El coronavirus provocó la suspensión de muchos actos que estaban programados como eran las bodas, bautizos o comuniones. Desde la Ciudad y
la Vicaría General se acordó la suspensión de todo acto lúdico por la pandemia del COVID-19 y el riesgo que eso conllevaba. Ahora ya se estaban celebrando, a excepción de las comuniones, pero llegarán nuevos cambios ya que se baraja
que Sanidad tenga que autorizarlos. De momento ya ha habido los primeros contactos entre el consejero de Sanidad, Javier Guerrero, y la Vicaría General con Francisco Jesús Fernández a la cabeza, para ver la manera de llevar a cabo las celebraciones. Guerrero ha reconocido esos “primeros” contactos con la Vicaría para, por ejemplo, valorar la celebración de las comuniones, aunque ha admitido que todavía quedan muchas cosas por “concretar”. “No tengo ya miedo por lo que se considera el acto en la iglesia, ya que se ha hecho un plan de aforo donde todo está regulado y donde siempre se ha respetado la distancia y el uso de la mascarilla entre las personas que han acudido. Lo que sí me preocupa es la celebración de después y por eso desde la Consejería de Sanidad se está trabajando para ver cómo podemos minimizar todos los riesgos posibles”, ha explicado el consejero. La Ciudad confía en que en otoño pueda haber comuniones pero con restricciones. Una de las medidas que está barajando, pero que todavía no es la definitiva, es que los lugares donde vayan a celebrar dichos actos, tengan que ser revisados por Sanidad y una vez estos “hagan un informe” se les concederá el permiso para llevar a cabo la festividad. Con esta medida se intenta tener un control de aforo y que las celebraciones “no se vayan de las manos” como sí ha pasado en otras ciudades de España y donde muchos de los invitados han acabado contagiados por el virus.