Ayer (por el domingo) abandonó la soltería el excelentísimo alcalde de Madrid Don José Luis Martínez Almeida contrayendo matrimonio con Doña Teresa Urquijo.
Los programas del corazón, telediarios del mundo, teletipos y el mismísimo Santo Padre anunciaron el casorio en un urbi et orbi improvisado desde la balconada de San Pedro. La fumata blanca y el repiqueteo de las campanas se pudieron sentir hasta en el planeta Marte según fuentes de la NASA.
La pareja se conoció en febrero de 2023, durante la feria de arte contemporáneo FLECHA. Fue ella quien dio el primer paso, acercándose a Martínez-Almeida para saludarle. “ Yo no sé lo que ha visto en mí”, comentó en petit comité el alcalde.
Fue un flechazo a primera vista: cupido hizo de las suyas y ambos se quedaron prendados en un idilio que me río yo del amor platónico.
Teresa Urquijo es analista de inversiones y miembro de una de las familias más relevantes de la alta sociedad madrileña; nieta de Teresa de Borbón Dos Sicilias, prima hermana del rey emérito.
La madre de Almeida, Ángela Navasqüés Cobián Ruiz de Velasco, fue presidenta de la Confederación Española de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica, cargo que ejerció durante años.
Doña Ángela falleció sin ver a su hijo dejando la soltería pero allí donde esté seguro que habrá asistido a la parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja.
Entre los 500 invitados se encontraban políticos, aristócratas, famosos y lo más granado de la sociedad madrileña.
El pequeño Nicolás excusó su ausencia al estar acompañando a los príncipes de Gales y no darle tiempo a fletar un avión para el acontecimiento.
El alcalde resopló esperando a su prometida mientras Madrid jaleaba su nombre entre vivas, aplausos y emociones que provocaron en el tumulto tres ahogamientos, cuatro ataques epilépticos y varios jamacucos. Campanas, sonidos de ambulancias, chotis, verbenas, chulapones, venta ambulante de bocadillos de calamares, callos, cocido, porras con chocolate, orejas fritas, criadillas de toro; toda una feria costumbrista que marcaría época. Contrayentes e invitados celebraron el ágape, que tuvo lugar en El Canto de la Cruz, la finca familiar de Urquijo en Colmenar Viejo.
Esperanza Aguirre, en un ataque efusivo comenzó a besar a los asistentes a diestro y siniestro mientras le hacía la peineta a Ruiz Gallardón, un gesto que fue afeado por el protocolo.
Los novios se marcaron un chotis, torearon una vaquilla y montados en dos caballos fueron saltando por cada una de las mesas con el afán de no dejar indiferente ni al más pintado.
Rajoy, con tres copitas de más, arrancó las risotadas al tomar el micrófono y, a petición popular, repetir lo de “ es al alcalde el que quieran que sean los vecinos el alcalde”. Sofía Mazagatos le espetó: “Mariano, siempre quieres estar en el candelabro”.
Chicote entró en las cocinas y puso a caer de un burro a los cocineros llamándoles de todo menos bonitos: marranos y mugrientos fueron algunos de los apelativos del renombrado Chef.
De urgencia el Bar “Las balsas Centro” ayudado por cientos de ceutíes solidarios preparó bocatas de pata. Juan Vivas dio la orden a la hostelería y un avión de las Fuerzas Armadas entregó en un periquete bocatas corazones, pinchitos morunos, fideos con caballa, volaores asados, bonitos en salmuera, hígados al infierno y otros manjares locales.
El restaurante Oasis tuvo la gentileza de donar 500 cuscuses, 300 tayines de toda clase y 200 litros de Harira que no se la salta un galgo.
Todo llegó a tiempo, pero el hambre de los comensales provocó que al tragar la harira con tanta rapidez y tanta ansia la echarsn por la boca como si fueran La fuente de la Cibeles.Todos terminaron a carcajada limpia viendo el entuerto y disimulando para que los novios no se fueran a dar cuenta de la zapitiesta mientras platicaban con el emerito.
Os paso la foto de la tarta que doña Esperanza Aguirre diseñó en un periquete por eso de la urgencia.