Canas en las aulas

El profesorado de Ceuta ha pasado en diez años de estar entre los más jóvenes de España a situarse entre los más viejos. En el curso 2012-2013, el último con datos cerrados, solamente el 4,9% de los maestros de la ciudad tenían menos

de 30 años. Una década más atrás tenía esa misma edad el 19,4%. Durante ese periodo la tasa local ha pasado de estar 7 puntos por encima de la media nacional (12,4%) a encontrarse 5 por debajo (10,1%). Entre los profesores el indicador es aún más bajo: 3,2%, menos que la mitad que en el curso 2002-2003 (6,8%).
La OCDE apunta a que se estima como óptima una ratio de 0,5, resultado de dividir el número de docentes menores de 30 años de un país entre el de mayores de 50, y ofrece datos de algunos países en relación con esa cifra. En 2011, el índice de distribución de la edad media para los países más ricos con datos comparables fue de 0,42 para los profesores de Primaria, 0,33 o menos para los de Secundaria de primera etapa y 0,24 para los de ESO de segunda etapa, lo que indica que “la estructura de edad está muy sesgada hacia las generaciones mayores”.
En la ciudad el 34,4% de los maestros y el 32,7% de los profesores, según datos del Ministerio de Educación tienen 50 años o más, con lo que las ratios caballas se quedan en unos paupérrimos 0,14 en Infantil y Primaria y 0,09 en ESO.
Solo unos pocos países han conseguido corregir la distribución de edad hacia una situación más óptima: Bélgica, Corea, Irlanda, Israel y Reino Unido tienen un índice superior al 0,75 en Primaria. En Secundaria de segunda etapa, Canadá, Chile, Corea y Reino Unido tienen un índice superior a 0,50.
El aumento de la inversión en educación producida en la década 2000-2010, “que en buena medida fue a parar a la contratación de nuevo profesorado”, se ha mostrado “incapaz de contrarrestar los efectos del envejecimiento del colectivo”, según FECCOO. En el estudio ‘Envejecimiento del profesorado en España’, publicado este curso, el sindicato alerta de que “las medidas para incentivar la jubilación, aunque tuvieron un efecto positivo notable, tampoco han sido suficientes para neutralizar las políticas de empleo llevadas a cabo, especialmente en los últimos años”.
La OCDE también muestra su preocupación por que, si bien hasta hace unos años la incorporación de las mujeres a la docencia estaba produciendo un efecto de rejuvenecimiento de las plantillas, en la actualidad ese efecto ha quedado “amortizado”, ya que el colectivo femenino “está envejeciendo a mayor ritmo que los hombres”. En Ceuta son mujeres el 65,1% de los docentes, el porcentaje regional más bajo de todo el país.
En el conjunto de los países de la OCDE, de media “son mujeres el 82% del profesorado de Primaria, el 68% de Secundaria de primera etapa y el 56% de ESO de segunda etapa. La población activa de profesoras es, como media, más joven que sus homólogos masculinos.
El 84% de los docentes de Infantil y Primaria con menos de 30 años en la ciudad son mujeres, porcentaje que cae al 46,7% en Secundaria, con lo que Ceuta es la única región donde la tasa femenina no pasa del 50%.

Experiencia o capacidad de innovación

Según el análisis de FECCOO, “en principio, el profesorado mayor tiene acumulada una cualidad de gran valor, que es la experiencia, pero en unas condiciones de trabajo tan adversas y sin una formación continua adecuada, esta ventaja inicial no es suficiente para corregir el efecto negativo que la falta de formación produce sobre la capacidad de innovación del sistema”. El sindicato opina que España sale “mal parada” al analizar la edad de sus docentes en el marco internacional porque “si comparamos la ratio óptima que nos propone la OCDE, que es de 0,5, con la de España, que es de 0,17, veremos que estamos un 0,33 alejados de la recomendación internacional”. “Dicho de otra manera”, ejemplifica la central en su estudio, “si hay en activo 134.289 docentes mayores de 50 años, sería necesario incorporar, de un día para otro, a 44.448 docentes menores de 30 años para equilibrar el sistema y obtener una ratio óptima de 0,5. Lógicamente, si no se hace de manera automática, habrá que rehacer el cálculo para ir supliendo a los que suben de tramo o se jubilan