Calle Marqués de Santa Cruz

PATIO “LUNA” Se hallaba ubicado en el nº 4 de esta calle, una vez dejado atrás el taller de carpintería de Manuel Herrera, con su cercana tienda de muebles y en el descenso hacía la calle procedente de la calle Cervantes y a través de unas anchas escaleras de grandes adoquines. Recibe el nombre de su propietario José Muñoz de Luna Mendoza que es la única planta alta , con balcones a la calle ya citada, habitaba con su madre Isabel Mendoza Gil, nacida en Trujillo (Cáceres), mujer ya muy anciana, y que al fallecer su hijo marchó a residir a Málaga capital.
Para el acceso al patio, había que descender cinco escalones, encontrándonos a la izquierda de la entrada, en su planta baja, la primera de las viviendas, que en su día había sido ocupada por la familia del abogado Fernandez Norte y después por un matrimonio (del que no se ha averiguado sus nombres), sin hijos. Sólo se sabe que el cabeza de familia, se dedicaba a la de objetos metálicos de poco valor. A continuación, había que atravesar un no demasiado prolongado cobertizo que comunicaba con el patio propiamente dicho. Ya en el recinto del patio que nos ocupa, la primera vivienda a la izquierda estaba habitada por Manuel Cias Velasco, de Puerto de Santa María (Cádiz) que había dispuesto de una pequeña tienda de comestibles en el mercado central, y Catalina Cosme Garcia, de Parauta (Málaga) su esposa y su única hija, Isabel, que después se caso con Matias, un vecino de enfrente (precisamente el mismo día que el Atlético. Bilbao jugó en Tetuan, con el titular de la misma capital, en la única temporada que compitió en la Primera División, encuentro ganado por los bilbainos por 2-1, con un muy temprano gol de Gainza). Dicha boda coincidió en la fecha con otra del mismo patio y de la que se tratará más adelante. Catalina tenía muy bien cuidado su rincón, repleto de plantas como jazmines, geráneos, etc.
Adosada a la anterior, se encontraba la vivienda compuesta por Manuel Rios López, encargado de camareros del Casino Militar, fallecido tras una cruel enfermedad a edad temprana.
Tenía tres hijos: Loli, la mayor, que contrajo matrimonio con Antonio Luque, significado futbolista que había sido de los equipos locales, Hacho C.F. y Unión África Ceutí, que trabajó durante muchos años en la empresa de Aguas de Ceuta, los cuales residen actualmente en Algeciras y padres de Manuel directivo de ACEMSA, y Antonio, bombero que fue guardameta de la Agrupación Deportiva Ceuta, todos muy queridos en nuestra ciudad. El segundo de los hijos, era Manolo, tripulante de una embarcación almejera y que perecieron todos en una furiosa tempestad en Febrero de 1952, cuando navegaban hacía Ceuta, procedentes de Tánger. El tercero de los hijos, Juanito, actualmente residente en Algeciras, fue de los primeros “waterpolistas” del Club Natación Caballa, además de mecánico en la empresa Barreiros y con posterioridad, en la refinería de Puente Mayorga.
La tercera de las viviendas era habitada por Antonio Chacón Gómez, de Estepona (Málaga) y su esposa invidente, Pepa Herrera Román, de Atarfe (Granada).El era cocinero de uno de los barcos de Agustín Buades y ya en tierra, encargado del Almacén de Auxilio Social. Con ellos vivía Felisa Herrera Román, cuñada de Antonio y un sobrino llamado Manolito, cuya ocupación era la de repartidor de productos de la perfumería-droguería Roma, en uno de los vehículos de entonces de tres ruedas y pedal.
La cuarta y última de las estancias vecinales, estaba ocupada por el matrimonio compuesto por Pepe Calderón Cordon, de Algeciras (Cádiz), fontanero de la Comandancia de Obras, casado con Francisca Sánchez Pérez de Jimena de la Frontera (Cádiz), a la que cariñosamente se conocía como Paca “la chica”, por su menguada estatura, y que falleció prematuramente, lo que produjo gran dolor en el patio, por lo querida que era. No tenían hijos.
Formando angulo recto con la precedente y frente al pasillo de acceso, nos encontramos con una de las viviendas de mayor superficie, cual fue la que ocupó la familia más conocida por Araujo, que se componía por el cabeza de faamilia Rafael Santiago Soto, nacido en Écija (Sevilla), su esposa Carmen Araujo Marquez, también de las “sarten de Andalucía” y las hijas: Carmen, nacida en Getafe (Madrid), Amalia nacida en Cordoba, Elosia en La Carlota, (Cordoba), Josefa en Aguilar (Cordoba) y por último Rafael en Écija (Sevilla) que dispusieron de tienda de modas femenina en la 1ª planta del edificio Trujillo; Carmen, que como la anterior era soltera; Pepita, que estuvo casada con Manuel Crespo y falleció muy joven y Eloisa que ejercía de modista en su domicilio y fue esposa de Alselmo Arnaiz, chófer del alcalde de Ceuta. Estas hermanas tuvieron un primo médico; Enrique Santiago Lores, nacido en Madrid y muerto en trágicas circunstancias en los primeros días del Alzamiento Nacional.
También formando ángulo recto con la descripción anterior, estaba el domicilio de mayor superficie del patio. Eras sus habitantes: Victoriano Salas, hombre de la mar, y María Bernal, teniendo varios hijos. El primero, llamado al igual que el padre, fue Policía Armada en Tánger desde los primeros años de la década de los cuarenta. En el orden dinástico, seguía Diego,también profesional de labores pesqueras; Matias, fue el motorista de la embarcación de pesca propiedad de su padre, se casó con Isabelita, vecina de enfrente, el mismo día que Antonio Luque y Loli Ríos. Seguía en orden descendente, Juan, que desarrolló su labor profesional como inspector de autobuses y fue integrante del reiteradamente premiado coro de Navidad “La Docena”. Seguía Carmen, que contrajo nupcias con Julian Mengibar, empleado de casa Vidal, una pequeña tienda la  Marina, dedicada a la venta de productos de pesca. La sexta de las hermanas era Maruja, a la que seguía Mercedes que se trasladó a Málaga tras su casamiento. Por último, Luis que perteneció a La Legión. Con ellos vivía Pedro, un hombre mayor y soltero, cuya ocupación era la de barrendero en el muelle de Comercio.
Después de haber desalojado el pabellón militar de la calle Ingenieros, y una vez que José Muñoz de Luna se hubiera trasladado a residir a Málaga, la única vivienda alta y de una sola planta con balcones a la calle y ventanas al patio, era la ocupada por el Teniente Coronel de la Legión Constancio Nieto y Ana María Larrinaga, su esposa, además de Filomena, hermana soltera de ésta, así como cuatro de sus hijos: Joaquin, teniente del II Tercio de La Legión; María de los Angeles, maestra nacional; Pablo, alférez de Infantería en Toledo y José Antonio, alumno de San Agustín y posteriormente integrante del Cuerpo General de Policía, no contabilizándose como integrante de la familia otro de los hermanos, Juan José, que ya se encontraba en el noviciado de la Compañía de Jesús en el Puerto de Santa María. Allí permanecieron hasta su traslado a la reciente finca propiedad de la familia, sita en el nº 10 de la calle Cervantes y muy próximo al patio.
En sentido hacía la calle Velarde y contigua a la vivienda antes descrita, se hallaba otra, también de una sola planta, habitada por un oficial del Ejercito, apellidado Gavira, de reconocida familia ganadera de reses bravas en el campo de Gibraltar y su cónyuge Rosalía SanJuan. Dicho domicilio fue después, en los años 70 y comienzo de los 80, una dependencia de la Delegación de Gobierno. Por último, en el margen derecho de la calle, se encontraba la fábrica de fideos de Acevedo, haciendo ya esquina con la calle Velarde, habiendo sido lugar emblemático ceutí de entonces Se entraba por un portal a cuya fachada daba una vivienda que fue ocupada por la familia Nieto. El patio en sí era de unas 8 familias. Saliendo hacia calle Velarde, se encontraba la carpintería de Muebles Guerrero-Marruecos y el Bar Bravo. En esta calle vivía la familia Cabrera, con sus hijos que se llamaban: Eugenio (Nono), Carlos, Antonio y otra hermana apellidados
Cabrera Solano (Alejo Lladó) Por aquí vivía un tal Norberto Muñoz de Luna, de quien es posible de adquiriera el nombre. También la familia Salas Bernal con su hijo Javier que trabaja actualmente en Hacienda. Muy cerca quedaba muebles Herrera (Paco Parrado). Otros vecinos fueron: Victoriano Salas Travieso, Carmen Salas Bernal y María Bernal Garcia. Frente al patio vivió Aguilar Vilatersana, sargento de La Legión y su hija. También la familia Cabrera Solano, así como una casa de huéspedes “La Caprila” .