Desde que concluyó la fallida investidura del candidato propuesto entre Ciudadanos y el PSOE, se ha desencadenado una brutal cacería contra Podemos. Salvaje. El objetivo señalado por el “establishment” es evitar que germine una semilla de dignidad colectiva que puede subvertir el orden y acabar con sus privilegios. En las democracias occidentales no se necesitan tanques para ganar las guerras, es mucho más eficaz y disimulado utilizar los medios de comunicación para manipular conciencias.
El plan inicial era convertir Podemos en una pieza más del engranaje. Excéntrica y díscola, eso sí, pero desnaturalizada y dentro de los márgenes tolerables. La fórmula elegida era reducirlo a la condición de apéndice subordinado del PSOE (a modo de conciencia inofensiva), quedando así perfectamente integrada en el sistema. Pero la postura firme, valiente e irreductible de Podemos ha frustrado tan ladina pretensión, irritando enormemente al poder. Y se ha cursado la orden de exterminio total. Quienes manejan a su antojo los destinos del país no pueden permitir el éxito de Podemos, porque equivale a asumir su propia derrota. Podemos es una idea hermosa, revolucionaria. Es la expresión política del anhelo por devolver la soberanía nacional a su legítimo dueño que es el pueblo. Como todas las revoluciones, incompleta, imperfecta, tortuosa, errática y dubitativa; pero también, como todas, audaz, esperanzadora, ilusionante, y cargada de grandeza. Los procesos revolucionarios son el motor del progreso de la humanidad.
Estamos en un momento crucial de esta durísima batalla. Los enemigos de “lo nuevo” son conscientes de ello, y por eso multiplican e intensifican sus ataques. Lo que se dice de Podemos en todos los medios de comunicación, durante las veinticuatro horas del día, por parte de integrantes de todo el espectro político y social, es una absoluta obscenidad. La descomunal campaña de desprestigio y difamación, basada en la mentira, la tergiversación, la exageración y la insidia; es de una ferocidad sin precedentes. Vomitiva.
Al observar este implacable linchamiento, no puedo evitar revivir el que sufrimos en Ceuta cuando nació Caballas. Evidentemente, salvando todas las distancias y respetando contextos radicalmente diferentes; pero son fenómenos idénticos en su esencia. Las élites que detentan el poder no pueden soportar aquellas ideas que suponen una enmienda a la totalidad del sistema que les genera sus privilegios. Y cuando estas ideas adquieren carta de naturaleza y se transforman en fuerza políticas, se convierten en una amenaza intolerable.
Instalar la interculturalidad como la piedra angular de la arquitectura social de la Ceuta del siglo veintiuno, es una idea hermosa, revolucionaria. Y por tanto, los que disfrutan de una situación privilegiada, la perciben como un motivo de guerra sin cuartel contra quienes la promueven. A partir de ahí, la receta conocida. Mentira, difamación y toda suerte de veneno social inyectado a través de todos los medios posibles para manipular conciencias débiles.
Son procesos paralelos que alumbran un corolario. Nadie puede asesinar una idea. Podrán hacer sufrir a las personas que las defienden. Pero todo eso es efímero y fútil. Las ideas que están arraigadas en el principio de dignidad del ser humano, concebida como la fusión ente la igualdad y la libertad, siempre terminan germinando. Por ello es necesario resistir y perseverar en la lucha. Damos por amortizado el coste personal, y combatimos animados y orgullosos. Porque creemos firmemente en las ideas que pueden hacer una ciudad, un país o un mundo más justo.
Las bibliotecas de Ceuta tienen preparada una programación variada para la semana que comienza el…
El BM Ramón y Cajal de Primera Nacional femenina peleó y compitió ante el BM…
Una de las metas que se ha propuesto Ceuta Ya! es instar al Gobierno de…
Los dos combinados ceutíes que están en el Campeonato de España de Comunidades Autonómicas cerraron…
Me llamo Chary del Valle y quiero compartir con ustedes la triste experiencia que vivimos…
El CD UCIDCE se estrelló en la Ciudad Deportiva Rafael Gordillo en la que los…