A propuesta de Javier Varga, Diputado de Ciudadanos, la Asamblea ha acordado revisar el callejero de Ceuta con la finalidad de adaptarlo a la famosa y discutida Ley de Memoria Histórica, aprobada en el año 2007 a propuesta del gobierno Zapatero. Sin embargo, mucho tiempo antes de dicha aprobación, pues ya hace más de treinta años, el Alcalde elegido tras los comicios municipales de 1984, Francisco Fraiz, entonces del PSOE, ya puso en marcha una medida similar, empezando por las calles General Franco, José Antonio y Falange Española, es decir, el eje de la ciudad.
Cavilaban él y sus compañeros acerca de qué nueva denominación ponerles, pensando en personajes de la política, cuando, aun siendo en aquellas fechas un concejal de la oposición, me permití sugerir a Fraíz algo que, según creo, es de puro sentido común. –Mira, Paco– le dije- poner nombres de significados personajes afectos a un concreto ideario político suele llevar, como está sucediendo ahora, a un repetido cambio de denominaciones de las calles, un quita y pon de placas o azulejos, según quien gobierne, que acaba por desconcertar a los propios ciudadanos. ¿Por qué no hacéis lo más sencillo y le ponéis a la calle General Franco el nombre de Paseo de las Palmeras, que es como popularmente se le conoce? ¿Por que no hacéis lo mismo con la calle José Antonio, poniéndole, por la misma razón, el Revellín, y a la calle Falange Española calle Real? Esos nombres –añadí- quedarán para siempre, Aunque lo hice sin muchas esperanzas, después quedé gratamente sorprendido al ver que mi propuesta no solo no cayó en saco roto, sino que fue aceptada en todos sus términos.
Algo así como lo que está sucediendo ahora con el nombre de “Alcalde Sánchez Prados” (debería ser Prado, en singular) el cual queda oscurecido porque todo el mundo conoce esa Avenida como la Gran Vía.
Después de aquello, la calle Calvo Sotelo se convirtió en Marina Española (siempre fue La Marina); la Plaza Alcázar de Toledo volvió a ser Maestranza; la del General Mola también recuperó su tradicional denominación popular, Azcárate)… Como verá Ciudadanos, los cambios no empiezan con su propuesta. Aquí ya comenzaron bastante antes de la Ley de Memoria Histórica.
De todas formas, hay que andar con cuidado en esta cuestión. Recuerdo que muy poco tiempo después de ponerse el nombre de mi amigo Fructuoso Miaja a la calle antes llamada “General Yagüe”, vino destinado a Ceuta, como Comandante General, otro General Yagüe, su hijo. Mala suerte, porque estoy seguro que, de haberse sabido esa circunstancia, habrían buscado a tal fin otra vía pública.
Además, queda la preocupación de que en esto de borrar nombres relacionados con quienes se alzaron en 1936 y con el franquismo en general suceda algo similar a lo que está ocurriendo en Madrid, es decir, que en muchos casos se han equivocado. ¿Se pondrá en esa lista el nombre de Millán Astray, fundador de la Legión, cuando uno de los orgullos de Ceuta es haber sido elegida por él como su cuna? ¿Se hará lo mismo con la calle de La Legión, porque participó en la Guerra Civil en el antes llamado “bando nacional”, por un lado, y ”faccioso” por el otro? ¿Ocurrirá lo mismo, y por igual causa, con la Avenida de Regulares?
Hay que tener en cuenta, también, que muchos de los nombres que ahora figuran en el callejero ceutí corresponden a militares destacados por su intervención en las guerras de Marruecos, o caídos en ellas, lo que debe ser tenido muy en cuenta, al igual que en tiempos más cercanos sucede con el Teniente Muñoz Castellanos, primer caído en las misiones de paz del Ejército español fuera de nuestras fronteras, concretamente en la de Bosnia.
Por ser de mi familia, conozco bien el caso de un ceutí que fue destinado al frente, durante la Guerra Civil, y que tuvo la mala fortuna de caer el mismo día que llegó, sin haber pegado un solo tiro. Su nombre figura en una callecita. ¿Qué hizo de malo el pobre para que ahora se lo quiten?