Estamos empezando una nueva etapa política en la ciudad y nos encontramos con bastantes cabos sueltos en muchas cuestiones relacionadas con la sostenibilidad de nuestro territorio. Como ya hemos recordado en otras ocasiones, la anterior etapa ha sido la peor para la gestión del medio ambiente en nuestra ciudad.
La inacción ha sido la tónica general de un cargo claramente incapaz para llevar a cabo la labor ambiental que se necesitaba. Sabemos que el todavía titular del área ambiental de la ciudad ha vertido la responsabilidad sobre la supuesta animadversión de los técnicos de la consejería hacia nuestra asociación. Sin embargo, deseamos recordarle al actual consejero en funciones que los anteriores responsables del área ambiental supieron solventar todos estos inconvenientes domésticos y pudimos colaborar en diferentes proyectos. De hecho, desde que la consejera Bel financió nuestro proyecto de conservación para atender a los varamientos de los tetrápodos marinos habíamos gozado de esta subvención para cubrir los gastos derivados de algunas de nuestras actividades.
A día de hoy, la mala gestión del área ha motivado que nos quedemos sin los fondos aludidos anteriormente, y no somos la única asociación que ha sufrido las consecuencias estos cuatro años. Obviamente, la mayor responsabilidad recae en el señor Vivas que ha mantenido este estado de cosas durante cuatro años sin remediar la situación. También es cierto que para el señor Vivas, los técnicos son infalibles e intocables; esperemos que ahora que el partido del Gobierno municipal tiene la mayoría absoluta menos holgada se muestre un poco más transigente con las peticiones de sus consejeros cuando se produzcan insubordinaciones técnicas sin justificaciones objetivas. Presentimos que van a ser cuatro años duros sobre todo si el Partido Popular no gobierna el Estado. Mientras tanto, la Administración municipal continúa funcionando a paso de tortuga sin querer ser consciente de los graves perjuicios que dispensa entre sus administrados. Por cierto, su burocracia continúa sin contestar escritos a pesar de que las leyes en vigor sobre libertad de información obligan a responder a los administrados en un periodo razonable de tiempo. Preocuparse porque los funcionarios municipales, compañeros corporativos del señor Vivas, hagan su trabajo en las mejores condiciones laborales y sean tratados dignamente por los cargos políticos electos es algo obvio y esperable. Pero la modernización y la eficiencia de áreas municipales olvidadas, como medioambiente, también tiene que abordarse en beneficio de todos. Y si existen funcionarios absentistas o que se dedican a generar problemas en vez de ofrecer soluciones, deberán ser amonestados y en todo caso los cargos políticos tendrán que poner de su parte para arreglar estas situaciones tan lamentables.
Por otra parte, hay una ausencia de transversalidad preocupante entre las áreas de gobierno en vez de ayudarse en ciertas cuestiones que requieren presupuestos menores. En la política turística se ve claramente que se ha diseñado una estructura ineficiente en la que la mayor parte del presupuesto se destina al capítulo uno. Los mismos responsables políticos del área turística reconocen que prácticamente no tienen recursos presupuestarios para poder desarrollar otro tipo de programas de promoción turística. Al menos esto es lo que nos dicen a nosotros cuando nos hemos reunido con diferentes responsables en varias ocasiones durante todos estos años. La empresa de turismo no puede ni debe ser una competidora con las otras empresas de la ciudad, muy al contrario se espera de una entidad pagada con el dinero de los impuestos que colabore activamente en desarrollar un sector que puede contribuir, aunque sea modestamente, a la economía local. Sinceramente no vemos la utilidad de una empresa de estas características pero sí creemos que se podría emplear dinero en realizar proyectos de ordenación de recursos y en inversiones que potencien los valores turísticos de Ceuta. Las apuestas millonarias que, en otros tiempos, se han realizado con los recursos públicos para atraer turismo solo han servido para ofrecer a los ceutíes una nueva oferta de ocio (Parque del Mediterráneo). Incluso otros proyectos que tangencialmente perseguían algún fin turístico como por ejemplo la Manzana del Revellín y la supuesta atracción a nuestra ciudad del turismo interesado en arquitectura, solo han generado un dispendio desorbitado de cientos de millones de euros que quedará en herencia para las generaciones futuras de ceutíes. Mientras todo esto acontece y se ha dilapidado dinero público por doquier, la administración local es incapaz de invertir en un proyecto museístico de futuro como es el Museo del Mar.
Con un cuarto de millón de euros dejaríamos un museo preparado para abrir al público en un periodo corto de tiempo. Hablando de incapacidades y también de falta de coordinación entre administraciones es necesario tomar una decisión sobre el edificio conocido como la Sirena de Punta Almina; la mayor parte de los ceutíes desean no tener que asistir al deprimente espectáculo de ver como se va cayendo a trozos el rehabilitado edificio. Mucho nos tememos que esta legislatura estará presidida por una cuota mucho mayor de improvisación que en otras ocasiones. A ello podría contribuir la pérdida de motivación de un equipo de gobierno que puede estar concluyendo un ciclo político de mayoría absolutas en nuestra ciudad. El abandono de la Agenda 21 es el mayor cabo suelto que dejan los equipos de gobierno de los populares; tienen cuatro años para remediar la torpeza de haber dejado pasar muchos años ignorando el consenso ciudadano en temas de sostenibilidad. Depende mucho del nuevo responsable del área ambiental de la ciudad que podamos trabajar entre todos en beneficio de la sostenibilidad. Recuperar el diálogo con la Consejería de Medio Ambiente será un aspecto clave para poder llevar a cabo proyectos incluidos en el Plan de Acción de la Agenda 21 local de Ceuta. Muchas cuestiones de importancia se incluyen en el mencionado documento, entre estos podemos destacar la ordenación de los recursos marinos; la atención al medio forestal; la movilidad sostenible; los recursos energéticos; el tratamiento de los residuos; el modelo de desarrollo urbanístico; la supresión de barreras arquitectónicas; el ciclo del agua, etcétera, para nosotros comienza una nueva etapa que esperamos nos permita contribuir más activamente a la sostenibilidad de nuestro territorio.
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