueblo que es el mío...

Viene sangrando y

herido su boca no dice nada

si le miras a los ojos

si te fijas en su espalda

verás que sólo encuentras

la paz personificada

porque el amor que nos tiene

por sus manos lo derrama

que ese látigo maldito

se vuelve palomas blancas

que den paz para este mundo

que den alivio a las almas.

¿Por qué te atan las manos

y te flagelan tu cuerpo?

si en tus manos la alianza

se llena de fundamento.

Y en tu sangre y en tu cuerpo

nuestra fe toma sentido

por ser Tú nuestro alimento

Pan de Vida y fortaleza

Santísimo Sacramento.

¿Por qué te atan las manos

y te flagelan tu cuerpo?

por eso te sigo hablando

consciente de lo que siento

¿Por qué te atan las manos

y el porqué de ese flagelo?

Quiero que mi rima suene

al amor que te profeso.

Jesús, no tengo palabras

cuando te tengo de frente

mi boca quiere callarse

y el corazón late tanto

que el silencio no es silente.

Que tu cara me transporta

a tropel de gritos fuertes

a un decirte que te adoro

a un ruego de mil perdones

a un impulso de disculpas

por pregonar tus dolores.

Dios te salve, Caridad, Madre del Señor de la Flagelación, Hijo de Dios vivo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Bravo León de Judá que entra triunfal en la Gran Vía como cada Miércoles y nos salva. Dios te salve, Caridad, Ceuta está contigo y acogida tu eres en todas las casas, en todas las iglesias, en todos los corazones, en el aire yen la historia. Y Bendito otra vez y siempre el que nos trajo tu persona, el Dulce Brote de tu vientre, el Señor de la Columna, el que lloró al ver la nueva Jerusalén, el que venció a la muerte, Jesús Resucitado, motivo y eje de nuestra gloria, entusiasmo y amor por Ti, porque eres intercesora entre nosotros y El.


El que después de ser malherido, flagelado, descarnado, dejó su cuna para venir a ser mimado, curadas sus heridas con el aceite del cariño y el vino de la hermandad, y mira por donde, hoy tienes un templo donde te veneran tus hijos al amparo del Santísimo Sacramento, junto a tu hermosa Madre.

Pero si estos últimos setenta y cinco años la hermandad se sostiene, continua y se renueva, es gracias a la labor callada y abnegada de nuestros hermanos que han confiado en ellos, hermanos mayores, para llevar la hermandad a donde hoy se encuentra, que siempre se dejan guiar por Nuestra Patrona desde su camarín y hoy han depositado su confianza en Rosa, para seguir llevando a buen puerto el barco de la hermandad, con ese angelillo que revolotea cerca de Ella y mira siempre por ellos, mi querido y admirado amigo Pepe Durán, para ti querido amigo…

La Patrona y Soberana

que a sus hijos alimenta

con el pan que nos reparte

y que su Hijo nos deja

escondido en los sagrarios

y en los viriles de perlas.

Quiero pedir por mi gente

por mi pueblo y mi simiente

por los niños que te rezan

y los que nunca te mienten

por los que lloran de pena

y los que ríen sin verte

por los que no me condenan

y se dejan a su suerte.

por los que ya se me fueron

por los que vienen a verte

con plegarias y recuerdos

con su dolor penitente

con el cariño en sus ojos

y el clamor de sus enojos

con el dolor penetrante

y la salud de tus gozos.

con la vida que Tu das

al que te reza con paz

y el que calumnia en un pozo

el que te vuelve a rezar

y el que maldice tu rostro

el que sabe dónde va

cuando eres su reposo.

Por Patrona, el Padre Bueno

cuando se muere la tarde

lleva en su alto canasto

un repique de alamares.

Baja del cielo, y su paso

en el pulso del cofrade

viene buscando el rescoldo

del sol, aún en destellos

que ya se viste de cielo

en la túnica y el cirio

en la plumas cimbreantes.

Baja del cielo el Señor

a hombros de sus cofrades

¡Siempre a pasitos cortos!

¡siempre mira que elegante!

que así camina el Señor

cuando baja a pasearse

el miércoles por la tarde.

Sus costaleros, hermanos

gustan el sabor inmenso

de ese pretorio que nace

a la luz de cirios ocres

Y al olor de los rosales.

Mis hermanos, costaleros

saben que al caer la tarde

el silencio de las calles

es su mejor homenaje.

No hay Señor, no hay nadie

que baje como Tu a las calles

en una chicotá eterna

por derecho, siempre alante

llevándote a sus espaldas

junto a sayones sin madre.

No hay Señor, no hay nadie

que te lleve en ese paso,

cortando, Señor el aire

con esas manos atadas

al cimbreo de tus fanales

y desafiando al tiempo,

enamorando a tus hijos

Y pintando con tu pelo

temblores de noche oscura

en el sol de mi universo.

en el sol que ya se muere c

uando te ve por la tarde

bajando por Revellín

a hombros de tus cofrades…

Es mi Patrona, Jesús

la que te ve cada año

cuando bajas a la calle

la más cofrade del barrio.

cuando desde Jaudenes

a la Plaza va buscando.

A mi Patrona, Señor

a Tu Madre, soberano

le dan penita esos pies

sin abrigo y sin descanso.

le duelen, sí, Padre Bueno

porque el relente va helando

cuando en suspiros de gloria

te ve caminar descalzo.

Le duelen, mi Padre Bueno

y no consuelan su llanto

ni las saetas hermosas

ni el fervor de los aplausos.

Le duelen, mi Padre Bueno

esos pies tan humillados

el flagelo que te abate

y el sudor que va sangrando

la frente que Ella besara

cuando eras sólo un niño

jugando con sus enaguas.

Le duelen, mi Padre Bueno

esa espalda y esa sangre

porque tendrá que besarla

cuando llegues al calvario.

A mi Patrona, Señor

a Tu Madre, Soberano

le dan penita esos pies

sin abrigo y sin descanso

por eso dejó en mis manos

un puñado de besos

en mis labios repujados

y me pidió que en tu barrio

en el altar de sus glorias

en su camarín tan alto

me pidió que los pusiera

sobre tus pies, Hombre Santo

y lo que dice mi Madre

como soy muy aplicado

lo que Ella a mi me dice

eso es ley, y yo lo hago.

Por eso yo estoy aquí

por eso ya lo he besado

porque esta flor de los prados

es la que abriga su pecho

y su vientre inmaculado

y sus brazos que acunaron

Tu vida, mi Padre Bueno

cuando eras sólo un niño

jugando en su regazo.

Aquí la tienes, Señor

para que abrigue tus pies

cuando el relente callado

en la noche venga helando.

Yo he cumplido con lo mío

cumple ahora Tu, Hombre Santo

cumple ahora con tu Madre

y que no la vuelva a ver

cuando bajes por su calle

entre suspiros amargos.

Que es la Reina de la Gloria

de la sonrisa y del nardo

que mi dulce emperadora

nunca debería llorar

en su camarín tan alto.

Llégate Tú una tarde

y convence a mi Patrona

para que el miércoles santo

todos sus hijos al lado

la veamos sonriendo cuando

pases flagelado. vuelve por allí

una tarde devuélvele Tu

mis versos dale un besito

a tu Madre y consuélale

esa pena Pa´que nunca

un nazareno tenga

que decir que llora

Nuestra Madre de los Cielos

al verte el miércoles santo

frente a su camarín

entre sayones y cantos

entre plumas y flagelos

y las colas de caballo.

Por eso yo a Ti te pido

Niño de la Caridad

mi Celestial Padre Bueno

que toda mi Ceuta, ya

pueda ver su camarín

brillando como un lucero

cuando pases por delante

y se refleje en tu pelo

cuando tus hijos te lleven

en su levantá hasta el cielo

Ahora, Hermanos, ya cercano al final de este sueño cofrade, sólo me queda pediros disculpas por haber tenido la osadía de presentarme ante vosotros con la vieja túnica de mis recuerdos y el escapulario gastado de mis emociones. Proclamar en voz alta el privilegio de haber sido hermano durante años y dar gracias a Dios por haberme regalado la posibilidad de vivir..., eso que se vive enfundado en una túnica. Maravilloso e inexplicable, para quien ha tenido la suerte de sentir en su piel esos momentos de cansancio y gloria, se hace difícil asumir que hay que esperar un año para volver a sentir la gloria entre nosotros. Porque es cierto que cada cuaresma vuelves a escuchar en tus sueños los gritos de tu túnica;y parece que puedes hablar con ella, hasta que al final recuperas la cordura, y la razón y el corazón vuelven cada uno a su sitio. Y, entonces, Virgen Bendita de la Caridad es cuando vuelvo los ojos a TI para agradecerte los años vividos junto a tu persona. Y para agradecerte también que ya no pueda estarlo, pero sí tenerte presente en los momentos más importantes del año cofrade.

Vuelvo los ojos a TI, Reina del Miércoles Santo, como lo hago ahora al final de este artículo para agradecerte que me hayas dado palabras para exaltarte. Vuelvo los ojos a TI, como lo hago siempre, para agradecerte todo, mi vieja medalla, mi túnica blanca, el ejemplo de mis padres, el apoyo fiel y constante de Beatriz, mis niños, por Dios, mis niños..., mis torpes versos, mi voz quebrada. Vuelvo mis ojos a TI, Virgen Bendita del Consuelo porque sé que mientras pueda mirarte no me faltará la Luz, y mientras TÚ me mires, de alguna manera seguiré estando contigo...

Que no me falte, Señora

la Luz de tus ojos vivos

ni el fuego de tu mirada

ni tu consuelo Bendito,

ni el amor que hay en tus manos

y en tus lágrimas de vidrio.

Que no me falte, Señora

ni tu aliento, ni tus mimos

que no hay sendero que ande

si Tú no vienes conmigo.

Yo a cambio quiero ofrecerte

este trabajo sencillo

este pregón flagelado

que a la postre sólo ha sido

un trozo del corazón

un soplo de llanto escrito

de este nazareno viejo

que no puede estar contigo.

Mas te seguiré teniendo

porque hay múltiples caminos

en el dolor de mis manos

en la ilusión de mis hijos

en la fuerza del cofrade

en lo incierto del destino,

en mi capirote blanco

en el sendero indeciso

en la alegría de la vida,

en el llanto contenido,

en mi trabajo diario

y en tu saya de oro fino,

en lo bueno y en lo malo

en lo humano y lo divino.

¿A dónde quieres que vaya

si no me llevas contigo?

¿A dónde voy Madre Mía,

si sin TI soy como un niño

al que hace falta una mano

para dar unos pasitos?

Puedes tener por seguro que

aunque no viva contigo

te llevo en el corazón

porque aquel que ya lo ha sido

sigue siendo flagelado

hasta el final del camino.

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