La tan cacareada libertad

Cuando en un laboratorio se efectúa el análisis de cualquier elemento, se hace referencia al procedimiento empleado (sistema de tratamiento de las muestras, aparatos empleados, etc.) por tanto los resultados son referidos a ese método, que podría ser comparado con otro.

En el análisis del concepto de la libertad humana también tenemos que partir de una hipótesis, pero que desde hace un par de siglos ya es una tesis confirmada por el método científico: y es que a partir de que un ser humano aparece al mundo, es decir, desde el instante de su nacimiento, ese ser viene precedido de una génesis evolutiva; esto quiere decir que no hay en su constitución corporal ni mental ningún antecedente sobrenatural ni divino. No viene generado desde una IDEA preconcebida que pudiera servir de modelo (platonismo), incluso que aparezca inclinado a ninguna norma de relación moral ni ética de conducta. No es heredero de ningún compromiso PACTO o ALIANZA (Antiguo y Nuevo Testamento) con dioses o seres sobrenaturales.

Las ideas no equivalen a una simple e imaginada representación o aparición, sino que constituyen un concepto con un significado concreto, (si es un concepto de la realidad), elaborado con ayuda del lenguaje y completamente admitido por la razón. Cuando la razón pretende mediar en el conocimiento de aquello que no puede ser dado por la experiencia, se expone a contradicciones e ilusiones; situación propia de las doctrinas teístas.…. incluso, deístas, es decir lo definido como “ilusión trascendental”, como el concepto de Dios o del Alma, que de plano rechaza la razón.

Este es el punto de partida, la tesis de que el ser humano no trae al mundo rasgos que no puedan ser comprendidos a través de la ciencia y la razón humana; en definitiva que no trae al mundo más herencia que la que le otorga la naturaleza por su genética, que son los genes transmitidos y replicados de su padre y de su madre, y que son los mismos de sus ancestros, que en esta etapa de la evolución corresponde a la de un humano Sapiens Sapiens, con las posibilidades de existencia de dicha especie.

Las esencias, los atributos que lo diferenciarán, que lo individualizarán del resto de sus congéneres será su tarea primordial; y que para ello, desde el primer segundo de su vida ya necesitará de la LIBERTAD; esa facultad intrínseca (no aprendida) de la especie que él aún no conoce (no tiene todavía ni la experiencia ni el concepto) pero que sí, ya manifiesta en el instante de nacer. Es el instinto, la mayor paradoja de la naturaleza. Esa facultad pre-reflexiva se llama intencionalidad o voluntad de poder, ese impulso que anima al cosmos al movimiento y a los seres vivos, irrefrenablemente a la vida. Y ese rasgo preconsciente, que es la primera exigencia para la vida se llama LIBERTAD ABSOLUTA, pues no está sujeta a ningún condicionante impuesto por ninguna otra esencia (aún no las posee), esencias que adquirirá con el tiempo y que irán poniéndole límites a esa libertad primigenia.

Desde el primer instante, donde la conciencia, es decir, el conocimiento aún no existe, la libertad ya se manifiesta como respuesta a la primera necesidad que es, en el momento del alumbramiento, asimilar el oxígeno disuelto en el aire al respirar; las primeras bocanadas, esa primera experiencia, al recién nacido, le debe resultar desagradable y lo hace gritar y llorar pero enseguida se le torna placentera (ya tiene la primera dependencia) y también la primera satisfacción (puede y sabe hacerlo); es el primer aprendizaje, es el primer aporte del recién nacido a su conciencia. Enseguida busca el alimento; seguido del sentido del olfato busca con ahínco el pezón materno; después pone a prueba su libertad recién estrenada, se estira ….se desespereza, incluso se marca en su pequeño rostro una mueca semejante a una leve sonrisa que la madre celebra sorprendida. Puede que el bebé manifieste así la satisfacción de su libertad (una sonrisa nunca puede ser una respuesta al sufrimiento, sino al placer).

Estos ejemplos, a pesar de su simpleza, demuestran que el sentido de la libertad es preconsciente y por eso es uno de los primeros rasgos que va a ser definitorio en la conciencia, y por eso mismo el sentido de la libertad está tan arraigado en el ser humano y por eso, también, cualquier otro atributo que quiera ser incorporado a la conciencia debe contar con la aquiescencia de la libertad. Es la libertad el rasgo que nos define por excelencia, que cultivada y ejercida se convierte en la facultad más valiosa del ser humano, la de ser libre; y como vemos, estamos condenados a serlo; no podemos no ser libres ….. es ir contra la naturaleza; y de ahí, si se está consciente, el temor a perder la libertad.

La libertad absoluta en el ser consciente es un sueño; el más deseado por el hombre; quién no ha deseado una libertad sin límites, una libertad total. La libertad es una necesidad y satisfacerla en grado absoluto es una aspiración exclusiva de los humanos. Como cualquier concepto abstracto no tiene un significado universal, como lo tiene cualquier objeto de la realidad. Cada hombre se crea un propio concepto de libertad, lo mismo que creó el concepto de Dios, lo mismo que se compromete con una promesa, o se crea valores morales, y luego se siente satisfecho y libre con ellos o se siente esclavo de su propia creación…..

La libertad individual (adquirida) se la administra el propio sujeto y la ejerce conciliando la triada, necesidad-motivo-voluntad y el resultado es la “libre” decisión, que lo pone en relación consigo mismo y con el mundo, y así se siente más o menos libre o más o menos esclavo.

El hecho de la dominación del hombre por el hombre, su origen, no es consustancial en el ser humano; nada más repugnante que eso; sin embargo se ha admitido, incluso se ha propiciado desde las más antiguas civilizaciones: los egipcios y los pueblos mesopotámicos del “creciente fértil”. Hecho histórico bíblico, el de la esclavitud forzada a que fue sometido el pueblo hebreo a manos de egipcios y babilonios…. o el ardid filosófico aristotélico que intenta reconocer la condición de esclavo por naturaleza.

Al margen del grado de libertad que el propio inconsciente permite que se administre así mismo el sujeto; a lo largo de la historia, en todos los contextos donde existe relación aparece el ejercicio del poder, más o menos sutil, más o menos descarado y evidente, y con ello, en mayor o menor medida, la coacción; siendo ésta la expresión solapada de la fuerza para doblegar la voluntad hasta el punto de limitar la libertad., suprimir el libre albedrío hasta canalizar o anular la posible acción.

Es la libertad el rasgo que nos define por excelencia, que cultivada y ejercida se convierte en la facultad más valiosa del ser humano, la de ser libre

La doctrina Cristiana pone límite a la libertad humana con el “determinismo” que le imprime el origen de su creación y con la aparición de la figura del pecado y el consecuente castigo divino. Así el pecado puede aparecer en cualquier actividad, porque puede ser de pensamiento, de palabra o de obra ….. y por tanto como en cualquier régimen dictatorial se prohíbe y se castiga el librepensamiento, se limita la libertad de expresión (de opinión y de prensa) y la libertad de movimiento.

Así la peor de las convergencias, a veces buscadas para el ejercicio del poder en el gobierno de las sociedades, ha sido, en el remoto pasado, el palacio y el templo, traducido en tiempos recientes a la fatal alianza del “Trono y el Altar”…..el llamado Antiguo Régimen, cuando el súbdito o el ciudadano, aún ingenuo e ignorante, creía que el soberano lo era por la gracia de Dios ….Una reminiscencia de ese pasado remoto, donde empezó nuestra Historia, en tierras mesopotámicas, con la figura del Rey como monarca y a la vez sacerdote y por lo tanto protegido por los dioses. Se repite la tradición tras miles de años cuando por orden de Dios, David es “ungido” por el profeta Samuel como nuevo rey de Israel tras la destitución de Saul, por desobediencia …..En la Europa medieval desde el siglo IX hasta el XVI, los reyes y emperadores no eran efectivos si no eran reconocidos por la Iglesia Católica y coronados por el Papa.

La libertad social del hombre contemporáneo (siglo XXI), no difiere mucho, no ha avanzado en los últimos doscientos años …..es simple apariencia. Quizás haya que admitir que sea el modo de producción (como apunta el marxismo) lo que haya marcado a lo largo de la Historia, el cambio de paradigma.

El hombre a partir de mediados del siglo XIX, en el aspecto político, y también moral, abandona (en general) el soberanismo absoluto y la creencia religiosa que dirigían sus vidas, y con ello cambia la visión de su existencia (él mismo cambia el concepto de su libertad). Se convierte en un ser más tolerante y globalizado, se libera de los condicionantes de sumisión anteriores (trono y altar), y piensa sentirse más libre….(mayúsculo error). Sólo es más libre aparentemente.

La mente del poderoso no ha descansado, ni descansa; es el fracaso de la dialéctica marxista; no se completa el ciclo, no aparece la antítesis hegeliana. El capitalismo, con su constante especulación, ya al margen y liberado de la crítica moral y religiosa, crea una clase productora, aparentemente libre, conformista, pero que se conforme con poco, entretenida en una estudiada rutina, ignorante, con escaso conocimiento humanista y científico, alienado en el trabajo, timorato y por tanto temeroso a tomar decisiones, con la vana ilusión en un golpe de suerte que le saque de su “admitida” mediocridad…..un individuo en el que la expectativa de valores está en el dinero (el valor de la persona es el del dinero que lleva en el bolsillo).Tristemente un individuo inclinado a la más humillante esclavización, de la que no es consciente….