Noche de infierno la vivida este viernes en la Calle Linares, más concretamente en el edificio Calipso, donde a las 23:20 se declaraba un incendio en el segundo nivel bajo rasante del garaje del inmueble.
El saldo resultó, gracias a la eficaz intervención de los bomberos en 2 vehículos, una moto y 2 trasteros, quedando éstos totalmente calcinados. Es preciso indicar que los efectivos del SEIS encontraron botellas de butano en el interior de los trasteros, procediendo a su retirada y enfriamiento, acciones estas que evitaron una posible deflagración.
De igual forma, otros vehículos colindantes resultaron afectados en diferentes grados debido a la fuerte radiación emitida por el foco principal. La temperatura alcanzó cotas superiores a los 600 grados ya que en el lugar se hallaron piezas de aluminio fundidas y sabemos que esto ocurre a partir de los 600 grados. Quedó igualmente afectado el sistema de luminaria, la instalación eléctrica y otras instalaciones del garaje.
El informe técnico realizado a posteriori refleja afección del forjado debido a la radiación térmica y deformación de las armaduras de acero del recubrimiento del hormigón en una zona aproximada de 40 metros cuadrados, datos que demuestran la gravedad del siniestro.
La intervención de bomberos fue sumamente complicada ya que el fuego se encontraba en una esquina de difícil acceso en la segunda planta del garaje. Fue preciso la puesta en marcha del procedimiento completo que se usa para este tipo de siniestros, desplegando hasta cuatro cuerdas-guía de 50 metros cada una que posibilitaron a los bomberos alcanzar el fuego de forma efectiva, así como un sistema de reserva de equipos de respiración autónoma con que reponer las botellas de los efectivos actuantes.
A la llegada de los bomberos, se siguió el procedimiento interno para incendios en garaje: el Sargento, figura exterior coordinó y dirigió a las 2 Dotaciones, teniendo siempre en cuenta las vidas de las personas, prioridad absoluta en cualquier intervención del SEIS. Es importante recalcar que el éxito de la operación se basa en la disponibilidad diaria de los 12 efectivos mínimos que requieren este tipo de intervenciones. Sin ese número, el SEIS no podría afrontar con garantías la salvaguarda de vidas y bienes, como bien ha quedado demostrado en este grave incendio.
Se solicitó a la policía que actuara bajo nuestras indicaciones informando a los vecinos del inmueble para que no salieran de sus viviendas, así como delimitando la zona de riesgo o cualquier necesidad de seguridad. Se comunicó a través de megafonía sobre la necesidad de no salir de las viviendas, poniendo toallas mojadas bajo las puertas, cerrando todas las puertas posibles desde la entrada hacia el fuego y buscando una habitación cercana con ventana al exterior donde a la postre se recibiría algún tipo de información de seguridad en el transcurso del siniestro.
Mientras tanto y al unísono, la primera dotación preparó la entrada al garaje para localizar el fuego y seguidamente una vez creado "el camino del infierno", expresión usada entre bomberos, volver a instalar desde el exterior hasta la proximidad del incendio la manguera para extinguir el foco del fuego.
El primer equipo lo conformaban tres bomberos y un cabo, siendo uno de los bomberos el que sostiene la cuerda guía y el tercero el que anuda en columnas o posibles soportes seguros donde se crea un camino directo al foco del incendio. El conductor de la primera dotación y un bombero, crea un equipo S. O. S, quien da seguridad a los intervinientes. Este equipo preparó el turbo ventilador, y estuvo pendiente del personal que trabaja en la localización del incendio. La segunda dotación entró en los portales, dividiéndose en binomios y asegurándose de que la puerta de acceso al garaje estuviese cerrada. Recorrieron el hueco de escalera para comprobar que no hubiese víctimas derivadas del humo, abriendo un exutorio en un punto alto, para posteriormente poner el turbo ventilador y limpiar el hueco de escalera, pues la prioridad en todo momento es la seguridad de los vecinos. El Conductor de la segunda Dotación, quedó pendiente de la seguridad y colocó el segundo turbo ventilador a la orden del Cabo de la segunda dotación y el conductor 3 aseguró cualquier infortunio que pudiera ocasionar la emergencia con el vehículo autoescala. Una vez asegurado los huecos de escaleras y ventilados hasta la completa eliminación de sustancias tóxicas, la segunda Dotación pasó a complementar a la primera para relevar las labores tanto de localización como de extinción, coordinados todos por el Sargento quedando un único bombero en el parque, cuya misión es conducir otro vehículo que pueda ser requerido y cargar los equipos de respiración gastados.
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