Los bulos. Las noticias falsas. Esas pequeñas (no) informaciones que se cuelan en la red de redes, que circulan como la pólvora por whatsapp, constituyen la peor arma contra los investigadores y pueden terminar causando una histeria colectiva. En Ceuta, en plena crisis por el
incendio de García Aldave, hubo quienes se empecinaron en fastidiar más que en colaborar. Cuando todavía los Bomberos seguían luchando contra las llamas, hubo quien comenzó a difundir un audio por telefonía móvil que se hizo viral. En el mismo se indicaba que la
Guardia Civil había detenido a una persona con petacas de gasolina. Era un supuesto exnovio celoso. Todo era mentira. Hubo llamadas de ciudadanos al COS de la Guardia Civil de personas alertadas por una (no) información que era falsa y que pudo tener consecuencias nefastas al hacerse acusaciones inciertas. Hasta bien entrada la noche todavía había quienes daban por bueno el contenido de ese audio. También hubo llamadas de quienes pensaban haber visto lo que nunca vieron o quienes informaban de manera nefasta indicando que los Bomberos habían tardado más de una hora en llegar al incendio, cuando en 8 minutos estaban ya sofocando las llamas. A los partes oficiales nadie engaña, que hubiera quienes no vieran a las distintas unidades del SEIS no significa que no estuvieran ya lidiando contra las llamas, con el apoyo de los legionarios. La difusión de esos contenidos falsos también se hizo viral, alentándose una animadversión hacia unos agentes sin fundamento, alertando aún más a la población. El hecho de que se estuviera dando publicidad a fotografías que no eran acordes con la realidad también constituyó otro punto negro. Los ciudadanos pensaban lo que no era debido a que por algunos canales no se difundía la importancia del fuego. A pesar de que se advertía de que nadie subiera hasta el lugar, el hecho de visionar fotografías no acordes con la gravedad hizo que en plena lucha contra las llamas aparecieran parejas con sus coches por las cercanías, incluso con perros sueltos, provocando el malestar de los especialistas. La curiosidad es la peor de las enemigas en este tipo de situaciones. Llegar hasta el lugar del incendio cuando ni se es periodista ni profesional para sofocar las llamas supone un lastre que puede estar pagado con resultados funestos. Pero también hubo quien hizo bien las cosas. En redes sociales, perfiles de voluntarios como El_Batefuego, el equipo de voluntarios digitales (VOST) de Ceuta, el perfil de Protección Civil en la ciudad o el organismo municipal Obimasa incentivaron e impulsaron el traslado de información veraz en canales como la etiqueta #IFCeuta (incendio forestal de Ceuta), lo que permitió a los usuarios seguir de cerca las labores de extinción sin un ápice de alarmismo innecesario. Así, desde que se detectó el primer foco cerca de las 14.00 horas, Obimasa y diversos perfiles estuvieron informando minuto a minuto del estado del fuego y de los medios con los que Bomberos y voluntarios contaban, amén de la llegada del helicóptero o del hidroavión que ayudó al final de la tarde a controlar y perimetrar el incendio.