Dos fueron detenidos con 188 kilos saliendo del pesquero; otros dos tras una investigación
El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha dejado visto para sentencia el caso seguido para aclarar la vinculación de cuatro acusados de tráfico de drogas con la agravante de notoria importancia y uso de embarcación.
El Ministerio Fiscal pide 6 años y 9 meses para cada uno de los acusados: dos lancheros, que fueron detenidos el 11 de julio de 2016 con 188 kilos de hachís en su embarcación cuando salían del puerto pesquero, y otras dos personas a las que, con posterioridad, la Guardia Civil detuvo tras una investigación de Policía Judicial señalándolos como los que habrían agenciado el transporte de los pasadores a un hostal y, después, al punto de partida para el pase.
El Ministerio Público lo tuvo claro en su exposición de hechos ante la Sala. Los cuatro acusados, con uno u otro rol, estaban relacionados con el pase de drogas que terminó frustrando el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, tras detectar la salida de la embarcación recreativa desde la lonja cargada con bolsas de hachís.
Pocas dudas quedan de que los llamados D.R. y H.R. están implicados en este delito, puesto que ambos fueron detenidos in fraganti con la sustancia y en el acto de juicio oral no evitaron su responsabilidad en estos hechos. Sí que sus respectivos abogados pidieron, más allá de la intentada absolución, que la condena no fuera superior a los 4 años, 6 meses y 1 día por considerarla así “ajustada a derecho”, al existir un reconocimiento dejando pues sin efecto las agravantes contempladas por la Fiscalía.
La clave está en la segunda fase de esta historia de tráfico de drogas, la que afecta a la detención de los llamados S.A. y H.A., que fueron detenidos con posterioridad por la Unidad de Policía Judicial al considerar que existían indicios suficientes para entender que fueron los que trasladaron a los gomeros desde la estación marítima a un hostal situado en el Morro y, de madrugada, los acercaron hasta la lonja para que salieran con la embarcación cargada de droga.
La Sala realizó dos careos entre guardias civiles y el responsable de un hostal
El Ministerio Fiscal considera que esta pareja es la que realmente abonó todos los gastos de hospedaje y dieta la noche que pernoctaron los pasadores en Ceuta, siendo pieza indispensable en el tráfico de hachís intentado. Que los pasadores nunca los identificaran (de hecho ayer en el juicio negaron hasta la saciedad conocerlos) es, a juicio de la Fiscalía, porque “quieren a toda costa evitar que se les incrimine”.
Para la Acusación hay algo más que indicios para sostener una condena para estos presuntos activos de la trama, al fundamentarse no solo en la investigación que hizo la Guardia Civil sino también en la declaración que en la propia Comandancia prestó el responsable del hostal en donde los lancheros estuvieron alojados. Esta persona, en el cuartel de Hadú, ha reconocido entre más de 200 fotografías mostradas a los dos acusados como los que recogieron en un monovolumen a los pasadores a las 5.00 horas. Considera la Fiscalía que hay indicios de peso para sostener que ambos fueron los que habían reservado la habitación en el hostal y se habían responsabilizado del pago.
La Defensa de ambos acusados negó la mayor y argumentó todo lo contrario, exponiendo a la Sala la falta de pruebas para poder enervar la presunción de inocencia de sus patrocinados, quienes, por cierto, negaron cualquier relación con los hechos. En el caso de uno de ellos dijo además que tenía rencillas con un componente de la Guardia Civil y que incluso quisieron que declarara por la fuerza.
El hallazgo de la droga, la detención de los pasadores, la existencia de un delito contra la salud pública es más que evidente hasta este apartado de la historia, donde cabe demostrar que además de pasadores hubo colaboradores clave es en la detención de los otros dos acusados, lo que vendrá argumentado en la posterior sentencia judicial.
Los agentes de Policía Judicial que prestaron declaración fundamentaron esos arrestos en la declaración del responsable del hostal que, sin duda alguna, les señaló como quienes habían facilitado el hospedaje y posterior traslado de los pasadores. “No titubeó” cuando los señaló, dijeron. Aunque ayer el gerente de dicho hostal no solo titubeó sino que llegó a requerir de la asistencia de un intérprete porque dijo no saber español, ni leer ni escribir, algo que llegó a desesperar a quienes veían en tal postura una treta para no ratificarse. Con un intérprete a su lado, dijo a la Sala que respondió sin entender correctamente lo que le preguntaban los agentes y que firmó sin leer. Esa persona no es la que los agentes se toparon aquel julio de 2016.
“¡Basta ya de faltar el respeto a la Sala!”
A la hora de aclarar si el dueño del hostal en donde se alojaron los pasadores mentía o no (es decir, realmente no sabe español y no sabía ni lo que decía cuando declaró ante la Guardia Civil o ahora se inventa un nuevo estado intelectual por miedo), la Sala organizó dos careos entre guardias civiles y el aludido. Los agentes insistieron en que sabía perfectamente lo que declaraba y que sin dudas señaló a los dos detenidos por coparticipar del pase; este se mantuvo en que nada entendía del asunto. Fiscalía ha pedido que se deduzca testimonio y mostró su malestar por situaciones como esta, que se repiten en demasía. “¡Basta ya de faltar el respeto a la Sala!”, espetó.