"En plena campaña estival y cuando los servicios turísticos deben estar a pleno rendimiento, los ciudadanos se ecuentran con oficinas cerradas, atención deficiente, cierre de oficinas, y trabajadores sobreexplotados y maltratados intentando paliar las consecuencias de un Gobierno sin criterio y fuera de control".
Esto es lo que dice Caballas, que considera que la política turística del Gobierno parece diseñada por los hermanos Marx.
"Los trabajadores que tienen que expedir los certificados de residentes en la estación marítima, con una dotación insuficiente, tienen que atender otras funciones ocasionando problemas a las personas que acuden a retirar sus certificados. Esta manera de funciones pone de manifiesto la falta de compromiso del gobierno con uno de los escasos pilares de la ciudad para reactivar la economía local".