Brahim Esidi fue uno de esos menores marroquíes que salió de Beliones para buscar una vida mejor en España. Y, como tantos, pasó por un centro de menores en la Península. Pero desde que se fue de ese lugar supuestamente en Santander para dirigirse a Madrid capital, su familia no sabe nada de su localización.
Actualmente, Esidi tiene 19 años y una mayoría de edad que, en su situación de indocumentado y detenido el pasado noviembre, le colocan de cara a las autoridades como una persona que puede encontrarse en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) o, al menos como denuncian sus familiares lejanos que viven en Ceuta, en una “prisión”.
Aunque en el imaginario colectivo el CIE se vincula en muchas ocasiones con una cárcel, este es el único dato próximo en el tiempo que tiene Nidda Mustafa Chelaf, ceutí y familia lejana de Esidi, que comenzó hace cuatro días a mover por Facebook su foto y una publicación explicando lo que sabe de este joven con el fin de encontrarle y tranquilizar a su familia que vive en Beliones y no saben nada de él “desde hace un año”, asegura.
El número de teléfono que han facilitado los familiares para contactarles en caso de que sepan algo de Esidi es el 644 54 31 34.
“Estoy ayudando a su madre”, explica Mustafa, quien reconoce haber recibido varias llamadas desde que subiera a esta red social la foto de Esidi. La que más información le dio fue la de un chico que le desveló que el joven podría estar en una cárcel en Madrid. Esa es toda la novedad con la que cuenta esta vecina de nuestra ciudad.
“Brahim parece que le ha cogido un lobo, se lo ha comido y ha desaparecido”, admite a El Faro Mustafa. De igual manera, asegura que ha llamado “a todos los sitios a los que se pueda llamar” sin éxito por el momento. Por eso publicó en Facebook la foto de Esidi, con la esperanza de que “cualquier funcionario, cualquier persona de una prisión lo vean y sepan que le estamos buscando”.
Parece ser, según el relato de esta mujer ceutí, que a Esidi lo sorprendieron el pasado noviembre las fuerzas de seguridad del estado en una casa que okupaba con otras personas en Madrid. “Se pensaban que era una casa okupa pero no, y al entrar la policía se lo llevaron detenido”.
La historia de Brahim Esidi dio comienzo hace casi dos años. Según relata Mustafa, “él siempre decía en casa ‘yo no sé por qué no me he ido’, lo que dicen muchos chicos marroquíes”. Poco después, se fue a pescar y nunca volvió. Volvieron a saber de él sus padres y sus ocho hermanos cuando les llamó desde la Península.
Esidi no pasó por Ceuta para llegar hasta territorio peninsular. Fue de aquellos que se jugó la vida en patera. “Fue con más muchachos y dejaron a cinco familias de Beliones destrozadas”, confiesa Mustafa.
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