Las fotografías que ilustran la siempre cuidada crónica que ofrece Juanjo Oliva del Tarajal son impresionantes. Las firma Reduan Ben Zakour y con ellas nos ayuda a que la ciudadanía compruebe cómo están las cosas en el entorno de la frontera.
Más que todo para que luego no les mientan y les digan que todo está tranquilo o les vendan la resolución de problemas como algo ya conseguido. Mentira. En la frontera sigue habiendo caos, descontrol, abusos, amenazas y situaciones indignas. Pero indignas para todos: porteadores, agentes de las fuerzas de seguridad, ciudadanos que utilizan esta vía, comerciantes...
Si me dijeran que el caos es puntual, lo entendería. Pero que llevamos meses e incluso años arrastrando estas situaciones carece de explicación o, a lo sumo, tiene solo una: quienes tienen la obligación de resolver los problemas ni saben cómo hacerlo ni conocen la manera de orientar los renglones ya torcidos.
Porque resulta que aquí estamos pagando a gente para que trabaje en la resolución de problemas y, hasta la fecha, lo único que han hecho (eso sí, muy bien) es dejar solos ante el peligro a los agentes de las distintas fuerzas de seguridad amén de incrementar el riesgo que ya se traduce en estadísticas: las ambulancias acuden una media de seis veces diarias al Tarajal para atender a porteadores agredidos, heridos en avalanchas o ciudadanos que se han visto apabullados por esta situación.
El video que, sobre lo ocurrido ayer, pueden ver en nuestro perfil de facebook ofrece una imagen clara de lo que pasa, de cómo es incontrolable la situación, de cómo Ceuta es capaz de sostener una frontera obsoleta en la que tan solo se han aplicado parcheos y que en nada ha mejorado con las respuestas dadas por el vecino país, del que se venden unas relaciones de ‘andar por casa’ que no hacen sino ocultar tensiones temporales.
El Partido Popular, que es quien gobierna y quien aspira a revalidar el control de este país, se permite el lujo de vendernos, a estas alturas, la remodelación de la frontera como un logro para recuperar una zona que ellos mismos han dejado que fuera muriendo poco a poco. Resulta duro escuchar esos mensajes en los que los populares nos vienen a reconocer que la zona requiere de una recuperación a gran escala, advirtiéndonos de que ellos ya tienen presupuestado el gasto que absorbería esta zona. ¿Y antes, qué pasó con los parcheos que han dado pie a lo que ahora sufrimos? El truco de que si les votamos se solucionará no es que sea viejo, es que resulta indecente. Gracias Juanjo y Reduan por mostrarnos la realidad.