El servicio de transporte público de viajeros en autobuses urbanos que, al menos hasta el año próximo, gestiona la empresa ‘Hadu-Almadraba’, se quedó el año pasado al borde de caer por primera vez de los 5 millones de pasajeros, límite que superó por apenas 1.067 personas.
Hasta el 31 de mayo de este ejercicio se ha acumulado otra reducción con respecto al mismo periodo del año pasado de 33.149 usuarios.
“Estas bajadas”, han argumentado fuentes de la concesionaria a la Consejería competente del Ejecutivo local en sus balances periódicos, “se están produciendo por el entorno de la frontera, ya que se ha registrado una subida en el uso de tarjetas escolares, jubilados y pensionistas, como acredita la Consejería de Asuntos Sociales”.
Ello ha permitido neutralizar en parte el perjuicio del caos de la frontera, que en el último ejercicio recortó en 96.000 los viajeros transportados por la adjudicataria del servicio.
Según las estadísticas históricas, en 2009 ‘Hadu-Almadraba’ transportó durante todo el año a 6,5 millones de pasajeros, una media unos 17.800 por jornada. Un lustro después, en 2014, la cifra ya había caído hasta 5,3 millones de viajeros
En 2015 se contrajo todavía más (el ejercicio se cerró con 5,19 millones de transportados). Los dos últimos años tampoco han traído buenas noticias: en 2016 fueron 5,066 millones de personas las transportadas en los autobuses urbanos y el año pasado, casi 65.000 menos.
La empresa lleva meses y años alertando al Ejecutivo local de que el equilibrio económico-financiero de la concesión está “en peligro”.
Entre sus señales de peligro más repetidas al Gobierno local está que “las autoridades competentes” no han tomado “medidas” para “solucionar la problemática” que afecta a las líneas 4, 7 y 8, las utilizadas por los usuarios de Reyes Católicos, el Príncipe y el Hospital Universitario, debido a “la situación de la frontera”.
La licitación del servicio, oportunidad para elevar su calidad actual
La concesión administrativa del servicio público de transporte en autobuses urbanos de Ceuta caducará el próximo año y la Consejería de Gobernación, de la que depende actualmente, ha comenzado a trabajar en los pliegos que regularán su salida a concurso con la aspiración política de que permita situar su prestación en la ciudad autónoma “a la altura de los más avanzados para el ciudadano del país”.
El precio del billete, congelado desde hace años, duda de los nuevos pliegos
Más allá de posibles modificaciones o ampliaciones del mapa de rutas actual, fuentes del Gobierno ceutí han avanzado que está entre sus objetivos el que las paradas ofrezcan a los pasajeros información en tiempo real sobre el tiempo de espera o incluso que en los vehículos se disponga de conexión inalámbrica a Internet.
Otra de las incógnitas de los pliegos que regularán la licitación será el precio que la prestataria pueda poner a los billetes, congelado desde hace años con la adjudicataria actual y sin subvenciones más allá del convenio establecido con Asuntos Sociales para reducir las tarifas que pagan los colectivos socialmente más precarios.
Con la nueva Delegada de Gobierno, si gue igual la frontera, Sr. Arostegui,
Ahora Aróstegui, ¿que?