La cabalgata estática transforma en 'mágicas' las Murallas Reales

La tarde que precede a la llegada de los Reyes Magos es la más especial del año para los niños. Salir en familia a ver la cabalgata forma parte de esos recuerdos que se atesoran en la infancia y que perduran toda la vida. Por eso, aunque este año las circunstancias sanitarias en Ceuta, debido al alto número de contagios registrados, no permitió que las calles se llenaran de pequeños acompañando a los Reyes Magos en cabalga, desde la Ciudad se buscó la alternativa más segura posible con la que regalar esa merecida tarde de ilusión a los niños. Una 'cabalgata estática' organizada en las Murallas Reales con un recorrido único en el que las familias iban paseando en línea recta y disfrutando de la animación a ambos lados del desfile.

Al fin y al cabo, lo que importa es ver a los Reyes Magos y los niños disfrutaron por todo lo alto del momento sin olvidar, ni un instante, que había que irse pronto a la cama porque, al despertar, Melchor, Gaspar y Baltasar les habrían dejado alguno de los regalos de la carta debajo del árbol. Una lista de deseos que no dudaban en recordar por si los Reyes tenían, aún, alguna duda.

Manuel García no dudó en subrayar las ganas de que los reyes le trajeran únicamente una caja entera de Pokémon, por ser lo que "más quería". Ángela Guerrero, sin embargo, tenía una lista más extensa encabezada por una bicicleta, accesorios para su videoconsola, juegos de mesa y un sinfín de peticiones más que hacía asegurando haber sido "muy buena".

Por su parte, los hermanos Lolo y Fabio Granados querían un patinete para cada uno y una videoconsola para compartir y, aunque uno de ellos añadía a la lista un ordenador, su hermano le recordaba que "eso no se podía pedir".

Regalos que contrastaban con la carta de Marco Granados que lo primero que decía pedir a los Reyes Magos "es estar con su familia".

Melchor encabezaba el recorrido, como es tradición, subido en una gran carroza y acompañado de sus pajes, que repartían caramelos y chocolatinas a los niños que se acercaban, nerviosos, a saludar a su alteza real.

A continuación, en otra bonita cabalgata estaba Gaspar, también rodeado de su séquito y ofreciendo golosinas a los pequeños a su paso por el recorrido. En tercer lugar, se encontraba Baltasar, que también contaba con sus ayudantes reales para regalar a los visitantes un buen puñado de caramelos.

Como siempre, cada niño tiene su Rey favorito, aunque la cara de felicidad de los pequeños era perenne durante toda la cabalgata. Como la de Úrsula Díez que a pesar de no levantar dos palmos del suelo ya tenía claro que su preferido es Melchor.

Una de las notas destacadas de la tarde fue el reparto de caramelos, para sorpresa de todos. A los niños que llevaban gorro en el abrigo, la Corte Real se lo llenaba de caramelos ante la sorpresa de los pequeños que se quedaban inmóviles al pensar que llevaban una buena carga de chucherías a sus espaldas. Los bolsillos eran otro buen escondite para almacenar provisiones y algunos, incluso, acudieron a la cita con sus propias bolsas, especialmente preparadas para llenarlas de caramelos.

Carlos Alonso Avendaño alegaba haber sido muy bueno durante el año, motivo por el que, decía, los Pajes Reales le habían regalado muchas chuches que llevaba feliz en la capucha de su abrigo contento de haber podido conocer personalmente a sus Majestades de Oriente.

Además de mucho azúcar, no faltó la fantasía, con gigantes personajes iluminados, duendes y todo tipo de personajes que animaron el desfile con su alegría, repartiendo ilusión entre los presentes.

Al otro lado del recorrido, frente a los Reyes, se situaron un buen número de bailarinas de diversas academias de Ceuta, que no cesaron de poner ritmo a la tarde con sus coreografías y sus vestimentas, llenas de luces, flores y mucha alegría.

La música tampoco faltó, al igual que la seguridad, con un importante despliegue de medios con los que garantizar que se cumplieran las normas sanitarias y evitar malas prácticas o confusiones. Para ello, se contó con un gran número de voluntarios de Protección Civil, en un operativo en el que participaron, además, el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), Parque Móvil, 112, AMGEVICESA, Cruz Roja, 061, Policía Local, componentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y la concesionaria del servicio de limpieza pública viaria, TRACE.

Aunque todos los asistentes iban con mascarilla, al mirar sus ojos se intuía claramente que debajo de la protección contra el covid había sonrisas de oreja a oreja; tanto en los padres, como en los niños. Y es que en la tarde de Reyes casi nadie se resiste a soñar, se tenga la edad que se tenga, con recibir aquello que más se desea.