N o voy a convocar a los demonios para hablar de la AD Ceuta porque aquellos, viajan lejos de donde me muevo. Podría hacerlo con otros, aunque antes podías hablar con jefes y puentear al sumiso empleado. Como siempre “la excepción confirma la regla”. No es por utilizar un tono satírico con el contenido de mi texto, pero de igual manera podría darle a mi texto un contenido satírico. Ya lo dijo Carlos Bianchi, “coach” argentino:- “Yo no me voy a amargar la vida por perder un partido o un campeonato. Un drama es no llegar a fin de mes o tener un hijo enfermo. Todo lo demás se soluciona”-. Los demonios y las caricaturas hacen su aparición en la competición que agrupa a equipos del Grupo IV, donde parece que los polvorones y los alfajores pueden cambiar el rumbo que ahora conduce el Cádiz CF, líder con poco mérito y al que le cuesta ganar. Desconozco si los dulces habrán sido del agrado de aquellos futbolistas que trabajan bajo la tutela de un compromiso pero que a muchos habrá privado de unas fiestas relajantes. ¿podría ser este el motivo de tan dispares y diversos resultados?...
Convencido de que la temporada pasada la AD Ceuta agrupaba en su plantilla jugadores de superior categoría, que tuvieron la oportunidad de pasearse por el grupo, aún a pesar de equipos como R Murcia, Sevilla Atlético o UD Melilla, es una realidad que esta temporada el equipo ceutí debería estar en los puestos que dan acceso al play-offs y que a pesar de los ochos puntos de diferencia con el cuarto clasificado, la calidad de conjuntos como Lucena, Balompédica Linense, Puertollano e incluso el Betis B, pueden ser flor de un día. Solo el final del campeonato nos hará saber que sevillanos y melillenses junto al Real Jaén, con el mediocre Cádiz a la cabeza, lucharán por los deseados puestos que otorgan opciones. No es cuestión de eliminar las posibilidades de ningún equipo, pero San Roque y AD Ceuta deben estar cerca de esa posición. De todo ello, será influyente si por fin el Sporting Villanueva se retira de la competición y el Polideportivo Ejido sigue sus pasos. Pero pueden ser más y como los entendidos saben, romper el ritmo de partidos contribuye negativamente en la forma y el juego del grupo… se logran tres puntos sin jugar pero, ¿cuánto pierde el jugador?.
No convence en absoluto la gestión que, como batiburrillo de decisiones, cobran vida en el devenir del Murallas de Ceuta. El equipo se ve inmerso en un proceso de probaturas de jugadores, con el fin de subsanar su clasificación. Sería comprensible si, desde un principio, se hubiese utilizado el sentido común y haber procedido a dejar de lado los alejamientos y las disputas. El equipo debe de estar por encima de rencillas personales. Sin quitarle sus razones al Sr. Lema, que las tiene, sería bueno para todos un acto de reflexión por su parte y preguntarse si su función al frente del equipo acerca o aleja. Lo cierto es que es inviable la salida y entrada de jugadores… unos entran, otros se van, aquellos vuelven.
Un conjunto que quiere desempeñar un buen papel en la categoría, necesita de personas que tengan claro donde empieza y termina su cometido dentro del equipo. Pero deben ser pocos y así es difícil conducir un conjunto que no merece el puesto que ocupa. En el partido de hoy contra el temible CD Mairena, un árbitro decidió en segundos que el equipo andaluz debía vencer en este encuentro, colaborando con una decisión irreverente. Invoquemos a las almas involucradas y no pague la Ciudad de Ceuta y su deportistas las declaraciones de un colegiado que, hace unos meses, denunció públicamente en medios de comunicación los motivos por los que había sido descendido y las órdenes recibidas de los mandatarios para cambiar el signo de los partidos. Esperemos que no sea así… dicen que los árbitros se equivocan.
En este escrito argentinizado, no podría terminar con otro que con Ricardo Bochini… ¡sha pelotero!, que así dijo:- “Argentina siempre se adhirió al juego de toque y gambeta, por eso la gente tuvo como ídolos a jugadores de esa calidad. Eso se está perdiendo ahora porque el periodismo hace que la gente se conforme con un resultado y no importe que el equipo juegue mal, porque ya lo preparó para eso”.