Eran 9 jóvenes. En el último vídeo que se grabaron mostraban su alegría por el inicio de una travesía que les llevaría hasta Ceuta. Una lancha amarilla los iba a sacar de Beliones para dejarlos por la zona del
Sarchal. Pero su piloto y su acompañante no hicieron eso,
los obligaron a arrojarse al agua para después escapar. Todavía no ha sido detenido por la Guardia Civil que sí tiene intervenida la embarcación. Solo 5 personas fueron interceptadas, entre ellos jóvenes a los que se les
salvó la vida al límite gracias a la pericia de un vecino del barrio, Mohad Abdeselam, que no dudó en arrojarse al mar. ¿Pero dónde están los demás? Es lo que se preguntan los familiares de los varones que aún no han aparecido. Algunos eran marroquíes y al menos había 4 jordanos, todos ellos jóvenes, vestidos con ropa de calle y uno con traje de neopreno. Fueron reunidos en
Beliones y de allí partió la embarcación el mismo martes, terminando su ruta de forma aparatosa en pleno temporal y en los acantilados marcados por las corrientes del Sarchal.
La historia de Mohamed, desaparecido y natural de Rincón
Mohamed el Khamlichi, natural de Rincón, es uno de ellos. Tiene unos 20 años y es peluquero. El lunes protagonizó el viaje con ocho más, informando a su familia que cruzaría a Ceuta. Vestía pantalones vaqueros y una cazadora oscura. Ese cruce fue una auténtica trampa porque tuvieron que arrojarse al agua en vez de ser desembarcados de una forma menos fatal. La última comunicación de Mohamed con su familia fue cuando partió, previendo que todo iba a desarrollarse sin problemas. Les dijo que estaba en la embarcación con más chicos. Después nada se supo, el teléfono ya no da señal y el joven no ha llamado a su casa para comunicar su paradero.
La Policía Nacional trasladó a 3 marroquíes a las dependencias policiales y ninguno es Mohamed. Las ambulancias hicieron dos traslados y solo uno requirió ingreso hospitalario por hipotermia y golpes contra las rocas. ¿Y el resto? La historia viene marcada por las dudas, las confusiones y el desconocimiento de dónde están los demás ocupantes de la embarcación. Las familias de los desaparecidos reclaman ayuda, datos, información sobre el paradero de sus seres queridos. En Ceuta nadie les orienta y en estos momentos se desconoce cómo pudo terminar este suceso enmarcado en una inmigración que no cesa y de la que se nutren las mafias para no solo ganar dinero sino también despreciar las vidas de los aspirantes a escapar de Marruecos.