Caballas llevará este mes al
Pleno de Ceuta una propuesta para instar a la Corporación a encargar a Procesa la elaboración, en el periodo máximo de un mes, de “un diagnóstico detallado y exhaustivo de todas y cada una de las trabas que impiden que el comercio electrónico se pueda desarrollar con normalidad en nuestra ciudad”.
La iniciativa de la formación localista entiende que, a renglón seguido, la administración debe comprometerse a, “tomando en consideración el contenido del referido diagnóstico”, elaborar e iniciar las negociaciones de los pertinentes convenios con los organismos públicos afectados, así como implementar cualesquiera otras medidas complementarias “que se pudieran aplicar en orden a dotar al comercio electrónico en Ceuta de la fluidez de la que goza en el conjunto de la España peninsular”.
En la parte expositiva de su propuesta los de Mohamed Ali incidirán en que es urgente actuar para que la ciudad autónoma, como
Melilla, no se quede fuera del denominado
“comercio electrónico”, que “constituye un fenómeno relativamente reciente que se encuentra en plena expansión (se prevé un incremento del 24% para este 2021) y que está transformando de manera muy considerable los hábitos de los consumidores, ante los que se abren mercados de dimensiones insospechadas hasta hace muy poco tiempo”.
Ceutíes y melillenses se encuentran de forma cotidiana, sin embargo, con todo tipo de dificultades para hacer una compra por Internet y recibir lo adquirido de forma satisfactoria y sin retrasos inexplicables o todo tipo de complicaciones.
“Los clientes que tienen la suerte de que alguna empresa les venda algo”, describe Caballas la situación actual, “tienen que enfrentarse a una terrible y costosa (en tiempo y dinero) carrera de obstáculos administrativa capaz de desquiciar a cualquiera:
cuando no es el DUA, son las tasas (o lo que sea) de Correos, cuando no “el punto verde” (o algo parecido); el camión que se queda retenido, o… ¡vaya usted a saber! El caso es que, al final, todos terminan por buscar una persona fin que ‘recoja el producto en la península’ y lo traiga”, dibuja una coyuntura “lamentable”.
Más que una “contrariedad”
Desde el punto de vista de la coalición, “este hecho no sólo supone una contrariedad para las personas directamente afectadas, que ven muy reducidas sus posibilidades de compra a través de esta modalidad, sino que también tiene un fuerte impacto psicológico colectivo que merma la autoestima de ciudad, ya que refuerza la idea que cada vez se oye con más fuerza a través de expresiones tales como ‘Ceuta es un boquete’ o que ‘vivimos en el culo del mundo’, pensamientos extremadamente negativos, más aún en momentos difíciles como los actuales”.
“Es indudable es que todos los problemas están ocasionados por organismos, instituciones o entidades públicas y no parece lógico”, razona la propuesta de los localistas, “que sea la administración que por definición tiene la función de servir a la ciudadanía la que esté infligiendo un innecesario castigo a una parte de ella”.
Caballas cree que “utilizando el instrumento de los convenios entre administraciones sería posible abrir de una vez por todas una “autopista abierta para el flujo de mercancías entre Ceuta y la península de manera, que cumpliendo escrupulosamente todas y cada una de las normas que sean de aplicación, la ciudad y sus vecinos puedan comportarse de forma ‘normal”.