Teresa Pérez Domínguez se tomaba este domingo el café de la mañana en Ceuta cuando ha sentido un pálpito y ha querido rendir
homenaje a su padre, Aurelio Pérez Guerrero, un ceutí campeón de nudos marineros con
Franco y que siempre llevó a la
Virgen del Carmen por bandera. "Mi padre siempre está con nosotros, lo llevamos en nuestros corazones y no hay un día que nos acordemos de él. Hemos compartido unas vivencias muy bonitas. Hoy, que es el día de su patrona, quiero dedicarle estas palabras para que él y mi madre –Ángela Domínguez Sagardoy– nos iluminen desde el cielo y nos den esa fuerza para seguir adelante como hasta ahora están haciendo y han hecho durante toda su vida para criar a sus nueve hijos", se ha sincerado Teresa. Los recuerdos de esta familia caballa están ancladas a la mar. Desde los nueve años, Aurelio estuvo enrolado en barcos siguiendo los pasos de su padre, quien patroneaba el barco de Hermanos Guerrero. Unos años más tarde él mismo llegó a ser patrón de embarcaciones como el 'Santa Ana', el 'Hermanos Rojas' o el 'Dulce Nombre de María', de la familia del Fai, como Teresa llama familiarmente a uno de los propietarios de las volaeras en la explanada del Chorrillo.
Cinco veces campeón de España y audiencia en el Palacio de El Pardo
Este ceutí de pro ganó cinco veces el certamen de España de nudos que, en los documentos que atesora Teresa, figura como destrezas marineras. De aquella época, en concreto de 1958, guarda con cariño una fotografía de su padre recibiendo el galardón de campeón de manos del excaudillo de España Francisco Franco. En otra de las instantáneas de aquel tiempo aparece junto a los ministros franquistas, todo un acontecimiento por entonces. Estas audiencias oficiales tuvieron lugar en el Palacio de El Pardo, Madrid, la residencia oficial del jefe del Estado durante el franquismo. Aunque el mayor de sus hijos estuvo embarcado con Aurelio –tuvo con Ángela siete mujeres y dos varones–, ninguno tomó su testigo y como mucho, "aprendimos a empatillar anzuelos", rememora emocionada Teresa. Ninguno heredó tampoco su destreza con los nudos marineros que llegaron incluso a decorar portamacetas de macramé. Su devoción por la Virgen del Carmen quedaba demostrada en muchos detalles y gestos que Teresa recapitula desde su más tierna infancia. "Mi madre llevaba el escapulario con un imperdible en las enaguas y mi padre en la cartera", se acuerda.
La procesión por mar y la capilla en el dormitorio
La procesión de la Virgen del Carmen, cada 16 de julio, siempre tuvo un significado muy especial para esta familia de los Grupos José Solís-Varela:
la hacían por mar ya que, a bordo del barco que patroneaba Aurelio, partían del antiguo puerto pesquero de Ceuta e iban detrás de la patrona tocando la bocina. No es su única anécdota relacionada con la Reina de los Martes. El segundo de sus hermanos, durante una estancia en Madrid, también hizo a sus padres un regalo muy especial: trajo una Virgen del Carmen bendecida a la que Aurelio preparó una pequeña capilla en el dormitorio de matrimonio. Aurelio nunca se alejó del mundo marinero ya que el marido de Teresa, Jesús María Fernández Delgado, fallecido hace 25 años, fue el último en tener el bar de la lonja y su padre pasaba allí horas con su yerno. El repentino fallecimiento de su esposa Ángela, y al empeorar su salud, hizo que Aurelio pasase temporadas con cada uno de sus hijos hasta que al final se quedó en casa de Teresa, donde vivieron una etapa muy feliz, como confiesa ella misma.
A pescar al muelle con 84 años incluso en silla de ruedas
"Como le gustaba mucho pescar safíos, le llevábamos al muelle, donde la grúa amarilla y los remolcadores cuando se podía entrar, y montábamos allí unos 'chiringuitos'... Lo hemos pasado muy bien", reconstruye Teresa. Hasta el último día de sus 84 años, "incluso en silla de ruedas" estuvieron llevando al abuelo Aurelio a practicar la que había sido su afición y su vida. Este domingo, alrededor de 15 años después de que este ceutí se despidiera de sus seres queridos, Teresa, en nombre de toda la familia, quiere rendir este homenaje a su padre. Una "corazonada" por la que ha compartido la historia de la Ceuta de otro tiempo pero siempre con la Virgen del Carmen por bandera.