Luis García, sargento de Bomberos y jefe accidental, aclaró ayer que cuando el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) acude a sofocar el fuego “lo hacemos con nuestros propios medios”, es decir, que niega que dependa de las bocas de incendio. Aunque, agregó, "si están mejor".
“Crear alamar social con este asunto responde a otro tipo de intereses”, advirtió.
El profesional al frente del Cuerpo aseguró que las 317 VPO de Loma Colmenar cuenta con estas tomas de agua, pero precisó que la dotación carga suficientes litros como para sofocar las llamas en una vivienda estándar. “Con los 3.000 litros que porta un vehículo de primera salida, tenemos suficiente”, indicó el sargento. Aunque siempre acude un segundo coche con la misma cantidad de agua por si resulta necesario o el primero falla, añadió.
No obstante, en el centro de la ciudad (calle Real), apuntó García, carece de estas bocas de incendio y nunca tuvieron problemas para apagar el fuego declarado, por ejemplo, en una casa. Por este motivo, concluyó, esos hidrantes no son imprescindibles en los incendios en viviendas. En el último incendio en el Monte Hacho, estimó el jefe de Bomberos accidental, arrojaron 250.000 litros de agua que transportaron de forma autónoma, destacó.
Sin embargo, la obstrucción de las calles de la nueva promoción de Loma Colmenar por los coches mal estacionados por sus vecinos sí supone, a su juicio, un contratiempo que los bomberos tienen que superar mientras el fuego continúa. Por este motivo, solicitó a los residentes que reconsideren este aparcamiento.