Cuando llegas a un bar y el camarero sabe a la perfección qué desayunas, produce un sentimiento de complicidad, de sentirse como en casa. Joaquín Florentino, encargado de la cafetería del Ayuntamiento de Ceuta durante 32 años, ha creado una familia laboral en torno al café y las tostadas. Desde que se hiciese cargo de este local, Joaquín ha cuidado a sus clientes y los ha tratado como personas muy cercanas a él. Después de casi toda una vida, al igual que fue el primero en abrirlo, es el último en cerrarlo.
“Me da pena, porque son muchos años, una clientela fija. Entonces, claro que da pena. Yo aquí, prácticamente, he tratado a los clientes como si fuesen familiares todos. Claro que me da pena. Y los voy a echar de menos, pero la vida sigue y hay que vivir otra etapa”, ha confesado Joaquín Florentino, propietario de la cafetería del ayuntamiento
Joaquín ha dedicado su vida a la hostelería y su última etapa como camarero la ha realizado en esta cafetería. Anteriormente, según ha contado, estuvo trabajando con su suegro, quien tenía un bar “cuando estaba el cuartelillo aquí”, ha indicado. Al derribarse el edificio en el que se encontraba su anterior negocio, ‘Bar Astoria’, a Joaquín le entregaron este local tras un contencioso. Desde entonces, siempre ha estado solo, salvo en contadas ocasiones en las que su mujer, Paqui Segura, o alguno de sus hijos le han echado una mano.
Y nunca ha tenido un momento de agobio o sus clientes se han impacientado. Poco a poco, y con tranquilidad ha ido llevando este negocio. “Como prácticamente somos familia, pues entonces han tenido paciencia, han esperado. Que si la tostada, que si el bocadillo. Mi mujer venía en las horas punta y me echaba una manilla, pero vamos, se ha podido llevar esto solo”, ha contado.
Esta cafetería no ha faltado a ningún desayuno, salvo excepciones puntuales como unas vacaciones de verano o una operación, cuando le echaron mucho de menos, según señaló el propio Joaquín. Tras tantos años al frente, no hay quien siga con este negocio. Aunque siente pena, son muchos los momentos buenos que ha vivido entre sus paredes. Desde ganar la lotería hasta convertirse en sanitario por unos minutos. “Fue un 22 de diciembre que estando aquí trabajando, estábamos viendo aquí la lotería nacional de navidad y resulta que el número que teníamos, bueno, que tenía mi hermano, le tocó el gordo. Cuando le tocó a él, enseguida nos lo comunicó, bajamos aquí abajo, estuvimos aquí celebrándolo y eso fue la mayor alegría”, ha recordado.
Las donaciones de sangre junto a esta cafetería también le han regalado a Joaquín momentos para recordar. Sin embargo, hay uno que recuerda claramente. “Estar aquí tranquilamente el donante tomando lo que sea y desplomarse de golpe. Lo que pasa que tengo experiencia, pues he salido, lo he cogido, lo he tumbado, porque yo ya sé cómo funciona más o menos, porque son muchas donaciones las que hemos hecho”, ha relatado.
Y ahora, eso le quedará a Joaquín y a su esposa, los momentos vividos entre esas paredes. Este viernes se ofrecerán los últimos desayunos antes de que Joaquín cierre las puertas de ese local que él mismo abrió.
Encantadores,como familia,muchas gracias a los dos,por vuestra paciencia,vuestro buen hacer,la compañía que nos habéis dado.Os echaré de menos.Un abrazo
Muchas veces que he desayunado ahí. Son unas grandes personas los echaremos de menos.Un fuerte abrazo amigos ha disfrutar y cuidaros mucho.
A disfrutar Joaquín.