“Bolonia va a permitir formar mejor los futuros maestros”

Santiago Real es profesor de la Facultad de Educación y Humanidades del campus de la UGR en Ceuta. Ha colaborado en varias ocasiones con la Ciudad Autónoma desde su perspectiva académica.

Ha realizado varios estudios, como uno sobre los casos de maltrato en la ciudad y su tipología, y también ha colaborado redactando, junto al profesor José Antonio Liébana, un cuento llamado ‘La historia de Lupo’. Un libro que pretende prevenir los casos de maltrato infantil rompiendo el círculo del secreto en el que se ven inmersos los niños. También ha trabajado en las comisiones para realizar los planes de estudio de los grados de Magisterio de Primaria y de Educación Social, adaptados a Bolonia.
–¿En qué temas relacionados con la infancia trabajan desde la universidad?
–Nos centramos en varios aspectos. Formamos maestros que van a educar a niños, por lo que eso va a repercutir en los niños. Hay una diferencia entre lo que se ha hecho antes en los planes de estudios y lo que se va a hacer ahora. Las siete especialidades de Magisterio se convierten en dos, Infantil y Primaria, y Psicopedagogía se convierte en Educación Social. En esas carreras hemos introducido muchas asignaturas relacionadas con el tema de menores. La mayoría son optativas de este campus, pero también hay alguna troncal, como ‘Psicopatología infantil’, que tendrá 9 créditos y la imparten 3 departamentos.
–¿Serán mejores los profesores de Bolonia?
–Sí, por supuesto.Tendrán una formación más amplia. La escuela es un factor fundamental para que un niño crezca. Por ejemplo, los profesores hoy día no conocen la obligatoriedad que, según la ley 1/1996 de Protección del Menor, existe respecto a denunciar casos de maltrato. Los profesores de hoy no tuvieron ese conocimiento, pero los futuros sí lo tendrán. Además, el hecho de que se pase de tres a cuatro años a nosotros nos beneficia, nos iguala al resto de carreras y nos permite ampliar conocimientos. Aunque entiendo que para otras carreras en las que recortan años, como las ingenierías, puede perjudicarles. También hay formación no reglada muy importante,
–¿Y respecto a las.investigaciones que llevan a cabo?
–Tenemos un grupo, el HUM-840, financiado por la Junta de Andalucía, en este campus. Tenemos varias líneas de investigación. Algunas de ellas son la de maltrato a menores, la de maltrato entre iguales, o la de consumo de los niños.
–¿Qué puede aportar su trabajo en estas jornadas?
–Tenemos varias publicaciones, pero la mayoría de los trabajadores de menores en estas jornadas no conocen nuestros estudios. Queremos realizar una labor de difusión, que ellos sepan qué recursos les podemos ofrecer y qué hemos visto en los niños. Por ejemplo, un estudio sobre uso de nuevas tecnologías nos ha llevado a analizarlo ahora desde la perspectiva de género. Lo hemos realizado con una muestra estratificada de alumnos de los diferentes centros educativos que hay en la ciudad.
–¿Hay diferencias notables?
–Sí. Por ejemplo, ellos se dedican más a usar los juegos de tipo violento, mientras que ellas prefieren otro tipo, como de aventuras. También ellos se perciben como mejores usuarios de los ordenadores que ellas . En cuanto al uso de Internet y sobre todo los chats, es parecido, todos van al tema del ligoteo; pero ellas le dedican más tiempo.
–¿Y a qué creen que se debe esta realidad?
–Son estilos de crianza diferente, hay que tener en cuenta que todos estamos rodeados por estereotipos diferentes. Los niños a la pelota y las pistolas, las niñas a los muñecos. Sigue siendo, a nuestro pesar, una cosa muy presente en la sociedad. Por mucho empeño en charlas, el machismo sigue existiendo en este caso, y la educación diferencial se manifiesta.
–¿Han encontrado más diferencias entre niños, aparte de las de género?
–Sí, la social. Se abre una brecha según el nivel socioeconómico. Muchas familias, por ejemplo, no tienen ordenador ni Internet. En esta ciudad, además, hay diferencias muy grandes que pueden tener consecuencias muy negativas, como por ejemplo crear analfabetos digitales. Esa diferencia social la hemos observado también en un estudio realizado sobre consumo.
–¿De qué tipo?
–Una de las preguntas que hicimos fue cuánta paga les daban. A los doce años, vimos que la paga media en el centro de la ciudad era de catorce euros, pero en otras barriadas, únicamente de dos euros. Es una diferencia muy grande respecto al acceso al consumo.
–¿Qué otras conclusiones sacaron de ese estudio?
–Es impresionante la cantidad de marcas que conocen los niños. Les pusimos una gran variedad de logotipos de marcas, y sabían casi todas. Llama la atención que conocen marcas de coches a la perfección, y de ropas. Aquí también hay una diferencia entre niños y niñas. Ves enseguida que conocen productos como BMW, Adidas, o Coca-Cola. Llama mucho la atención que conocían estas marcas anets que otras como Salvat, Bic o Anaya, con las que trabajan todos los días. Eso nos habla del poder de la televisión, de esta sociedad audiovisual. Corremos el riesgo de que estén demasiado con las pantallas y no sepan leer.
–¿De verdad?
–Ahora el lenguaje es de imágenes, y leen menos. Por ejemplo, ya no leen tebeos, conocen Mortadelo y Filemón, pero muchos otros que conocíamos nosotros, no. Y para muchos el tebeo es la forma de comenzar a leer, de ver una historia con un principio, un nudo y un desenlace. Hoy día, sin embargo, lo más habitual es que los niños vean imágenes que no forman una historia, y saben leer pero no lo comprenden.