Hemos oído críticas por las denuncias que ha realizado la Asociación Española de Guardias Civiles sobre la inseguridad ciudadana que sufren los porteadores, turistas y guardias civiles en el Tarajal. Criticas de los que consideran que es mejor que determinadas circunstancias no se conozcan, aunque sean ciertas, porque piensan que nunca sufrirán la tiranía de los que atracan y generan una violencia extrema en los alrededores del paso fronterizo.
Son opiniones de personas que han olvidado que España es un país democrático por muchas razones, entre otras, porque cualquier ciudadano que cruza nuestra frontera tiene los mismos derechos y garantías de seguridad que un español. Hemos oído críticas por las denuncias que ha realizado la Asociación Española de Guardias Civiles sobre la inseguridad ciudadana que sufren los porteadores, turistas y guardias civiles en el Tarajal.
Criticas de los que consideran que es mejor que determinadas circunstancias no se conozcan, aunque sean ciertas, porque piensan que nunca sufrirán la tiranía de los que atracan y generan una violencia extrema en los alrededores del paso fronterizo. Son opiniones de personas que han olvidado que España es un país democrático por muchas razones, entre otras, porque cualquier ciudadano que cruza nuestra frontera tiene los mismos derechos y garantías de seguridad que un español.
Los guardias civiles estamos sufriendo como nadie los problemas de seguridad ciudadana y la violencia que ejercen algunos porteadores que se dedican al llamado comercio atípico de mercancías. Una coyuntura que no nos impide comprender y compadecer a la inmensa mayoría de ciudadanos marroquíes y españoles que tratan de buscar un sustento para sus familias sin ejercer ningún tipo de violencia. A estos últimos, la Guardia Civil y los guardias civiles no les vamos a fallar, porque nuestro propio reglamento ya lo dice: “Será un pronóstico feliz para los afligidos... y debe velar por la propiedad y seguridad de todos”.
Silenciar los problemas o dificultades no soluciona ningún conflicto y AEGC no puede permanecer muda ante las trágicas circunstancias que sufren los guardias civiles y los usuarios de una frontera cada vez más caótica. Insoportable, estresante y peligroso, así definen los guardias civiles el servicio que prestan en el Tarajal. No un guardia civil aislado, son todos y cada uno de los que realizan el servicio en el Tarajal, independientemente del empleo. Unos guardias civiles que tienen que garantizar y proteger la integridad física, “la vida” de porteadores que irresponsablemente no dudan en crear avalanchas que pueden provocar una tragedia; unos guardias civiles que tienen que proteger la suya propia ante las continuas embestidas de porteadores violentos que quieren pasar “si o sí”, sin importarles atentar contra nuestros compañeros.
Prestar servicio en el Tarajal con pocos efectivos y con la responsabilidad de garantizar la seguridad física, “la vida” de miles de personas es “estresante, peligroso e insoportable”, pero si a estas circunstancias se suman los apedreamientos a los guardias desde los altos del Tarajal, los robos con violencia a los porteadores y la carencia de unas buenas infraestructuras tendríamos que añadir la palabra ‘CAOS’. Tres circunstancias que general un cóctel de difícil solución, porque las porteadoras buscan protección cerca de los guardias civiles para protegerse de los robos con violencia y esa aglomeración de personas en un lugar que no reúne las condiciones idóneas de seguridad no es aconsejable de ninguna de las maneras.
Esta semana hemos exigido la necesidad de un despliegue adecuado en los altos del Tarajal para impedir los apedreamientos a los guardias civiles y para proteger a los porteadores de los continuos robos con violencia que sufren. Unas medidas que deben implementarse por quienes tienen la competencia para ello, porque sólo con la presencia policial se puede arreglar. No nos sirven excusas de falta de personal, ni medias tintas, ni servicios puntuales, porque es una medida imprescindible para garantizar la seguridad de todos los afectados. Desde AEGC pensamos que es comprensible pedir que los guardias civiles puedan prestar servicio sin estar continuamente mirando hacia los altos del Tarajal para evitar ser alcanzados con una piedra.
No hay nada más normal que pedir seguridad para guardias civiles y usuarios del Tarajal pero no podemos obviar que la competencia de la Guardia Civil es controlar el flujo de personas y mercancía cuando entran en el perímetro aduanero, es decir, nuestra labor es el control fiscal del paso de mercancía NO garantizar la seguridad ciudadana, el orden de las colas de vehículos y personas antes de entrar en el perímetro aduanero. Es importante matizar este apartado para que los ciudadanos conozcan el especial esfuerzo y compromiso de los guardias civiles, porque garantizar la seguridad ciudadana fuera del perímetro del control fiscal corresponde al Cuerpo Nacional de Policía.
Una de las misiones de las Asociaciones Profesionales de Guardias Civiles es garantizar la seguridad de los guardias civiles y eliminar los riesgos laborales previsibles en el desempeño de nuestro trabajo. En ello está AEGC, esperando que se pongan los medios antes de que ocurra una desgracia en una zona donde se necesitan más guardias civiles y policías. En la frontera con más tránsito de personas de Europa. En una frontera donde el comercio atípico, es todo, menos atípico.
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