Ayer, viernes 9 de octubre, al tener uno de los síntomas del COVID decido no ir a trabajar, y así se lo comunico por teléfono al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de mi Empresa que, me envía un escrito por mail informando que soy posible caso sospechoso para que se lo entregue a mi médico de cabecera y me pueda dar la baja. Como es imposible contactar con mi centro de salud pido cita a través de Internet (lo único que funcionó esa mañana) y la consigo para el próximo viernes 16 de octubre. Como me parece muy tarde llamo al Centro de Salud para intentar adelantar la cita ya que soy posible caso sospechoso, y cuál es mi sorpresa cuando me dice el trabajador del INGESA que todo lo relacionado con el COVID, incluido la baja médica y la realización de los test, lo lleva la Consejería de Sanidad a través del tlf 900720692. Puestos en contacto con este teléfono la compañera enfermera de la Cruz Roja se lleva las manos a la cabeza de escuchar esto, y me confirma que el tlf 900 es solo de información y orientación. Vuelvo a llamar de nuevo a otro teléfono de cita previa del INGESA con la esperanza de encontrarme con otro trabajador que me adelante la cita con mi médico de cabecera puesto que más de una semana sin la baja médica y sin que me hagan la PCR me parece una barbaridad. De nuevo me comunican además de una manera un tanto borde que todo este tema lo lleva la Consejería de Sanidad de la Ciudad, que hable con ellos y que no puede adelantarme la cita. Con el fin de que me aclaren el laberinto donde me estaba metiendo y armada de paciencia, vuelvo a llamar al Servicio de Prevención de Riesgos laborales de mi empresa y hablo con la médico que me había atendido, y me queda claro que más allá de las preguntas de diagnóstico desconoce procedimiento ninguno. Descorazonada, llamo a la Consejería de Sanidad de la Ciudad Autónoma sita en San Amaro, y quien me atiende por teléfono me comunica que todo lo relacionado con el COVID es responsabilidad del INGESA, y que textualmente “en esta CONSERJERÍA no hacemos pruebas ni nada”. Y así me quedo, ATÓNITA de comprobar que después de todo lo que hemos pasado no hay la mínima COORDINACIÓN entre instituciones que pueda garantizar una atención sanitaria de calidad.
Me parece de VERGÜENZA que las instituciones y responsables políticos no sean capaces de garantizar y dar una respuesta COHERENTE que pueda tranquilizar y dar servicio a la ciudadanía.